La sequía pone en emergencia a 56 pueblos y 40 más lo estarán en días
Mar, 04/10/2005
Jaume Solà, director de la Agencia Catalana del Agua, anunció ayer que ha pedido al Gobierno catalán que autorice la construcción de una tercera planta desaladora con el objetivo de garantizar a medio y largo plazo el abastecimiento del área metropolitana. Solà ha tramitado también la solicitud para una medida a corto plazo: la autorización de la importación de agua que llegaría al puerto de Barcelona a través de barcos. Ayer mismo, además, se autorizó a 56 poblaciones a abastecerse con cisternas o captaciones especiales de agua y es previsible que otras 40 localidades entren en la misma situación en cosa de días.
Los ríos se secan, pero no el mar. Por tanto, una desaladora puede acabar siendo parte de la solución para garantizar el abastecimiento de agua al área metropolitana, una zona geográfica sin cuencas caudalosas y con episodios cíclicos de sequía. Además, empieza a haber indicios de que la sequía que afecta a Cataluña, la más dura en los últimos 60 años, pudiera no ser en el futuro tan excepcional. Si se está produciendo realmente un cambio climático, los episodios de sequía podrían ser más frecuentes. Con todos estos datos en la mano, el director de la Agencia Catalana del Agua, Jaume Solà, ha decidido proponer al Gobierno catalán que autorice la construcción de una tercera planta desaladora.
En estos momentos hay una planta funcionando en Tordera, con una capacidad de 10 hectómetros cúbicos anuales. Esta planta se ampliará para conseguir que duplique el volumen de agua desalada. Además, se incluye la construcción de un depósito regulador de 60.000 metros cúbicos.
Hay un segundo proyecto de desaladora en marcha en la desembocadura del Llobregat, junto a la depuradora. Su capacidad será mucho mayor: 60 hectómetros cúbicos anuales. La inversión para esta obra asciende a 242 millones de euros.
Solà no quiso ayer precisar la capacidad de la tercera desaladora ni tampoco su ubicación, aduciendo que antes el proyecto debe ser aprobado por el Ejecutivo, que tiene que avalar también su financiación. Aunque no hay que descartar, precisó, que puedan obtenerse ayudas europeas. No obstante, Solà apuntó que la capacidad de desalación de la tercera planta será equivalente a las instalaciones ya existentes. El anuncio coincide con la autorización a 56 poblaciones para que se abastezcan de agua con cisternas y captaciones especiales. Una situación que esta misma semana podría extenderse a otras 40 localidades catalanas cuyas reservas se hallan bajo mínimos. En estas localidades se han secado los pozos de los que se abastecían hasta ahora y no se dispone, en general, de conexiones a la red general que abastece a la mayor parte del área metropolitana. Algunas de estas poblaciones son pequeñas, pero otras son de tamaño notable, como Sant Celoni (Vallès Oriental), Bagà (Berguedà), El Pont de Suert (Alta Ribagorça) y Espluga de Francolí (Conca de Barberà).
También se hallan bajo mínimos las cuencas del Ter y el Llobregat, sobre todo la segunda, que no ha mejorado con las últimas lluvias, así como las del Muga y el Fluvià y parte de la cuenca catalana de Ebro. Los aguaceros de los días pasados ha mejorado ligeramente las reservas del Ter y han permitido que abandonaran la situación de emergencia zonas de Cap de Creus, Tordera, el Maresme y la costa sur.
Las zonas en emergencia representan, aproximadamente, la mitad del territorio catalán, aunque en el mismo reside el 80% de la población.
Reservas de La Baells
El nivel de agua del pantano de La Baells ha batido todos los registros históricos en un mes de octubre llegando a menos del 20% de su capacidad máxima (109,43 hectómetros cúbicos). La reserva actual de agua en este embalse del Llobregat es de 21,45 hectómetros cúbicos. La Baells sólo ha registrado una nivel inferior una vez: en el mes de marzo de 1987, tras un invierno especialmente seco. Los técnicos considera que el año 1987 fue el comienzo del periodo de sequía que se sitúa en el inicio de los años noventa.
A pesar del pésimo registro, la situación actual de reserva de agua es algo mejor que en las peores sequías, ya que en los últimos 10 años se ha incorporado al sistema del Llobregat el pantano de la Llosa del Cavall, en la parte superior de los caudales del Cardener, afluente del Llobregat. La situación en la Llosa del Cavall es también crítica, pero en este caso se debe a que por razones de operaciones de los medios de extinción de incendios se decidió mantener a una mayor capacidad el pantano inferior de Sant Ponç mientras se reducía el caudal de la Llosa del Cavall, informa Enric Badia.
