Las lluvias registradas el último año no alcanzan ni el 50% de la media del último cuarto de siglo
Mar, 20/09/2005
Los valores mínimos de precipitaciones se concentran en las comarcas del Pla de Lleida, sobre todo el Segrià, el Pla d´Urgell, les Garrigues y l´Urgell
J. GUIL
BARCELONA. La conselleria de Medio Ambiente y Vivienda hizo balance ayer de las lluvias registradas en Cataluña desde septiembre de 2004 hasta el pasado agosto, y los resultados no son nada alentadores. Y ello a pesar de que la concienciación ciudadana ha llevadao a los catalanes a ahorrar en consumo de agua, ante el alarmismo que ha generado la actul sequía.
Cataluña registró durante el año pluviométrico que va desde el 1 de septiembre de 2004 hasta el 31 de agosto de 2005 la mitad del promedio de lluvias de los últimos 25 años en el centro y el oeste, mientras que en el resto de las zonas sólo alcanzó el 30%.
El conseller de Medio Ambiente y Vivienda de la Generalitat, Salvador Milà, y el director del Servicio Meteorológico de Cataluña, Joan Pallisé, presentaron ayer el informe de las lluvias registradas en el último año pluviométrico. Según estos datos, en el conjunto de Cataluña las precipitaciones han sido un 50% inferiores a las de los últimos diez años. En la actualidad, se está elaborando un estudio con los datos anteriores a 1996.
El informe indica que, a diferencia de la tendencia apuntada en los últimos cuatro años pluviométricos, en los que los valores de lluvia eran iguales o superiores al promedio, este año se han registrado «valores claramente inferiores».
Variabilidad territorial Otra característica es la «elevada variabilidad territorial», de manera que a pocos kilómetros de distancia se han acumulado valores superiores a los 1.000 litros por metro cuadrado y otros que no llegaban a los 150 litros por metro cuadrado.
Los valores máximos se concentraron en Val d´Aran, Pallars Sobirà y norte del Ripollès, donde se superaron ligeramante los 1.000 litros por metro cuadrado. En cambio, en la cordillera Transversal que incluye Montseny, les Guilleries y Collsacabra, que habitualmente alcanza los 1.000 litros, tan sólo llegó a los 500 litros por metro cuadrado.
Los valores mínimos se concentraron en las comarcas del Pla de Lleida, sobre todo el Segrià, el Pla d´Urgell, les Garrigues y l´Urgell, donde se acumularon menos de 200 litros por metro cuadrado. Estas cantidades son propias de climas áridos como los del Cabo de Gata, en el litoral de Almería, con precipitaciones anuales inferiores a los 300 litros por metro cuadrado.
En municipios como Alcarràs, Castelldans, Sers, Castellnou de Seana, Miralcamp o Bordeta, cayeron entre 137 y 183 litros por metro cuadrado, unas cifras que Pallisé calificó de «extraordinariamente bajas».
En comparación con los últimos cien años, Pallisé destacó las diferencias en la estación de Roquetes, donde en 1905 el promedio era de 534 litros por metro cuadrado y en el año pluviométrico 2004-2005 fue de 336 litros. En esta misma línea, la estación de Cervera alcanzó este año la pluviometría más baja desde 1916, con 207 litros por metro cuadrado. En el observatorio Fabra de Barcelona se registró el segundo índice más bajo desde 1914, con 368 litros por metro cuadrado.
Pese a todos estos datos, tras las lluvias de la semana pasada en Cataluña, la situación en los embalses ha mejorado y, en el peor de los casos, la reducción de agua doméstica podría darse a partir de noviembre.
Elogios a la concienciació ciudadana El conseller Milà subrayó que confían en que esta situación no se produzca porque, según la experiencia, octubre y el conjunto del otoño suele ser una época de lluvias. No obstante, dijo que si hubiera que disminuir el agua potable, no sería «de hoy para mañana», sino de forma gradual y en lugares concretos.
A día de hoy, las cuencas internas de Catalunya están al 30% de su capacidad mientras que hace un año estaban al 76%. Pese al panorama pesimistas, el conseller quiso destacar de forma «positiva» los acuerdos alcanzados con agricultores e industrias para reducir el agua para el riego o para las fábricas, así como el ahorro del uso doméstico por parte de los ciudadanos, lo que ha contribuido a que la situación no empeore.
Así, por ejemplo, remarcó el «buen uso» que han hecho del agua los regantes del Canal d´Urgell, reduciendo este recurso en un 20%, o los acuerdos en el Baix Ter, permitiendo recuperar 12 hectómetros cúbicos. También mencionó las campañas urbanas para reducir el uso doméstico del agua, que, en el caso de Barcelona, ha permitido un ahooro de agua superio r al 10%.
