Ródenas afirma que los problemas del Segura señalados por Greenpeace tenían prevista su solución con el trasvase Ebro
Mar, 08/11/2005
El director general del Agua, Miguel Ángel Ródenas, señaló hoy que el informe de Greenpeace sobre la calidad de las aguas en cuenca del Segura "retrata la agobiante situación de su déficit estructural", y aseguró que todos los problemas apuntados tenían prevista su solución con el trasvase del Ebro.
"No se trata de la falta de agua por una sequía, sino el carácter permanente y estructural de una falta de agua en una cuenca en la que no llueve", aseveró Ródenas, quien apuntó que "no hay que olvidar que la cuenca el Segura debe suministrar agua para el abastecimiento de tres millones de personas y para atender 260.000 hectáreas de regadío, incluso de otros territorios".
Según Ródenas, la mayor parte de los problemas que se recogen en el informe, como la sobreexplotación de acuíferos, la reducción de caudales ambientales, o la salinización de tierras, "se derivan del citado déficit estructural, cuestiones que ya están sobradamente puestas de manifiesto en la planificación hidrológica nacional".
El informe, sin embargo, "no alude al gran esfuerzo que se hace en la cuenca por parte de los regantes, los usuarios y las Administraciones en modernización de regadíos, depuración y ahorro, precisamente para superar las difíciles condiciones naturales, que por la escasez de agua obliga a un uso intensivo de los propios recursos", añadió.
Fuentes de la secretaría general de la Presidencia y Relaciones Externas indicaron que en la Región de Murcia ya se depuran más de 100 hm3/año de aguas residuales y todos los núcleos importantes de la Región disponen de depuradoras. Además, se ha modernizado el 70 por ciento del regadío, con la participación de los regantes.
No obstante, Ródenas reclacó que "estas medidas y otras muchas de ahorro y buena gestión que se están llevando a cabo palían, pero no son suficientes para resolver la situación".
El informe de Greenpeace mantiene que las obras hidráulicas no son solución, punto sobre el que Ródenas mostró su discrepancia. Así, se preguntó "qué sería de la cuenca del Segura sin el Taibilla, sin el trasvase Tajo-Segura o los embalses de la cuenca".
"Es más, la solución definitiva a todos estos problemas de calidad de las aguas, basada en estudios rigurosos, ya se planteó en el Plan Hidrológico Nacional, cuya pieza más importante era el trasvase del Ebro, ahora derogado", aseveró.
En opinión del director general del Agua, el informe de Greenpeace no plantea soluciones a los problemas apuntados, "porque las demandas de agua que exige el desarrollo de los territorios de la cuenca están claras y no es una opción dejar de atenderlas".
Al respecto, apuntó que "el trasvase del Ebro permitiría dejar de sobreexplotar acuíferos subterráneos que atienden las actuales demandas del regadío, al sustituir las aguas de pozos por las aguas del Ebro".
RECUPERAR EL TRASVASE DEL EBRO.
"De esta manera, por sustitución, se recuperarían de una forma natural los acuíferos subterráneos, mejorando la calidad de las aguas, eliminando la salinización de tierras y haciendo rebrotar los manantiales afectados cuyos caudales circularían por los cauces regenerando el medio ambiente hídrico", agregó Ródenas.
Sin embargo, explicó que "desgraciadamente no se ha planteado hasta la fecha ninguna medida rigurosa que obtenga al mismo beneficio medioambiental que preveía el trasvase del Ebro". Por ello, concluyó que "es imprescindible recuperar esta obra hidráulica".
"No se trata de la falta de agua por una sequía, sino el carácter permanente y estructural de una falta de agua en una cuenca en la que no llueve", aseveró Ródenas, quien apuntó que "no hay que olvidar que la cuenca el Segura debe suministrar agua para el abastecimiento de tres millones de personas y para atender 260.000 hectáreas de regadío, incluso de otros territorios".
Según Ródenas, la mayor parte de los problemas que se recogen en el informe, como la sobreexplotación de acuíferos, la reducción de caudales ambientales, o la salinización de tierras, "se derivan del citado déficit estructural, cuestiones que ya están sobradamente puestas de manifiesto en la planificación hidrológica nacional".
El informe, sin embargo, "no alude al gran esfuerzo que se hace en la cuenca por parte de los regantes, los usuarios y las Administraciones en modernización de regadíos, depuración y ahorro, precisamente para superar las difíciles condiciones naturales, que por la escasez de agua obliga a un uso intensivo de los propios recursos", añadió.
Fuentes de la secretaría general de la Presidencia y Relaciones Externas indicaron que en la Región de Murcia ya se depuran más de 100 hm3/año de aguas residuales y todos los núcleos importantes de la Región disponen de depuradoras. Además, se ha modernizado el 70 por ciento del regadío, con la participación de los regantes.
No obstante, Ródenas reclacó que "estas medidas y otras muchas de ahorro y buena gestión que se están llevando a cabo palían, pero no son suficientes para resolver la situación".
El informe de Greenpeace mantiene que las obras hidráulicas no son solución, punto sobre el que Ródenas mostró su discrepancia. Así, se preguntó "qué sería de la cuenca del Segura sin el Taibilla, sin el trasvase Tajo-Segura o los embalses de la cuenca".
"Es más, la solución definitiva a todos estos problemas de calidad de las aguas, basada en estudios rigurosos, ya se planteó en el Plan Hidrológico Nacional, cuya pieza más importante era el trasvase del Ebro, ahora derogado", aseveró.
En opinión del director general del Agua, el informe de Greenpeace no plantea soluciones a los problemas apuntados, "porque las demandas de agua que exige el desarrollo de los territorios de la cuenca están claras y no es una opción dejar de atenderlas".
Al respecto, apuntó que "el trasvase del Ebro permitiría dejar de sobreexplotar acuíferos subterráneos que atienden las actuales demandas del regadío, al sustituir las aguas de pozos por las aguas del Ebro".
RECUPERAR EL TRASVASE DEL EBRO.
"De esta manera, por sustitución, se recuperarían de una forma natural los acuíferos subterráneos, mejorando la calidad de las aguas, eliminando la salinización de tierras y haciendo rebrotar los manantiales afectados cuyos caudales circularían por los cauces regenerando el medio ambiente hídrico", agregó Ródenas.
Sin embargo, explicó que "desgraciadamente no se ha planteado hasta la fecha ninguna medida rigurosa que obtenga al mismo beneficio medioambiental que preveía el trasvase del Ebro". Por ello, concluyó que "es imprescindible recuperar esta obra hidráulica".