La CHJ veta el uso recreativo y la navegación en Sitjar para frenar una invasión de mejillón cebra

Dom, 09/10/2005

Levante

La expansión del molusco pone en peligro el ecosistema y las infraestructuras del embalse
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha prohibido de forma urgente todo tipo de navegación y usos recreativos en el embalse de Sitjar con el objetivo de frenar una invasión de colonias de mejillón cebra detectadas en sus aguas.
Nacho Martín, Castelló
Esta medida ha sido difundida en una resolución urgente que intenta evitar la expansión de una especie altamente invasiva que provoca un grave impacto de contaminación sobre el ecosistema y pone en peligro las especies autóctonas. Además, esta particular especie obstruye todo tipo de canalizaciones, inutiliza infraestructuras eléctricas y daña los motores de las embarcaciones.
El periodo de cuarentena abarcará todo el espacio comprendido entre la central de Vallat y el muro de presa del pantano. Eso sí, el Ministerio de Medio Ambiente todavía no ha optado por restringir el uso de agua de regadío procedente del Sitjar en las comarcas castellonenses. La CHJ argumenta que el mejillón cebra no implica un riesgo para la salud de las personas.
La voz de alarma se desató después de que técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar y agentes ambientales de la Conselleria de Territorio detectaran la presencia de una colonia de mejillón cebra en plena fase de expansión.
Un análisis del estado biológico de los ejemplares analizados indica que la llegada de la especie al embalse de Sitjar se remonta a un máximo de tres años. Según el criterio de los técnicos ambientales, esta circunstancia hará todavía más difícil el control de la expansión de esta peligrosa plaga.
La propagación del mejillón cebra se caracteriza por ser especialmente rápida y su desplazamiento puede materializarse a través de varios medios. Hasta la fecha, en territorio español, la invasión de esta especie había quedado limitada a diversos entornos localizados en la cuenca del río Ebro y se desconoce cómo ha llegado a tierras castellonenses. Los espacios afectados son sometidos a continuas campañas de limpieza y, a pesar de ello, las pérdidas económicas y ambientales son muy elevadas.
Precisamente este riesgo motivó un debate en torno a la conveniencia de trasvasar hacia las cuencas del sur agua del río Ebro. Justo cuando la polémica sobre el Plan Hidrológico Nacional se encontraba en su punto álgido, fueron varios los estudios científicos que advirtieron sobre el riesgo de extender la plaga al resto de sistemas de la península. Finalmente, el debate quedó extinguido con la derogación del trasvase y la entrada en vigor de las medidas alternativas del programa AGUA (Actuaciones para la Gestión y el Uso del Agua).
Medio Ambiente ya ha iniciado la redacción de un plan de censo y erradicación de especies invasoras. Para ello, el Gobierno también ha requerido la colaboración de las Comunidades Autónomas dadas sus competencias en materia de conservación de la naturaleza.