Las administraciones destinan 1.333 millones de euros a obras alternativas al trasvase del Ebro
Vie, 20/01/2006
Barcelona
El Gobierno catalán tiene ya planificadas 30 obras alternativas a las obras previstas en el Plan Hidrológico Nacional y al trasvase del Ebro. La suma de las inversiones previstas asciende a 1.333 millones de euros, de los que 433,2 millones los aportará la Unión Europea. El consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, confía en que las ayudas comunitarias y las del Ministerio de Medio Ambiente acaben sumando 915 millones de euros. Entre las inversiones están la desaladora del Llobregat y la ampliación de la desaladora del Tordera. Con todo ello se garantizan, dijo Milà, 120 hectómetros cúbicos anuales.
La actuaciones programadas por el Departamento de Medio Ambiente, presentadas ayer por su titular, Salvador Milà, acompañado del director de la Agencia Catalana del Agua, Jaume Solà, tienen un objetivo: eliminar la incertidumbre sobre el abastecimiento en casos de sequía futura. aunque ahora la amenaza de restricciones parece lejana, los pantanos no están en su mejor momento. Ni siquiera han alcanzado el nivel del año pasado, cuando almacenaban reservas que suponían el 56% de su capacidad. Ahora rondan el 51%. Aunque no es previsible un segundo año de sequía, el Ejecutivo trabaja para garantizar el agua a la población incluso en un mal año.
Pero esta garantía no puede llevarse a cabo de cualquier manera. El actual Gobierno tiene decidido que no desea nuevos trasvases: ni el del Ródano ni siquiera el del Ebro. Es decir, que no tiene en cuenta la posibilidad de interconectar las cuencas del Ter y el Llobregat con la del Ebro, pese a el agua de este último río llega a Cubelles (Garraf).
La política del agua defendida por Milà es la de 'racionalizar los consumos'. El consejero fue ayer extraordinariamente optimista e incluso sugirió que en 2008, cuando buena parte de estas obras ya estarán listas, la población no necesitará comprar agua en garrafas porque la del grifo será no sólo potable, que ya lo es, sino que tendrá buen sabor.
El conjunto de las obras supone una aportación anual de 120 hectómetros cúbicos (equivalentes al consumo de cuatro meses en el área metropolitana de Barcelona). Una parte de ellos procederá de desaladoras. La del Tordera aumentará su producción en 10 hectómetros cúbicos más y supondrá una inversión de 29 millones de euros. La segunda desaladora es la del Llobregat, que depurará anualmente 60 hectómetros cúbicos. El coste de las obras es de 237,9 millones de euros, 149,9 millones procedentes de ayudas de la UE.
La conurbación Tarragona, Reus y Vila-seca y Salou se beneficiará de actuaciones por un importe de 41,7 millones que permitan ampliar la reutilización, con una producción de 18 hectómetros cúbicos anuales. Este agua liberará para uso doméstico buena parte de la que ahora se destina a otros usos.
La planta potabilizadora de Abrera (Baix Llobregat) será objeto de diversas obras de ampliación, mejora e interconexión con otros puntos. El conjunto de las obras supera los 230 millones de euros, incluyendo la construcción de una segunda línea de tratamiento del agua, la prolongación de la conducción entre Abrera y El Prat y la conexión con Cardedeu en el tramo Fontsanta-Trinitat.
Además, se estudia la posibilidad de establecer puntos de almacenamiento de agua situados entre los embalses y la desembocadura del Llobregat y el Besòs, de modo que se pueda almacenar agua que ahora se pierde cuando llueve cerca del litoral, así como potenciar los mecanismos de recarga de los acuíferos.
Otras obras están destinadas a mejorar los abastecimientos de zonas con flujos de consumo variables como, por ejemplo, la Costa Brava.
El Gobierno catalán tiene ya planificadas 30 obras alternativas a las obras previstas en el Plan Hidrológico Nacional y al trasvase del Ebro. La suma de las inversiones previstas asciende a 1.333 millones de euros, de los que 433,2 millones los aportará la Unión Europea. El consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, confía en que las ayudas comunitarias y las del Ministerio de Medio Ambiente acaben sumando 915 millones de euros. Entre las inversiones están la desaladora del Llobregat y la ampliación de la desaladora del Tordera. Con todo ello se garantizan, dijo Milà, 120 hectómetros cúbicos anuales.
La actuaciones programadas por el Departamento de Medio Ambiente, presentadas ayer por su titular, Salvador Milà, acompañado del director de la Agencia Catalana del Agua, Jaume Solà, tienen un objetivo: eliminar la incertidumbre sobre el abastecimiento en casos de sequía futura. aunque ahora la amenaza de restricciones parece lejana, los pantanos no están en su mejor momento. Ni siquiera han alcanzado el nivel del año pasado, cuando almacenaban reservas que suponían el 56% de su capacidad. Ahora rondan el 51%. Aunque no es previsible un segundo año de sequía, el Ejecutivo trabaja para garantizar el agua a la población incluso en un mal año.
Pero esta garantía no puede llevarse a cabo de cualquier manera. El actual Gobierno tiene decidido que no desea nuevos trasvases: ni el del Ródano ni siquiera el del Ebro. Es decir, que no tiene en cuenta la posibilidad de interconectar las cuencas del Ter y el Llobregat con la del Ebro, pese a el agua de este último río llega a Cubelles (Garraf).
La política del agua defendida por Milà es la de 'racionalizar los consumos'. El consejero fue ayer extraordinariamente optimista e incluso sugirió que en 2008, cuando buena parte de estas obras ya estarán listas, la población no necesitará comprar agua en garrafas porque la del grifo será no sólo potable, que ya lo es, sino que tendrá buen sabor.
El conjunto de las obras supone una aportación anual de 120 hectómetros cúbicos (equivalentes al consumo de cuatro meses en el área metropolitana de Barcelona). Una parte de ellos procederá de desaladoras. La del Tordera aumentará su producción en 10 hectómetros cúbicos más y supondrá una inversión de 29 millones de euros. La segunda desaladora es la del Llobregat, que depurará anualmente 60 hectómetros cúbicos. El coste de las obras es de 237,9 millones de euros, 149,9 millones procedentes de ayudas de la UE.
La conurbación Tarragona, Reus y Vila-seca y Salou se beneficiará de actuaciones por un importe de 41,7 millones que permitan ampliar la reutilización, con una producción de 18 hectómetros cúbicos anuales. Este agua liberará para uso doméstico buena parte de la que ahora se destina a otros usos.
La planta potabilizadora de Abrera (Baix Llobregat) será objeto de diversas obras de ampliación, mejora e interconexión con otros puntos. El conjunto de las obras supera los 230 millones de euros, incluyendo la construcción de una segunda línea de tratamiento del agua, la prolongación de la conducción entre Abrera y El Prat y la conexión con Cardedeu en el tramo Fontsanta-Trinitat.
Además, se estudia la posibilidad de establecer puntos de almacenamiento de agua situados entre los embalses y la desembocadura del Llobregat y el Besòs, de modo que se pueda almacenar agua que ahora se pierde cuando llueve cerca del litoral, así como potenciar los mecanismos de recarga de los acuíferos.
Otras obras están destinadas a mejorar los abastecimientos de zonas con flujos de consumo variables como, por ejemplo, la Costa Brava.