La Plataforma en Defensa del Ebro se niega a que llegue una gota de agua del río a Barcelona
Mié, 12/10/2005
Los ánimos estan encrespados entre los miembros de la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE), la que protagonizó la dura lucha contra el trasvase del río a Valencia y Murcia. Días después de advertir de la necesidad de abrir un debate sobre la conveniencia de poner fin al minitrasvase del Ebro, que suministra cuatro metros cúbicos por segundo al Camp de Tarragona, la propuesta de Agbar de hacer obras en el puerto de Barcelona para que barcos especiales puedan suministrar agua al área metropolitana ha causado indignación entre los antitrasvasistas. 'No permitiremos que se ejecute el trasvase a Barcelona ni que salga una gota más del Ebro', subrayan representantes de la plataforma.
Aunque el consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, ha negado rotundamente que se vaya a transportar agua del Ebro para paliar el déficit hídrico que padecen los embalses, la PDE se muestra desconfiada y advierte de que estará atenta a cualquier movimiento en esta dirección. Es más, considera que la propuesta de utilizar barcos para transportar agua podría ser un 'globo sonda para ver cómo responden las Tierras del Ebro' y añade que detrás se halla 'el fantasma' de la conexión de la red del minitrasvase de Tarragona con la del Ter-Llobregat. 'El Ebro es un río frágil y con un caudal tan limitado y claramente decreciente que no puede asumir más agresiones sin poner en peligro su futuro como ecosistema', señala Joan A. Panisello, portavoz de la plataforma.
Solidaridad incompatible
Para la plataforma, la propuesta de abastecer con agua del Ebro a la región metropolitana de Barcelona no sólo es 'inviable', sino que además se plantea acabar 'a medio o largo plazo con el minitrasvase a Tarragona. 'Es incompatible la solidaridad del Ebro con proyectos como el de construcción de más de 1.400 viviendas, tres hoteles y tres campos de golf en Port Aventura', destaca el representante de la entidad.
Para abordar ambas cuestiones, la PDE ha solicitado una reunión con Daniel Pi, presidente del Consorcio de Aguas de Tarragona, gestor del minitrasvase, y no descarta recurrir 'a las más altas instancias de la Administración' en función de cómo se desarrollen los acontecimientos. 'Podríamos convocar movilizaciones, aunque ésta será nuestra última arma', precisa Panisello.
Existen precedentes del transporte de suministro hídrico por vía marítima. Entre los años 1995 y 1997, se trasvasaron cerca de 15 millones de metros cúbicos de agua procedente del minitrasvase hasta la isla de Mallorca.
Por otra parte, el presidente de CiU, Artur Mas, reclamó ayer al Gobierno de la Generalitat que conecte la cuenca hidrográfica del Ebro con las cuencas del interior de Cataluña, una medida a su juicio sencilla de aplicar que, sin embargo, no se lleva a cabo por los 'prejuicios ideológicos' del tripartito.
Tras la reunión del grupo parlamentario de CiU, Mas explicó ayer que esta conexión de cuencas 'se podría hacer poniendo simplemente una tubería corta', lo que, precisó, 'no significa sacar más agua del Ebro, ¡basta ya de demagogia!, sino que sería sacar la misma que está en concesión desde hace 20 años pero aprovechándola bien'. Se refería Mas con estas afirmaciones a que la concesión de cuatro metros cúbicos por segundo que tiene el Consorcio de Aguas de Tarragona no se utiliza en su totalidad y el excedente podría venir a limitar los déficit hídricos de las otras cuencas. Fue precisamente de este excedente que no se utiliza de donde se sacó durante dos años el agua que llevaban los barcos al puerto de Palma de Mallorca para paliar la falta de agua de la isla.
Aunque el consejero de Medio Ambiente, Salvador Milà, ha negado rotundamente que se vaya a transportar agua del Ebro para paliar el déficit hídrico que padecen los embalses, la PDE se muestra desconfiada y advierte de que estará atenta a cualquier movimiento en esta dirección. Es más, considera que la propuesta de utilizar barcos para transportar agua podría ser un 'globo sonda para ver cómo responden las Tierras del Ebro' y añade que detrás se halla 'el fantasma' de la conexión de la red del minitrasvase de Tarragona con la del Ter-Llobregat. 'El Ebro es un río frágil y con un caudal tan limitado y claramente decreciente que no puede asumir más agresiones sin poner en peligro su futuro como ecosistema', señala Joan A. Panisello, portavoz de la plataforma.
Solidaridad incompatible
Para la plataforma, la propuesta de abastecer con agua del Ebro a la región metropolitana de Barcelona no sólo es 'inviable', sino que además se plantea acabar 'a medio o largo plazo con el minitrasvase a Tarragona. 'Es incompatible la solidaridad del Ebro con proyectos como el de construcción de más de 1.400 viviendas, tres hoteles y tres campos de golf en Port Aventura', destaca el representante de la entidad.
Para abordar ambas cuestiones, la PDE ha solicitado una reunión con Daniel Pi, presidente del Consorcio de Aguas de Tarragona, gestor del minitrasvase, y no descarta recurrir 'a las más altas instancias de la Administración' en función de cómo se desarrollen los acontecimientos. 'Podríamos convocar movilizaciones, aunque ésta será nuestra última arma', precisa Panisello.
Existen precedentes del transporte de suministro hídrico por vía marítima. Entre los años 1995 y 1997, se trasvasaron cerca de 15 millones de metros cúbicos de agua procedente del minitrasvase hasta la isla de Mallorca.
Por otra parte, el presidente de CiU, Artur Mas, reclamó ayer al Gobierno de la Generalitat que conecte la cuenca hidrográfica del Ebro con las cuencas del interior de Cataluña, una medida a su juicio sencilla de aplicar que, sin embargo, no se lleva a cabo por los 'prejuicios ideológicos' del tripartito.
Tras la reunión del grupo parlamentario de CiU, Mas explicó ayer que esta conexión de cuencas 'se podría hacer poniendo simplemente una tubería corta', lo que, precisó, 'no significa sacar más agua del Ebro, ¡basta ya de demagogia!, sino que sería sacar la misma que está en concesión desde hace 20 años pero aprovechándola bien'. Se refería Mas con estas afirmaciones a que la concesión de cuatro metros cúbicos por segundo que tiene el Consorcio de Aguas de Tarragona no se utiliza en su totalidad y el excedente podría venir a limitar los déficit hídricos de las otras cuencas. Fue precisamente de este excedente que no se utiliza de donde se sacó durante dos años el agua que llevaban los barcos al puerto de Palma de Mallorca para paliar la falta de agua de la isla.