El consumo agrícola de agua baja del 80% al 67% de todo el caudal utilizado en España

Vie, 25/11/2005

Las Provincias

El ahorro se debe al esfuerzo modernizador y a que se cuenta mejor lo que gasta el regadío
Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), ha explicado en Valencia que el consumo global de agua en los regadíos de España ha bajado en los últimos años del 80% al 67% de toda el agua consumida en el país. El ahorro se debe a la modernización y a que se contabiliza mejor lo que gasta el campo.
VICENTE LLADRÓ/VALENCIA
Válvulas y tubos de riego a goteo.
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De manera tradicional y reiterada se suele achacar al regadío español el consumo del 80% de toda el agua que se emplea en todos los usos en España, lo que, a menudo, induce a plantear serias dudas sobre posibles derroches.

Sin embargo, el presidente de los regantes españoles, Andrés del Campo, ha dicho en Valencia que ese concepto ya está anticuado, porque el consumo global agrícola ha bajado en los últimos años del 80% al 67% de toda el agua utilizada, según los últimos datos oficiales.

Andrés del Campo ha participado en el Fórum Regaber sobre Infraestructuras Hidráulicas de Regadío, que ha reunido en Valencia a miembros de todas las administraciones españolas y autonómicas relacionadas con las políticas del agua y la modernización de regadíos, así como catedráticos y empresas especializadas en la materia. Con esta convocatoria, Regaber, firma líder en riego localizado, pretende fomentar el debate y la reflexión sobre las inversiones en el regadío.

El presidente de Fenacore lamentó que, pese al sustancial ahorro porcentual experimentado, la ministra de Medio Ambiente ‘‘sigue repitiendo aún lo del 80%, cuando está claro que no es cierto’’, lo que, en su opinión, sólo sirve ‘‘para alimentar indirectamente las absurdas críticas fundamentalistas del ecologismo radical, empeñado en demonizar a la agricultura de regadío con acusaciones de presunto despilfarro’’.

Crisis de popularidad
Andrés del Campo explicó que la bajada del 80% al 67% se debe a varias causas: Ahorro en el gasto de agua en los regadíos, gracias al esfuerzo inversor y modernizador de los agricultores y al apoyo de las Administraciones; aumento en los consumos urbanos e industriales, lo que también contribuye a reducir algo el montante relativo de la agricultura, y, por último, una cuestión sumamente llamativa: ‘‘Ahora se contabiliza mejor el agua que realmente consumen muchos regadíos, y es menor de lo que se suponía’’.

Resulta que la contabilización del agua agrícola se ha realizado muchas veces de una forma que los regantes consideran poco adecuada. Como no hay manera de medir con exactitud lo que se desembalsa de los pantanos para riego, del total se descontaban los consumos medidos para abastecimientos urbanos e industriales, y el resto se asignaba al consumo agrícola. Pero ahí entraban también las pérdidas por filtraciones, evaporación y fugas en las canalizaciones, y las comunidades de regantes arrastran una larga polémica con la Administración, reclamando que no se les cobre el canon por caudales que realmente no utilizan.