Los regantes piden hoy ayudas por ceder su agua para el consumo
Vie, 04/11/2005
MADRID.- Siempre han sido los malos de la película. De ellos se dice que son despilfarradores e incluso despiadados, que prefieren que un pueblo entero sobreviva con dos horas de agua al día antes que poner a dieta a sus tomates. Los regantes, ese colectivo incómodo -sobre todo en tiempos de sequía- salen hoy de la huerta y se reúnen en Madrid para reivindicar sus derechos y pedirle al Gobierno que deje de marginarles.
«Es cierto que atravesamos una crisis de popularidad», reconoce Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore). «Pero nosotros somos los verdaderos ecologistas del planeta. No sólo no perjudicamos, sino que, además, beneficiamos a la capa de ozono». Asegura la voz que resume las inquietudes de 700.000 regantes de toda España que, por más que le pese a los «fundamentalistas ecologistas», el regadío aporta oxígeno a la atmósfera, absorbe dióxido de carbono, reduce la erosión y la desertización... Y, todo hay que decirlo, representa un 15% del PIB.
También hay que aclarar que los regantes luchan por que el Gobierno «agilice» las obras contempladas en el derogado Plan Hidrológico Nacional y que están convencidos de que en los trasvases «está la solución a la sequía». No ven con malos ojos la desalación, «siempre que sea un complemento y no se venda como la panacea a todos los problemas».
En las jornadas que celebrarán hoy (Fenacore cumple 50 años) van a hablar de la sequía, pero también redactarán una lista de exigencias al Gobierno. Entre ellas, que les compense económicamente cuando tengan que ceder agua para abastecimiento urbano. Se quejan de que ya han tenido que hacerlo este verano, con las consiguientes pérdidas.
También reclamarán al Ejecutivo que les readmita en el Consejo Asesor de Medio Ambiente, del que a principios de este año fueron excluidos -«aún no sabemos por qué»-, después de una década participando.«Con el Ministerio de Agricultura estamos funcionando bien, pero no con el de Medio Ambiente», se lamenta Del Campo. ¿Y eso? «Por la política de borrón y cuenta nueva que están aplicando, que es una incertidumbre para el regadío». Las respectivas ministras, Elena Espinosa y Cristina Narbona, han anulado casi a última hora su asistencia al congreso. Del Campo responde poniéndose poético: «La agricultura en España será de regadío o no será».
«Es cierto que atravesamos una crisis de popularidad», reconoce Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore). «Pero nosotros somos los verdaderos ecologistas del planeta. No sólo no perjudicamos, sino que, además, beneficiamos a la capa de ozono». Asegura la voz que resume las inquietudes de 700.000 regantes de toda España que, por más que le pese a los «fundamentalistas ecologistas», el regadío aporta oxígeno a la atmósfera, absorbe dióxido de carbono, reduce la erosión y la desertización... Y, todo hay que decirlo, representa un 15% del PIB.
También hay que aclarar que los regantes luchan por que el Gobierno «agilice» las obras contempladas en el derogado Plan Hidrológico Nacional y que están convencidos de que en los trasvases «está la solución a la sequía». No ven con malos ojos la desalación, «siempre que sea un complemento y no se venda como la panacea a todos los problemas».
En las jornadas que celebrarán hoy (Fenacore cumple 50 años) van a hablar de la sequía, pero también redactarán una lista de exigencias al Gobierno. Entre ellas, que les compense económicamente cuando tengan que ceder agua para abastecimiento urbano. Se quejan de que ya han tenido que hacerlo este verano, con las consiguientes pérdidas.
También reclamarán al Ejecutivo que les readmita en el Consejo Asesor de Medio Ambiente, del que a principios de este año fueron excluidos -«aún no sabemos por qué»-, después de una década participando.«Con el Ministerio de Agricultura estamos funcionando bien, pero no con el de Medio Ambiente», se lamenta Del Campo. ¿Y eso? «Por la política de borrón y cuenta nueva que están aplicando, que es una incertidumbre para el regadío». Las respectivas ministras, Elena Espinosa y Cristina Narbona, han anulado casi a última hora su asistencia al congreso. Del Campo responde poniéndose poético: «La agricultura en España será de regadío o no será».