La Unión Europea (UE) financiará, a través de los fondos de cohesión, el 85% de los 48,5 millones de euros que costará la mejora de la red de subministro de agua potable a Girona y la Costa Brava centro. Este proyecto fue planteado a las instituciones comunitarias por la Agencia Catalana del Agua (ACA) como una de las alternativas al trasvase del río Ebro.
Según explicó hoy en Girona el director del ACA, Jaume Solà, las obras "estarán finalizadas antes de acabar el año 2008". Las actuaciones previstas contemplan la sustitución del conducto de 16 kilómetros existente entre el pantano de El Pasteral hasta la planta potabilizadora de Montfullà que es de 700 milímetros de diámetro por uno de nuevo de 1.200 milímetros de diámetro.
De esta manera se incrementará el caudal de agua actual que es de 640 litros por segundo hasta 1.400 litros por segundo. Esta actuación obligará también a ampliar la planta potabilizadora para que pueda tratar tal volumen de agua.
Además se sustituirá el tramo de conexión entre las localidades de Calonge y Castell-Platja d'Aro que en la actualidad tiene un diámetro de 500 milímetros por otro de 600 milímetros.
Finalmente la actuación prevista por la ACA prevé la construcción de un nuevo conducto de 12 kilómetro para transportar agua desde Palamós, donde finaliza la red que se abastece de El Pasteral, hasta la potabilizadora de Torrent.
Este conducto transportará unos 200 litros por segundo y garantizará el abastecimiento de las poblaciones de Palafrugell, Begur, Pals, Regencós y Torrent. Además plantea una posible conexión a las localidades de La Bisbal d'Empordà y Forallac.
Jaume Solà justificó el conjunto de obras hidráulicas previstas "para aumentar la capacidad de abastecimiento de agua de la zona, cubrir eventuales puntas de consumo y las futuras demandas".
El director del ACA recordó los problemas de suministro, a nivel cuantitativo, que tienen durante los meses de verano algunas localidades de la Costa Brava centro e indicó que la mejora de la red de El Pasteral "evitará la sobreexplotación de algunos pozos, lo que también repercutirá en la mejora de la calidad del agua".
Sin embargo Solà admitió que "en casos de sequía como los de este año, tendremos dificultades y los usos prioritarios deberán ser preservados" ante las necesidades agrícolas de la zona.
El director del ACA aseguró que estas obras hidráulicas "no perjudicarán el río Ter", ya que algunas de las actuaciones previstas como alternativa al trasvase del Ebro, entre las que se encuentran la construcción de dos plantas desaladoras en el área metropolitana de Barcelona "provocaran que esta zona no dependa tanto del agua del sistema Ter-Llobregat".