Un informe de Aguas del Júcar advierte que necesita el visto bueno del Consell para cambiar el trazado
Lun, 03/10/2005
El recorrido por el azud incide en numerosos parajes protegidos por legislaciones a nivel europeo, nacional y autonómico, y afecta a 16 municipios
JAVIER REIGADAS
VALENCIA. El «interrogatorio» sobre el proyecto de Ley de Calidad Ambiental que el director general de la sociedad estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), Adrián Baltanás, sometió al conseller de Infraestructuras, José Ramón García Antón, el pasado jueves en la reunión que mantuvieron en Madrid para otros asuntos pero que derivó en el intento del dirigente socialista en conocer de primera mano las posibilidades que existen de que el Consell bloquee con la futura normativa la colección de desaladoras previstas por el Ministerio de Medio Ambiente no fue una curiosidad aislada del hombre de confianza de Cristina Narbona.
De igual manera, la petición del Consejo de Ministros al Consejo de Estado de un informe sobre las competencias en materia medioambiental para esclarecer el escenario competencial puede ser un intento de demora en la toma de decisión sobre el cambio de trazado en el Júcar-Vinalopó, pero todo parece indicar que va más allá, que también revela el temor que atenaza al Gobierno socialista sobre las repercusiones que se pueden derivar de inutilizar la toma de Corte de Pallás sin tener claro que la apuesta de la azud de la Marquesa y su complemento de desaladoras vaya a salir bien.
En este contexto, el Ministerio de Medio Ambiente debe de tener en cuenta un nuevo dato, que redunda en todo lo dicho anteriormente. El informe técnico encargado por Aguas del Júcar sobre la viabilidad ambiental de la propuesta de Cullera para el trasvase al Vinalopó señala claramente, entre otras advertencias, que se debe de contar con un informe favorable de la Conselleria de Medio Ambiente para poder atravesar la marjal y la laguna de la ribera sur del Júcar.
Catálogo de Zonas Húmedas
En concreto, este paraje integrado en la Red Autonómica de Espacios, incluido en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad, es una marjal litoral asociado al río Júcar por su margen sur, dominado por arrozales y cultivos de cítricos formando un mosaico dendriforme con junquera mixta que representa una antigua desembocadura. Según el referido informe elaborado por el área de Medio Ambiente de Eyser S.A. para Aguas del Júcar, esta zona tiene una «función relevante en la protección frente a las crecidas del río, destacando además por sus valores paisajísticos y etnológicos, así como por su papel como corredor biológico».
Por todo ello, el informe, además de advertir de que es preceptivo el visto bueno de la Generalitat, recuerda que,durante las obras, «deberán adoptarse las medidas preventivas y correctoras apropiadas para evitar los vertidos que pudieran afectar al humedal».
Entre ellas, se recomienda minimizar el espacio de arrozal interceptado, aproximar el trazado a los caminos existentes y construir balsas impermeables para la captación de vertidos de obra.
Más afecciones
Pero la marjal y la laguna de la ribera sur del Júcar no es el único paraje protegido que se verá afectado por el cambio de trazado del trasvase. La nueva conducción desde el azud de la Marquesa, con una longitud de 73,9 kilómetros en vez de los 67 km de Cortes de Pallás, atraviesa cuatro Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) -Curso medio y bajo del Júcar, Sierra de Corbera, Curso medio del rio Albaida y Sierra de Enguera-; dos Áreas Importantes para las Aves (IBA) -Sierra de Enguera-La Canal de Navarrés y Sierras de La Safor y norte de Alicante-; ocho comunidades acogidas a la Directiva Hábitats y un paraje municipal -La Murta y La Casalle, en Alzira-, aparte de este humedal. También hay que tener en cuenta que existen 157 zonas arqueológicas o etnográficas afectadas por el trazado, de las cuales una veintena, según el estudio, «pueden imponer condicionantes de cara a la realización de las obras».
Municipios afectados
En concreto, son 16 municipios los atravesados por el trazado, atravesando territorios naturales con diferente grado de conservación, en muchos casos protegidos por diferentes figuras legislativas a nivel europeo, nacional y autonómico, tal y como se encarga de destacar el informe de Aguas del Júcar. Estos municipios son, de este a oeste, Cullera, Llaurí, Alzira, Carcaixent, Simat de la Valldigna, Barxeta, Genovés, Beniganim, Bellús, Xativa, L´Olleria, Canals, Montesa, Vallada, Mogente y La Font de la Figuera.
