Una nueva tormenta tropical amenaza con dar la puntilla a Guatemala

Mié, 12/10/2005

ABC

Un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Española llegaba ayer a la capital con siete toneladas de ayuda humanitaria y nuevos equipos médicos

MANUEL M. CASCANTE

ENVIADO ESPECIAL

CIUDAD DE GUATEMALA. Una nueva onda tropical, procedente de Venezuela, ha reproducido las lluvias en buena parte de Guatemala, con lo que se dificultan aún más las complicadas operaciones de rescate y crece la amenaza de nuevas avalanchas y de que se desplomen las infraestructuras que soportaron el paso del huracán «Stan». La tierra, los ríos y hasta los ánimos están demasiado saturados como para soportar un nuevo aguacero.

Las lluvias pueden prolongarse durante un par de días, estima el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología. La onda tropical, la cuadragésima de la temporada, se extendió desde Colombia hasta el este de Cuba y se desplaza sobre el norte de Centroamérica, donde podría fortalecerse. Por si no fuera suficiente, hay riesgo de que se aproxime otro frente frío débil, situado en el Golfo de México. «En estos momentos, las lluvias ligeras tienen un gran impacto, pues mantendrán los ríos desbordados y el área del altiplano ya está saturada de humedad», dicen los expertos.

Oficialmente, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres mantiene en 652 el número de víctimas mortales y en 577 el de desaparecidos, pero se da por hecho que los fallecidos rondarán los tres millares. Cuestión de matemáticas: aunque no existen censos fiables, se estima que en los poblados de Panabaj y Tzanchaj habitaban cinco mil indígenas, y sólo hay tres mil refugiados en los albergues ubicados a orillas del lago Atitlán. En varias localidades del departamento de San Marcos, hacia donde se han desplazado la preocupación y los equipos de rescate, hay centenares de desaparecidos y varias comunidades permanecen aisladas desde hace una semana.

Los efectos del «Stan» han dañado también las cosechas en las principales regiones agrícolas de Guatemala, que aportan casi un tercio del PIB del país. Para paliar los daños más inmediatos, el presidente, Óscar Berger, realizó una petición formal de ayuda a la comunidad internacional por valor de dieciocho millones de euros.

Tanto desde el interior del país como desde fuera de sus fronteras se hace acopio de alimentos, medicinas, ropa, agua potable, mantas y otros enseres para socorrer a los miles de damnificados. El Gobierno estadounidense, que ha desplazado a la región al jefe del Comando Sur de sus fuerzas armadas, general Bantz J. Craddock, ha hecho llegar a Guatemala aviones, helicópteros, material de campaña e ingenieros.

Al tiempo, un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Española llegaba ayer a la capital con siete toneladas de ayuda humanitaria, que incluye una planta potabilizadora, además de un segundo contingente de médicos y equipos de socorro. El nuevo equipo se unirá a sus compañeros, quienes, tras desistir de encontrar supervivientes en Panabaj, ya se encuentran en Tajumulco, junto al volcán del mismo nombre, en la frontera con México.

Grandes destrozos en México

Al otro lado de la porosa frontera tampoco se han paliado las consecuencias del «Stan». La comisionada para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas del Gobierno mexicano, Xóchitl Gálvez, informó de que Chiapas, la sierra de Oaxaca, el norte del istmo de Tehuantepec y la zona aledaña al río Papaloapan han sido arrasadas por las lluvias. El «Stan», que entró como huracán de categoría uno y se degradó en tormenta tropical, hizo que se desbordaran más de cien ríos y desató una devastadora corriente de agua y lodo que arrasó con todo lo que hallaba a su paso en seis Estados del país. Tras el desastre, los más de cuarenta muertos y los dos millones de afectados, ya han surgido el riesgo de epidemias y la violencia asociada a la rapiña.

El omnipresente «subcomandante Marcos», líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), acusó al Gobierno de realizar «publicidad mediática» con los damnificados por las lluvias en Chiapas y otras regiones del sur del país. «Cuando acabe el horario estelar -señala en un comunicado-, quedarán sepultadas (como bajo el agua y el lodo) las historias de omisiones, irresponsabilidades e ineficiencias... Ahora, las noticias se irán a otro lado y en las zonas devastadas se reconstruirán en silencio las redes de corrupción... ¿Y los millones de damnificados? Pasarán de ser noticia a tema de campañas electorales». No consta que «Marcos» haya ofrecido la presunta guerrilla que dirige para colaborar en el rescate y la reconstrucción.