Entre La Baells, la Llosa del Cavall y Sant Ponç, que configuran una de las grandes reservas de agua del área metropolitana, hay almacenados a día de ayer 47,79 hectómetros cúbicos. Los responsables de la Agencia Catalana del Agua consideran que si se llega a los 43 hectómetros cúbicos se deberá activar el decreto de emergencia e iniciar las restricciones de agua para el consumo humano.
No obstante, no es previsible que sea necesario adoptar estas medidas antes de finales de este mes o inicios de noviembre, y eso si no llueve ni una gota.
Los ríos se secan, pero no el mar. Por tanto, una desaladora puede acabar siendo parte de la solución para garantizar el abastecimiento de agua al área metropolitana, una zona geográfica sin cuencas caudalosas y con episodios cíclicos de sequía. Además, empieza a haber indicios de que la sequía que afecta a Cataluña, la más dura en los últimos 60 años, pudiera no ser en el futuro tan excepcional. Si se está produciendo realmente un cambio climático, los episodios de sequía podrían ser más frecuentes. Con todos estos datos en la mano, el director de la Agencia Catalana del Agua, Jaume Solà, ha decidido proponer al Gobierno catalán que autorice la construcción de una tercera planta desaladora.
En estos momentos hay una planta funcionando en Tordera, con una capacidad de 10 hectómetros cúbicos anuales. Esta planta se ampliará para conseguir que duplique el volumen de agua desalada. Además, se incluye la construcción de un depósito regulador de 60.000 metros cúbicos.
Hay un segundo proyecto de desaladora en marcha en la desembocadura del Llobregat, junto a la depuradora. Su capacidad será mucho mayor: 60 hectómetros cúbicos anuales. La inversión para esta obra asciende a 242 millones de euros.
Solà no quiso ayer precisar la capacidad de la tercera desaladora ni tampoco su ubicación, aduciendo que antes el proyecto debe ser aprobado por el Ejecutivo, que tiene que avalar también su financiación. Aunque no hay que descartar, precisó, que puedan obtenerse ayudas europeas. No obstante, Solà apuntó que la capacidad de desalación de la tercera planta será equivalente a las instalaciones ya existentes. El anuncio coincide con la autorización a 56 poblaciones para que se abastezcan de agua con cisternas y captaciones especiales. Una situación que esta misma semana podría extenderse a otras 40 localidades catalanas cuyas reservas se hallan bajo mínimos. En estas localidades se han secado los pozos de los que se abastecían hasta ahora y no se dispone, en general, de conexiones a la red general que abastece a la mayor parte del área metropolitana. Algunas de estas poblaciones son pequeñas, pero otras son de tamaño notable, como Sant Celoni (Vallès Oriental), Bagà (Berguedà), El Pont de Suert (Alta Ribagorça) y Espluga de Francolí (Conca de Barberà).
También se hallan bajo mínimos las cuencas del Ter y el Llobregat, sobre todo la segunda, que no ha mejorado con las últimas lluvias, así como las del Muga y el Fluvià y parte de la cuenca catalana de Ebro. Los aguaceros de los días pasados ha mejorado ligeramente las reservas del Ter y han permitido que abandonaran la situación de emergencia zonas de Cap de Creus, Tordera, el Maresme y la costa sur.
Las zonas en emergencia representan, aproximadamente, la mitad del territorio catalán, aunque en el mismo reside el 80% de la población.
Reservas de La Baells
El nivel de agua del pantano de La Baells ha batido todos los registros históricos en un mes de octubre llegando a menos del 20% de su capacidad máxima (109,43 hectómetros cúbicos). La reserva actual de agua en este embalse del Llobregat es de 21,45 hectómetros cúbicos. La Baells sólo ha registrado una nivel inferior una vez: en el mes de marzo de 1987, tras un invierno especialmente seco. Los técnicos considera que el año 1987 fue el comienzo del periodo de sequía que se sitúa en el inicio de los años noventa.
A pesar del pésimo registro, la situación actual de reserva de agua es algo mejor que en las peores sequías, ya que en los últimos 10 años se ha incorporado al sistema del Llobregat el pantano de la Llosa del Cavall, en la parte superior de los caudales del Cardener, afluente del Llobregat. La situación en la Llosa del Cavall es también crítica, pero en este caso se debe a que por razones de operaciones de los medios de extinción de incendios se decidió mantener a una mayor capacidad el pantano inferior de Sant Ponç mientras se reducía el caudal de la Llosa del Cavall, informa Enric Badia.
Entre La Baells, la Llosa del Cavall y Sant Ponç, que configuran una de las grandes reservas de agua del área metropolitana, hay almacenados a día de ayer 47,79 hectómetros cúbicos. Los responsables de la Agencia Catalana del Agua consideran que si se llega a los 43 hectómetros cúbicos se deberá activar el decreto de emergencia e iniciar las restricciones de agua para el consumo humano.
No obstante, no es previsible que sea necesario adoptar estas medidas antes de finales de este mes o inicios de noviembre, y eso si no llueve ni una gota.