ZARAGOZA-EXPO 2008 Dos años y medio de frenética actividad
Sáb, 17/12/2005
Zaragoza, 17 dic (EFE).- La simbólica colocación de la primera piedra de la Exposición Internacional de Zaragoza de 2008 abre hoy un periodo de frenética actividad que se prolongará durante dos años y medio en los que se transformarán decenas de hectáreas de huertas de la ciudad en la nueva imagen de modernidad de la capital aragonesa.
Hace un año, el 16 de diciembre del 2004, el Boureau International des Expositions (BIE) concedió a la capital aragonesa la Expo del 2008, que pujó por ella frente a Salónica y Trieste, y desencadenó una euforia sobre las expectativas económicas que se le presentan a la ciudad, la quinta del país.
Y a la vez, el mayor reto de su historia moderna: diseñar y financiar un gran plan para cumplir con el plazo inauguración de la muestra, el 14 de junio del 2008 En las próximas semanas, las huertas del meandro Ranillas del Ebro, donde se levantará la Exposición, comenzarán a ser invadidas por máquinas y trabajadores (serán más de dos mil en los momentos de mayor actividad) para construir el recinto expositivo y el gran parque metropolitano que lo rodeará.
En las 25 hectáreas por las que se extenderá el recinto de la Expo, que tiene como lema "Agua y Desarrollo Sostenible", se invertirán alrededor de 400 millones de euros en la construcción de los pabellones temáticos y de nuevas infraestructuras que dotarán a la ciudad de un singular y moderno perfil urbanístico.
Es lo que se pretende con algunos de los proyectos, como el pabellón puente de la arquitecta de origen iraní Zaha Hadid, que ha diseñado una espectacular estructura sobre el río Ebro con forma de gladiolo, que contendrá la exposición "El agua, recurso escaso".
También es el caso de la Torre del Agua, una estructura de unos 70 metros de altura cuya imagen, según sus autores, cambiará según pasen las horas del día o las estaciones del año, y que albergará la exposición "Agua para la vida".
Pero el más visitado será, sin duda, el gran acuario de agua dulce que se instalará en el recinto, de catorce metros de altura y 3.500 metros cúbicos de capacidad, que será el mayor de Europa y acogerá bajo el título "Los paisajes del agua" la fauna fluvial de los principales ríos del mundo, desde el Amazonas o el Nilo al San Lorenzo o el propio Ebro.
Otros impactantes edificios serán el pabellón de Aragón, que simula en su exterior el trenzado de una gran cesta, el Palacio de Congresos, casi 20.000 metros cuadrados de salas, espacios multiusos y un auditorio, el pabellón de España, que contendrá la exposición "Agua y paisajes" de todas las comunidades españolas, o las seis plazas temáticas que tendrá el recinto de la Expo.
El recinto oficial de la Expo estará rodeado del Parque Metropolitano del Agua, más de un centenar de hectáreas que incluirán un jardín botánico, un centro termal, playas fluviales y piscinas, y un canal de aguas bravas, entre otras propuestas, con lo que pretende ser en el futuro el principal lugar de esparcimiento de la ciudad.
El proyecto también incluye una "Villa de los Trabajadores" de la Expo, casi trescientas viviendas que posteriormente se venderán, la transformación de las riberas del Ebro y la conversión de varios kilómetros del río en navegables, con la construcción de un azud que elevará el nivel del agua y permitirá acceder a la Expo en barco.
La organización prevé una presencia de entre 70 y 90 países, organizaciones internacionales, ONG y empresas y calcula que en los tres meses en que permanecerá abierta, entre el 14 de junio y el 14 de septiembre, registrará más de seis millones de visitas.
Los países participantes en la Expo no tendrán pabellones propios como ocurre con las calificadas de Universales, caso de la celebrada este año en Aichi (Japón), sino que dispondrán de su espacio en los distintos pabellones, agrupados según la zona "ecogeográfica" a la que pertenezcan, es decir el hielo y la nieve, los desiertos y las estepas, los bosques templados o las selvas tropicales, las islas y costas, las montañas praderas o sábanas.
