Siete presas de Gipuzkoa desembalsan agua por seguridad, tras alcanzar el máximo nivel

Mié, 04/01/2006

El Diario Vasco

Las lluvias y el deshielo han llenado los pantanos y se han abierto los aliviaderos para disponer de capacidad ante nuevas precipitaciones Urkullu es el único embalse que sigue con las compuertas cerradas
FERNANDO SEGURA/
SAN SEBASTIÁN. DV. Siete de las ocho presas existentes en Gipuzkoa han desembalsado agua en los últimos días. Las intensas lluvias y el rápido deshielo de las nieves por la subida de las temperaturas han provocado que todos los pantanos estén prácticamente al 100% de su capacidad. Se trata del mejor registro de los últimos diez años.

Esta situación ha llevado a los responsables de las Mancomunidades del Añarbe y de Txingudi, así como del Consorcio de Aguas de Gipuzkoa, a reducir el nivel de agua embalsada. El lunes y ayer se abrieron los aliviaderos de los pantanos del Añarbe, Endara, Aixola, Barrendiola, Lareo, Ibai-Eder y Arriaran. Es decir, la práctica totalidad de los embalses descargaron parte de su contenido y, en función de cómo evolucionen las precipitaciones, la medida se podría volver a repetir.

Enrique Noain, presidente de Aguas del Añarbe S.A., entidad que gestiona el mayor pantano de Gipuzkoa (da servicio a San Sebastián y su comarca) afirma que el desembalse es una medida «absolutamente normal en épocas en las que llueve mucho y las presas se saturan. Estas deben de disponer de una capacidad de resguardo, es decir, de un margen sin llenar, con el objetivo de permitir retener agua en el caso de que llegue una tromba. Nosotros estamos desembalsando desde el lunes y cada día se analiza la situación para mantener los aliviaderos abiertos o, por el contrario, cerrarlos».

Noain explica que el lunes el Añabe disponía de 1.500.000 metros cúbicos de resguardo. «Por el embalse estaban saliendo 2,5 metros cúbicos por segundo. En previsión de que iba a seguir entrando agua, decidimos abrir un desagüe de fondo para otros 5,5 metros cúbicos. Es decir, 8 por segundo en total».

El presidente de Aguas del Añarbe señala que a pesar de esa medida, ayer por la mañana se comprobó que la capacidad de resguardo se había reducido. «Estaba entrando más agua de la que salía. Por eso decidimos abrir otros 3,4 metros cúbicos de desagüe por el fondo. En total, se estaban desembalsando 11,4 metros cúbicos por segundo, un volumen normal. Al río no le hace ningún daño, al tiempo que a nosotros nos va permitiendo tener un margen de seguridad».

Noain añadió que con estos cálculos, hoy a las 8 de la mañana «tendremos 1.800.000 metros cúbicos de resguardo. Volveremos a evaluar la situación y en función de la lluvia y de cómo viene el río Añarbe, veremos el grado de desagüe necesario o si éste se debe interrumpir».

Caudal de los ríos

Josetxo Saizar, director de Explotación del Consorcio de Aguas de Gipuzkoa, entidad que controla todos los embalses del territorio, excepto los del Añarbe y Txingudi (Endara), señala que se decidió también el lunes reducir en parte el nivel de agua. «Los embalses estaban llenos y el caudal de los ríos comenzaba a bajar, es decir, no había peligro de inundaciones. Procedimos a vaciar parte de los embalses con el objetivo de hacer sitio por si volvía a llover».

En el caso de Ibai-Eder se acordó rebajar la cota en dos metros, mientras que en Aixola, Barrendiola y Lareo fue de un metro y en Arriaran de medio. Ibai Eder es el embalse que más se vació dado que cuando llueve es la presa que más agua recibe, caso contrario al de Arriaran.

Urkullu se encontraba casi al nivel de decidir el desagüe, pero se prefirió esperar un poco más hasta que el agua llegue a rebosar y así permitir la retirada de flotantes en el aliviadero.

Saizar explica que en jornadas de precipitaciones intensas se está en contacto permanente con SOS Deiak, como ha ocurrido en los últimos días. «Actuamos en función de la información disponible y de las previsiones meteorológicas», indicó.

Las lluvias de la semana pasada tuvieron el efecto pernicioso de provocar algunas inundaciones, pero al mismo tiempo permitieron a los embalses guipuzcoanos alcanzar los mejores niveles de los últimos diez años, tal y como se puede comprobar en el gráfico que acompaña a esta información.

Lluvias intensas

El buen nivel de las reservas de agua se debe a las abundantes precipitaciones registradas en las últimas semanas. Noviembre fue un mes especialmente lluvioso y batió marcas. En la estación meteorológica del aeropuerto de Hondarribia se recogieron 353,1 litros por metro cuadrado, una cifra que le aúpa al título del noviembre más lluvioso desde 1956. La precipitación media de este mes suele ser de 188,3 litros.

Los primeros días de diciembre los cielos permanecieron también encapotados y se registraron copiosas precipitaciones. Según datos del Centro Meteorológico del País Vasco, desde el día 1 hasta el día 9 por la mañana, en Hondarribia se habían recogido 114,4 litros por metro cuadrado, en Igeldo 104,7, y en el centro de San Sebastián, 99 litros. La cuenca del río Oiartzun recibió también agua en abundancia, según se desprende de los datos de Euskalmet. En esos nueve días se recogieron 121, 6 litros por metro cuadrado.

La tónica de diciembre siguió en la misma línea, para empeorar a finales del mes, donde la conjunción de deshielo e intensas lluvias hizo que el caudal de algunos ríos guipuzcoanos se multiplicara por cinco. Este hecho provocó el día 30 algunos desbordamientos de los ríos Oria y Deba.