A pesar de todo, el informe confía en que se pueda minimizar al máximo el impacto ambiental.
JAVIER REIGADAS
VALENCIA. El «interrogatorio» sobre el proyecto de Ley de Calidad Ambiental que el director general de la sociedad estatal Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), Adrián Baltanás, sometió al conseller de Infraestructuras, José Ramón García Antón, el pasado jueves en la reunión que mantuvieron en Madrid para otros asuntos pero que derivó en el intento del dirigente socialista en conocer de primera mano las posibilidades que existen de que el Consell bloquee con la futura normativa la colección de desaladoras previstas por el Ministerio de Medio Ambiente no fue una curiosidad aislada del hombre de confianza de Cristina Narbona.
De igual manera, la petición del Consejo de Ministros al Consejo de Estado de un informe sobre las competencias en materia medioambiental para esclarecer el escenario competencial puede ser un intento de demora en la toma de decisión sobre el cambio de trazado en el Júcar-Vinalopó, pero todo parece indicar que va más allá, que también revela el temor que atenaza al Gobierno socialista sobre las repercusiones que se pueden derivar de inutilizar la toma de Corte de Pallás sin tener claro que la apuesta de la azud de la Marquesa y su complemento de desaladoras vaya a salir bien.
En este contexto, el Ministerio de Medio Ambiente debe de tener en cuenta un nuevo dato, que redunda en todo lo dicho anteriormente. El informe técnico encargado por Aguas del Júcar sobre la viabilidad ambiental de la propuesta de Cullera para el trasvase al Vinalopó señala claramente, entre otras advertencias, que se debe de contar con un informe favorable de la Conselleria de Medio Ambiente para poder atravesar la marjal y la laguna de la ribera sur del Júcar.
Catálogo de Zonas Húmedas
En concreto, este paraje integrado en la Red Autonómica de Espacios, incluido en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad, es una marjal litoral asociado al río Júcar por su margen sur, dominado por arrozales y cultivos de cítricos formando un mosaico dendriforme con junquera mixta que representa una antigua desembocadura. Según el referido informe elaborado por el área de Medio Ambiente de Eyser S.A. para Aguas del Júcar, esta zona tiene una «función relevante en la protección frente a las crecidas del río, destacando además por sus valores paisajísticos y etnológicos, así como por su papel como corredor biológico».
Por todo ello, el informe, además de advertir de que es preceptivo el visto bueno de la Generalitat, recuerda que,durante las obras, «deberán adoptarse las medidas preventivas y correctoras apropiadas para evitar los vertidos que pudieran afectar al humedal».
Entre ellas, se recomienda minimizar el espacio de arrozal interceptado, aproximar el trazado a los caminos existentes y construir balsas impermeables para la captación de vertidos de obra.
Más afecciones
Pero la marjal y la laguna de la ribera sur del Júcar no es el único paraje protegido que se verá afectado por el cambio de trazado del trasvase. La nueva conducción desde el azud de la Marquesa, con una longitud de 73,9 kilómetros en vez de los 67 km de Cortes de Pallás, atraviesa cuatro Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) -Curso medio y bajo del Júcar, Sierra de Corbera, Curso medio del rio Albaida y Sierra de Enguera-; dos Áreas Importantes para las Aves (IBA) -Sierra de Enguera-La Canal de Navarrés y Sierras de La Safor y norte de Alicante-; ocho comunidades acogidas a la Directiva Hábitats y un paraje municipal -La Murta y La Casalle, en Alzira-, aparte de este humedal. También hay que tener en cuenta que existen 157 zonas arqueológicas o etnográficas afectadas por el trazado, de las cuales una veintena, según el estudio, «pueden imponer condicionantes de cara a la realización de las obras».
Municipios afectados
En concreto, son 16 municipios los atravesados por el trazado, atravesando territorios naturales con diferente grado de conservación, en muchos casos protegidos por diferentes figuras legislativas a nivel europeo, nacional y autonómico, tal y como se encarga de destacar el informe de Aguas del Júcar. Estos municipios son, de este a oeste, Cullera, Llaurí, Alzira, Carcaixent, Simat de la Valldigna, Barxeta, Genovés, Beniganim, Bellús, Xativa, L´Olleria, Canals, Montesa, Vallada, Mogente y La Font de la Figuera.
A pesar de todo, el informe confía en que se pueda minimizar al máximo el impacto ambiental.