La contaminación de los ríos que desembocan en los océanos incide negativamente en los taludes marinos provocando a su vez movimiento en estos que se traducen en un aumento de las inundaciones y otro tipo de fenómenos naturales relacionados con el agua como los huracanes o los tifones.
Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado un grupo de científicos europeos y americanos reunidos en la Universidad de Salamanca y que participan en los proyectos Promess y Euroestrataform destinados a controlar los cambios climáticos.
El coordinador del encuentro, el científico español Abel Flores, destacó que la presencia cada vez más numerosa de vertidos en las aguas de los ríos, mares y océanos, es una de las consecuencias más directas "de catástrofes y fenómenos como a los que hemos asistido en los últimos meses".
Por lo que respecta a Promess, trece instituciones europeas y americanas están centrando proyectos de estudio en el Adriático y en el Golfo de León con una recogida abundante de material oceánico.
Se trata de un análisis del cloro presente en las aguas y de los componentes ambientales, así como la estabilidad de los taludes, en los que se está detectando un cambio climático "de forma abrupta", señaló Flores.
Aunque ya se han registrado los primeros resultados, aún quedan ocho meses de proyecto e investigaciones en las zonas designadas, el Golfo de León y en el Adriático.
El otro proyecto es Euroestrataform, que es la parte europea de esta iniciativa y en la que colaboran ocho instituciones, que se ha centrado en el estudio de Asia.
En este apartado se analiza el contenido de los gases, sobre todo el metano, así como la estabilidad de los taludes, cuyos corrimientos han generado importantes problemas en los últimos años en algunas ciudades europeas, comentó el científico.
A este respecto, explicó que el aeropuerto de Niza "se vino abajo", por la acción de un traslado de taludes "y fue un momento que impulsó este tipo de investigaciones y en concreto este proyecto", añadió.