Canarias ha registrado tres alarmas meteorológicas al mes en los últimos tres años
Lun, 30/01/2006
ACN
LAS PALMAS. «El tiempo está loco». Esta frase, que se suele pronunciar cuando el estado de eterna primavera que impera en el Archipiélago se altera por algún fenómeno meteorológico, parece cobrar cada vez más lógica. Según la Dirección General de Seguridad y Emergencias, Canarias ha registrado en los últimos tres años cerca de tres alertas meteorológicas por mes y, al menos en el último medio año, han ido acompañadas de un fenómeno adverso por mes que suele dejar importantes daños en las Islas.
La mayoría de las personas recordarán a Delta como el fenómeno meteorológico más potente acaecido en los últimos años, ya que dejó cuantiosos daños materiales en cosechas e infraestructuras y dejó incomunicada y sin luz a casi toda la provincia occidental. Sin embargo, se olvidan de que cada vez que se producen precipitaciones fuertes éstas causan también daños materiales importantes e incluso accidentes mortales, o que la ola de calor que vivió el Archipiélago en el verano de 2004 costó la vida a 13 personas.
Según los datos facilitados por los servicios de Emergencias, en los últimos tres años la media anual de alertas se sitúa entre las 30 y las 40, media que fue ligeramente superada este pasado año con 48. Esto supone al menos tres estados de alerta al mes, motivados en su mayoría por vientos y precipitaciones. Cortes de electricidad, caída de árboles y de postes de luz, cortes de algunas carreteras, alcantarillas rebosadas e inundaciones en viviendas, comercios o túneles, son algunos de los efectos que los temporales de lluvia y viento dejan sobre Canarias.
Fenómenos «totalmente nuevos»
Desde la Dirección General de Emergencias se sorprenden no tanto de la frecuencia de las alertas sino más bien de los motivos por los que se decretan, ya que se han sucedido en los últimos años varios fenómenos adversos atípicos, como pueden ser la gota fría que provocó las grandes inundaciones en Tenerife a finales de marzo de 2002, la ola de calor de 2004 o la tormenta Delta, fenómenos que los meteorólogos califican de «totalmente nuevos» en el Archipiélago.
Los expertos relacionan estos hechos con el cambio climático, ya que se ha registrado un aumento de la temperatura de las aguas archipielágicas, lo que favorece la aparición de tormentas. Según indican, una variación de la temperatura daría lugar a una serie de variaciones en el oleaje, en el nivel del mar y en las corrientes litorales.
LAS PALMAS. «El tiempo está loco». Esta frase, que se suele pronunciar cuando el estado de eterna primavera que impera en el Archipiélago se altera por algún fenómeno meteorológico, parece cobrar cada vez más lógica. Según la Dirección General de Seguridad y Emergencias, Canarias ha registrado en los últimos tres años cerca de tres alertas meteorológicas por mes y, al menos en el último medio año, han ido acompañadas de un fenómeno adverso por mes que suele dejar importantes daños en las Islas.
La mayoría de las personas recordarán a Delta como el fenómeno meteorológico más potente acaecido en los últimos años, ya que dejó cuantiosos daños materiales en cosechas e infraestructuras y dejó incomunicada y sin luz a casi toda la provincia occidental. Sin embargo, se olvidan de que cada vez que se producen precipitaciones fuertes éstas causan también daños materiales importantes e incluso accidentes mortales, o que la ola de calor que vivió el Archipiélago en el verano de 2004 costó la vida a 13 personas.
Según los datos facilitados por los servicios de Emergencias, en los últimos tres años la media anual de alertas se sitúa entre las 30 y las 40, media que fue ligeramente superada este pasado año con 48. Esto supone al menos tres estados de alerta al mes, motivados en su mayoría por vientos y precipitaciones. Cortes de electricidad, caída de árboles y de postes de luz, cortes de algunas carreteras, alcantarillas rebosadas e inundaciones en viviendas, comercios o túneles, son algunos de los efectos que los temporales de lluvia y viento dejan sobre Canarias.
Fenómenos «totalmente nuevos»
Desde la Dirección General de Emergencias se sorprenden no tanto de la frecuencia de las alertas sino más bien de los motivos por los que se decretan, ya que se han sucedido en los últimos años varios fenómenos adversos atípicos, como pueden ser la gota fría que provocó las grandes inundaciones en Tenerife a finales de marzo de 2002, la ola de calor de 2004 o la tormenta Delta, fenómenos que los meteorólogos califican de «totalmente nuevos» en el Archipiélago.
Los expertos relacionan estos hechos con el cambio climático, ya que se ha registrado un aumento de la temperatura de las aguas archipielágicas, lo que favorece la aparición de tormentas. Según indican, una variación de la temperatura daría lugar a una serie de variaciones en el oleaje, en el nivel del mar y en las corrientes litorales.