La UE obliga a mejorar la depuración de las aguas
Lun, 07/11/2005
La Junta tiene previsto implantar tratamientos más exigentes en zonas de Cádiz, Huelva, Málaga y Almería declaradas sensibles
nicol jiménez
n sevilla. La directiva europea de depuración de aguas residuales ha obligado a la Junta a revisar y mejorar los sistemas implantados en determinadas zonas de las cuencas intracomunitarias que soportan, en la mayoría de los casos, una contaminación equivalente al doble de la producida por la población real. El objetivo es lograr, con los años, el vertido cero.
El secretario general de Aguas de la Consejería de Medio Ambiente, Joan Corominas, presentó la pasada semana ante el Consejo Andaluz del Agua el borrador del decreto por el que se declaran estas zonas sensibles, lo que supone una revisión del anterior decreto 54/1999 de 2 de marzo sobre el tratamiento aplicable a las aguas residuales de las aglomeraciones urbanas. En estas áreas deberán realizarse actuaciones para incrementar la calidad de los vertidos de aguas residuales, de tal manera que vayan incorporando tratamientos terciarios, que son aquellos que permiten eliminar la carga orgánica, fundamentalmente nitratos y fosfatos, que inciden en la llamada eutrofización del agua.
Este fenómeno equivale a un exceso de nutrientes que hace crecer en abundancia las plantas y otros organismos. Éstos, cuando mueren, se pudren y disminuyen drásticamente la calidad de las aguas. El proceso de putrefacción consume una gran cantidad del oxígeno disuelto y las aguas dejan de ser aptas para la mayor parte de los seres vivos. El resultado final es un ecosistema casi destruido.
Según fuentes de la Consejería, la implantación de estos sistemas terciarios, que garantiza la depuración del 99 por ciento de la contaminación, será progresiva. No hay ningún plazo establecido.
El decreto que fija las nuevas áreas sensibles –el embalse de los Hurones, el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, el embalse de Bornos y el de Arcos, en Cádiz; el de Beas, la desembocadura del río Tinto, en Huelva; el embalse de Guadalhorce-Guadalteba, de Málaga, y las lagunas litorales de los ríos Aguas y Antas, en Almería– aún pende del visto bueno del Consejo de Gobierno, ya que se encuentra en fase de consulta, según fuentes del Ejecutivo.
La revisión del sistema de depuración supone un paso hacia un mayor rigor en la depuración y posterior devolución a la naturaleza de las aguas residuales.
En las grandes aglomeraciones urbanas funcionan tratamientos primarios, secundarios y terciarios de depuración. El segundo elimina entre un 80 y 85 por ciento de la contaminación. Sólo los terciarios, los que se aplican en las zonas sensibles, evitan la eutrofización de las aguas y, por tanto, garantizan la calidad de los vertidos a ríos y mares.
El Ministerio de Medio Ambiente ya declaró zonas sensibles los embalses de Sierra Boyera, Puente Nuevo, Canales, Cubillas, el Gergal, el Parque Natural de Cazorla y el Nacional de Doñana y su entorno, en la cuenca del Guadalquivir, así como el Parque Natural de Grazalema, en la cuenca del Guadalete y Barbate.
nicol jiménez
n sevilla. La directiva europea de depuración de aguas residuales ha obligado a la Junta a revisar y mejorar los sistemas implantados en determinadas zonas de las cuencas intracomunitarias que soportan, en la mayoría de los casos, una contaminación equivalente al doble de la producida por la población real. El objetivo es lograr, con los años, el vertido cero.
El secretario general de Aguas de la Consejería de Medio Ambiente, Joan Corominas, presentó la pasada semana ante el Consejo Andaluz del Agua el borrador del decreto por el que se declaran estas zonas sensibles, lo que supone una revisión del anterior decreto 54/1999 de 2 de marzo sobre el tratamiento aplicable a las aguas residuales de las aglomeraciones urbanas. En estas áreas deberán realizarse actuaciones para incrementar la calidad de los vertidos de aguas residuales, de tal manera que vayan incorporando tratamientos terciarios, que son aquellos que permiten eliminar la carga orgánica, fundamentalmente nitratos y fosfatos, que inciden en la llamada eutrofización del agua.
Este fenómeno equivale a un exceso de nutrientes que hace crecer en abundancia las plantas y otros organismos. Éstos, cuando mueren, se pudren y disminuyen drásticamente la calidad de las aguas. El proceso de putrefacción consume una gran cantidad del oxígeno disuelto y las aguas dejan de ser aptas para la mayor parte de los seres vivos. El resultado final es un ecosistema casi destruido.
Según fuentes de la Consejería, la implantación de estos sistemas terciarios, que garantiza la depuración del 99 por ciento de la contaminación, será progresiva. No hay ningún plazo establecido.
El decreto que fija las nuevas áreas sensibles –el embalse de los Hurones, el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, el embalse de Bornos y el de Arcos, en Cádiz; el de Beas, la desembocadura del río Tinto, en Huelva; el embalse de Guadalhorce-Guadalteba, de Málaga, y las lagunas litorales de los ríos Aguas y Antas, en Almería– aún pende del visto bueno del Consejo de Gobierno, ya que se encuentra en fase de consulta, según fuentes del Ejecutivo.
La revisión del sistema de depuración supone un paso hacia un mayor rigor en la depuración y posterior devolución a la naturaleza de las aguas residuales.
En las grandes aglomeraciones urbanas funcionan tratamientos primarios, secundarios y terciarios de depuración. El segundo elimina entre un 80 y 85 por ciento de la contaminación. Sólo los terciarios, los que se aplican en las zonas sensibles, evitan la eutrofización de las aguas y, por tanto, garantizan la calidad de los vertidos a ríos y mares.
El Ministerio de Medio Ambiente ya declaró zonas sensibles los embalses de Sierra Boyera, Puente Nuevo, Canales, Cubillas, el Gergal, el Parque Natural de Cazorla y el Nacional de Doñana y su entorno, en la cuenca del Guadalquivir, así como el Parque Natural de Grazalema, en la cuenca del Guadalete y Barbate.