Las fuertes lluvias aplazan dos semanas las restricciones de agua previstas por la sequía

Dom, 16/10/2005

El País

Las intensas lluvias de estos días han aumentado el volumen de agua en los embalses catalanes, que desde el miércoles han ganado 17,8 hectómetros cúbicos. Esta cantidad permitirá aplazar al menos dos semanas las restricciones de agua previstas por la sequía, que debían entrar en vigor a principios de noviembre.
Según los datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA), los pantanos de las cuencas internas alcanzaron ayer el 30,79% de su capacidad. Esta cifra supone un aumento de 2,5 puntos respecto al miércoles, cuando estaban en un alarmante 28,23%. Por tanto, las reservas han aumentado un 9%.
El mismo miércoles se inició el temporal y el jueves los datos de la ACA revelaron una leve recuperación. Pero hasta ayer no fue manifiesta la repercusión de las lluvias en los pantanos. El crecimiento más espectacular lo experimentaron los embalses del río Ter, sobre todo el de Susqueda, en la comarca de la Selva, que ganó 12 hectómetros cúbicos. El pantano de Sau, uno de los más importantes en cuanto a volumen, aguantó el tipo a pesar de que la Generalitat lo está trasvasando al de Susqueda para mejorar la calidad del agua. El aumento de las reservas también se notó, aunque en menor medida, en la cuenca del Llobregat.
Segundas residencias
La cara negativa del temporal se reveló de nuevo en Girona, donde las lluvias provocaron ayer daños en comercios y viviendas en diversas localidades del Baix Empordà.
Sant Antoni de Calonge y Platja d'Aro se llevaron la peor parte. Alrededor del 60% de los núcleos urbanos de estas localidades sufrieron algún tipo de perjuicio a causa de las lluvias. Mientras que en Platja d'Aro los comercios son los que acumulan más daños, en Calonge hay muchas viviendas y cámpings anegados por el agua. Estos dos municipios, junto con otros de la Costa Brava, estudian pedir la declaración de zona catastrófica una vez evaluados los cuantiosos daños materiales.
La Generalitat mantenía activada la situación 1 del plan de emergencias por inundación ante las lluvias anunciadas en las comarcas de Girona, que estaba previsto que alcanzaran los 100 litros por metro cuadrado desde ayer por la noche hasta hoy. Al cierre de esta edición (1:30 horas), la lluvia en el Empordà y las comarcas vecinas era constante, pero no causaba daños.
Una lluvia más civilizada y, sobre todo, menos dramática, que la registrada el jueves cuando las precipitaciones se cobraron la vida de cuatro personas: Roser P., de 74 años, que pereció en Calonge; Abdelkaber C., de 52, que murió al atravesar con su coche una riera en Peralada (Alt Empordà), y Charlotte C. y Michel C., de 73 y 74 años, respectivamente, que viajaban juntos en otro vehículo y murieron también en Peralada.
En Sant Feliu de Guíxols, Castell d'Aro, Celrà y Santa Cristina d'Aro, ocho escuelas cerraron por problemas de acceso. El coordinador de emergencias, Santiago Parés, pidió a los propietarios de segundas residencias en la Costa Brava que no se trasladen a ellas este fin de semana.
Los bomberos tuvieron que realizar ayer más de 1.000 salidas, la mayoría para bombear el agua acumulada en bajos comerciales y garajes. Las inundaciones en la calzada obligaron a cortar al tráfico cuatro carreteras de Girona y otras tres del resto del territorio catalán. En los municipios de Cabrera y Argentona (Maresme) y en Sant Quirze del Vallès (Vallès Occidental), bomberos y policías locales tuvieron que rescatar a los pasajeros de tres vehículos que hicieron caso omiso de la prohibición de cruzar rieras y torrentes.