J. GUIL
BARCELONA. La conselleria de Medio Ambiente y Vivienda hizo balance ayer de las lluvias registradas en Cataluña desde septiembre de 2004 hasta el pasado agosto, y los resultados no son nada alentadores. Y ello a pesar de que la concienciación ciudadana ha llevadao a los catalanes a ahorrar en consumo de agua, ante el alarmismo que ha generado la actul sequía.
Cataluña registró durante el año pluviométrico que va desde el 1 de septiembre de 2004 hasta el 31 de agosto de 2005 la mitad del promedio de lluvias de los últimos 25 años en el centro y el oeste, mientras que en el resto de las zonas sólo alcanzó el 30%.
El conseller de Medio Ambiente y Vivienda de la Generalitat, Salvador Milà, y el director del Servicio Meteorológico de Cataluña, Joan Pallisé, presentaron ayer el informe de las lluvias registradas en el último año pluviométrico. Según estos datos, en el conjunto de Cataluña las precipitaciones han sido un 50% inferiores a las de los últimos diez años. En la actualidad, se está elaborando un estudio con los datos anteriores a 1996.
El informe indica que, a diferencia de la tendencia apuntada en los últimos cuatro años pluviométricos, en los que los valores de lluvia eran iguales o superiores al promedio, este año se han registrado «valores claramente inferiores».
Variabilidad territorial Otra característica es la «elevada variabilidad territorial», de manera que a pocos kilómetros de distancia se han acumulado valores superiores a los 1.000 litros por metro cuadrado y otros que no llegaban a los 150 litros por metro cuadrado.
Los valores máximos se concentraron en Val d´Aran, Pallars Sobirà y norte del Ripollès, donde se superaron ligeramante los 1.000 litros por metro cuadrado. En cambio, en la cordillera Transversal que incluye Montseny, les Guilleries y Collsacabra, que habitualmente alcanza los 1.000 litros, tan sólo llegó a los 500 litros por metro cuadrado.
Los valores mínimos se concentraron en las comarcas del Pla de Lleida, sobre todo el Segrià, el Pla d´Urgell, les Garrigues y l´Urgell, donde se acumularon menos de 200 litros por metro cuadrado. Estas cantidades son propias de climas áridos como los del Cabo de Gata, en el litoral de Almería, con precipitaciones anuales inferiores a los 300 litros por metro cuadrado.
En municipios como Alcarràs, Castelldans, Sers, Castellnou de Seana, Miralcamp o Bordeta, cayeron entre 137 y 183 litros por metro cuadrado, unas cifras que Pallisé calificó de «extraordinariamente bajas».
En comparación con los últimos cien años, Pallisé destacó las diferencias en la estación de Roquetes, donde en 1905 el promedio era de 534 litros por metro cuadrado y en el año pluviométrico 2004-2005 fue de 336 litros. En esta misma línea, la estación de Cervera alcanzó este año la pluviometría más baja desde 1916, con 207 litros por metro cuadrado. En el observatorio Fabra de Barcelona se registró el segundo índice más bajo desde 1914, con 368 litros por metro cuadrado.
Pese a todos estos datos, tras las lluvias de la semana pasada en Cataluña, la situación en los embalses ha mejorado y, en el peor de los casos, la reducción de agua doméstica podría darse a partir de noviembre.
Elogios a la concienciació ciudadana El conseller Milà subrayó que confían en que esta situación no se produzca porque, según la experiencia, octubre y el conjunto del otoño suele ser una época de lluvias. No obstante, dijo que si hubiera que disminuir el agua potable, no sería «de hoy para mañana», sino de forma gradual y en lugares concretos.
A día de hoy, las cuencas internas de Catalunya están al 30% de su capacidad mientras que hace un año estaban al 76%. Pese al panorama pesimistas, el conseller quiso destacar de forma «positiva» los acuerdos alcanzados con agricultores e industrias para reducir el agua para el riego o para las fábricas, así como el ahorro del uso doméstico por parte de los ciudadanos, lo que ha contribuido a que la situación no empeore.
Así, por ejemplo, remarcó el «buen uso» que han hecho del agua los regantes del Canal d´Urgell, reduciendo este recurso en un 20%, o los acuerdos en el Baix Ter, permitiendo recuperar 12 hectómetros cúbicos. También mencionó las campañas urbanas para reducir el uso doméstico del agua, que, en el caso de Barcelona, ha permitido un ahooro de agua superio r al 10%.