El hilo conductor de la exposición será el agua, un problema de todos y un derecho fundamental que en todo el mundo se ha convertido en el gran desafío del siglo XXI, ya que tanto puede ser objeto de conflictos como fuente de creatividad y cooperación, aspectos que se tratarán en los distintos foros y debates que se programarán durante los tres meses de duración de la muestra. EFE ara/jmi
Hace un año, el 16 de diciembre del 2004, el Boureau International des Expositions (BIE) concedió a la capital aragonesa la Expo del 2008, que pujó por ella frente a Salónica y Trieste, y desencadenó una euforia sobre las expectativas económicas que se le presentan a la ciudad, la quinta del país.
Y a la vez, el mayor reto de su historia moderna: diseñar y financiar un gran plan para cumplir con el plazo inauguración de la muestra, el 14 de junio del 2008 En las próximas semanas, las huertas del meandro Ranillas del Ebro, donde se levantará la Exposición, comenzarán a ser invadidas por máquinas y trabajadores (serán más de dos mil en los momentos de mayor actividad) para construir el recinto expositivo y el gran parque metropolitano que lo rodeará.
En las 25 hectáreas por las que se extenderá el recinto de la Expo, que tiene como lema "Agua y Desarrollo Sostenible", se invertirán alrededor de 400 millones de euros en la construcción de los pabellones temáticos y de nuevas infraestructuras que dotarán a la ciudad de un singular y moderno perfil urbanístico.
Es lo que se pretende con algunos de los proyectos, como el pabellón puente de la arquitecta de origen iraní Zaha Hadid, que ha diseñado una espectacular estructura sobre el río Ebro con forma de gladiolo, que contendrá la exposición "El agua, recurso escaso".
También es el caso de la Torre del Agua, una estructura de unos 70 metros de altura cuya imagen, según sus autores, cambiará según pasen las horas del día o las estaciones del año, y que albergará la exposición "Agua para la vida".
Pero el más visitado será, sin duda, el gran acuario de agua dulce que se instalará en el recinto, de catorce metros de altura y 3.500 metros cúbicos de capacidad, que será el mayor de Europa y acogerá bajo el título "Los paisajes del agua" la fauna fluvial de los principales ríos del mundo, desde el Amazonas o el Nilo al San Lorenzo o el propio Ebro.
Otros impactantes edificios serán el pabellón de Aragón, que simula en su exterior el trenzado de una gran cesta, el Palacio de Congresos, casi 20.000 metros cuadrados de salas, espacios multiusos y un auditorio, el pabellón de España, que contendrá la exposición "Agua y paisajes" de todas las comunidades españolas, o las seis plazas temáticas que tendrá el recinto de la Expo.
El recinto oficial de la Expo estará rodeado del Parque Metropolitano del Agua, más de un centenar de hectáreas que incluirán un jardín botánico, un centro termal, playas fluviales y piscinas, y un canal de aguas bravas, entre otras propuestas, con lo que pretende ser en el futuro el principal lugar de esparcimiento de la ciudad.
El proyecto también incluye una "Villa de los Trabajadores" de la Expo, casi trescientas viviendas que posteriormente se venderán, la transformación de las riberas del Ebro y la conversión de varios kilómetros del río en navegables, con la construcción de un azud que elevará el nivel del agua y permitirá acceder a la Expo en barco.
La organización prevé una presencia de entre 70 y 90 países, organizaciones internacionales, ONG y empresas y calcula que en los tres meses en que permanecerá abierta, entre el 14 de junio y el 14 de septiembre, registrará más de seis millones de visitas.
Los países participantes en la Expo no tendrán pabellones propios como ocurre con las calificadas de Universales, caso de la celebrada este año en Aichi (Japón), sino que dispondrán de su espacio en los distintos pabellones, agrupados según la zona "ecogeográfica" a la que pertenezcan, es decir el hielo y la nieve, los desiertos y las estepas, los bosques templados o las selvas tropicales, las islas y costas, las montañas praderas o sábanas.
El hilo conductor de la exposición será el agua, un problema de todos y un derecho fundamental que en todo el mundo se ha convertido en el gran desafío del siglo XXI, ya que tanto puede ser objeto de conflictos como fuente de creatividad y cooperación, aspectos que se tratarán en los distintos foros y debates que se programarán durante los tres meses de duración de la muestra. EFE ara/jmi