Buen comienzo de año para el campo. Las lluvias salvan el secano pero no garantizan todavía los regadíos
Sáb, 04/02/2006
cádiz. Las lluvias registradas desde primeros de enero y el acumulado de precipitaciones desde que arrancase el año agrícola se han encargado de rebatir en el campo gaditano, después de un 2005 desastroso, el refrán de que nunca llueve a gusto de todos. A excepción de los productores de naranjas de San Martín del Tesorillo, en esta ocasión cayó agua a satisfacción de la mayoría de quienes viven a diario pendientes del cielo, según aseguró ayer a este periódico Salvador Pineda, secretario provincial de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (Uaga-Coag). Al menos para salvar los cultivos de invierno, como el cereal y la remolacha, las zanahorias y patatas sanluqueñas, los fresones de marchamo ecológico de Puerto Serrano y las hortalizas de las huertas de La Janda. Pero sólo los de invierno, porque las precipitaciones no han sido suficientes como para reponer las exiguas reservas de embalses y acuíferos destinados al riego de los cultivos de primavera y verano.
Y si llovió a gusto de casi todos, el enero de nieves presagió también un año de bienes, refraneó Pineda. El descenso contenido de las temperaturas, que no llegó a cuajar heladas, ralentizó el crecimiento de algunos cultivos, pero tampoco los dañó, sino que incluso los benefició. Por estas fechas, el año pasado se habían contabilizado ya una treintena de heladas.
"En el campo hemos tenido unos magníficos regalos de Reyes, sobre todo en enero, después de que lloviese muy justo en otoño y tras el tremendo déficit acumulado durante el verano. Los 90 litros de agua por metro cuadrado que están cayendo le vienen muy bien a nuestros montes, al cereal y a la remolacha. Ojalá siga así porque es ahora cuando han empezado a correr los arroyos, cuyos aportes serán imprescindibles para los cultivos de primavera como el algodón y de verano, como el girasol , explicó con alegría Pineda desde la Barca de la Florida (Jerez).
Que la buena racha no se quiebre dependerá ahora de la buena administración del agua embalsada y de una primavera de precipitaciones copiosas. Las expectativas climáticas para los agricultores no pueden ser mejores. Lo que de verdad les preocupa, y mucho, son las nuevas OCMs (Organizaciones Comunes de Mercado) de los diferentes subsectores agrícolas que imponen el denominado pago único.
La reforma de la PAC (Política Agraria Común) de 2003 introdujo un nuevo sistema de pago único por explotación y separó las ayudas de la producción. Y es en 2006 cuando se cumple el plazo de adaptación. Su objetivo principal es garantizar una mayor estabilidad de ingresos a los agricultores, quienes pueden decidir lo que quieren producir sin perder las ayudas, adaptando la oferta a la demanda, siempre y cuando cumplan con unos requisitos ambientales, de salud pública y animal agrupados bajo el concepto de ecocondicionalidad. "La Administración deberá garantizar que el dinero llega a todos los agricultores y nosotros tendremos que decidir si nos resulta rentable producir o no, porque siempre hemos cumplido con las medidas correctoras de impacto ambiental que ahora nos imponen , añadió el líder agrario.
Mientras tanto, los campos de cereal, de trigo duro concretamente, resplandecen de verde en la Sierra, después de superar problemas de nascencia, aseguró Ramón Holgado, presidente de la Cooperativa del Campo de Villamartín, con 10.000 hectáreas en la comarca. Holgado reconoce que la producción de secano se ha salvado pero no así los cultivos venideros, porque no ha llovido lo suficiente , con una media de 200 litros por metro cuadrado desde que se iniciase el año agrícola a principios de septiembre. Las precipitaciones de comienzos de semana alcanzaron los 65 litros, pero las de ayer se quedaron en unos escasos 15 litros, y eso es muy poco , dijo. Las claves: que llueva más y la buena administración de las reservas.
Y si llovió a gusto de casi todos, el enero de nieves presagió también un año de bienes, refraneó Pineda. El descenso contenido de las temperaturas, que no llegó a cuajar heladas, ralentizó el crecimiento de algunos cultivos, pero tampoco los dañó, sino que incluso los benefició. Por estas fechas, el año pasado se habían contabilizado ya una treintena de heladas.
"En el campo hemos tenido unos magníficos regalos de Reyes, sobre todo en enero, después de que lloviese muy justo en otoño y tras el tremendo déficit acumulado durante el verano. Los 90 litros de agua por metro cuadrado que están cayendo le vienen muy bien a nuestros montes, al cereal y a la remolacha. Ojalá siga así porque es ahora cuando han empezado a correr los arroyos, cuyos aportes serán imprescindibles para los cultivos de primavera como el algodón y de verano, como el girasol , explicó con alegría Pineda desde la Barca de la Florida (Jerez).
Que la buena racha no se quiebre dependerá ahora de la buena administración del agua embalsada y de una primavera de precipitaciones copiosas. Las expectativas climáticas para los agricultores no pueden ser mejores. Lo que de verdad les preocupa, y mucho, son las nuevas OCMs (Organizaciones Comunes de Mercado) de los diferentes subsectores agrícolas que imponen el denominado pago único.
La reforma de la PAC (Política Agraria Común) de 2003 introdujo un nuevo sistema de pago único por explotación y separó las ayudas de la producción. Y es en 2006 cuando se cumple el plazo de adaptación. Su objetivo principal es garantizar una mayor estabilidad de ingresos a los agricultores, quienes pueden decidir lo que quieren producir sin perder las ayudas, adaptando la oferta a la demanda, siempre y cuando cumplan con unos requisitos ambientales, de salud pública y animal agrupados bajo el concepto de ecocondicionalidad. "La Administración deberá garantizar que el dinero llega a todos los agricultores y nosotros tendremos que decidir si nos resulta rentable producir o no, porque siempre hemos cumplido con las medidas correctoras de impacto ambiental que ahora nos imponen , añadió el líder agrario.
Mientras tanto, los campos de cereal, de trigo duro concretamente, resplandecen de verde en la Sierra, después de superar problemas de nascencia, aseguró Ramón Holgado, presidente de la Cooperativa del Campo de Villamartín, con 10.000 hectáreas en la comarca. Holgado reconoce que la producción de secano se ha salvado pero no así los cultivos venideros, porque no ha llovido lo suficiente , con una media de 200 litros por metro cuadrado desde que se iniciase el año agrícola a principios de septiembre. Las precipitaciones de comienzos de semana alcanzaron los 65 litros, pero las de ayer se quedaron en unos escasos 15 litros, y eso es muy poco , dijo. Las claves: que llueva más y la buena administración de las reservas.