La lluvia frena el descenso de las reservas de los embalses La Agència de l'Aigua aprueba el decreto que afectará al consumo doméstico
Sáb, 10/09/2005
Las precipitaciones de los últimos días han frenado la pérdida de las reservas hídricas de las cuencas internas de Catalunya. No ha llovido lo suficiente como para que el volumen de los embalses remonte, pero por lo menos se ha logrado mantenerlo en el Llobregat y que aumente ligeramente en el Ter. Aun así, la situación no es óptima, sino todo lo contrario.
Fuentes de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) aseguran que tendría que llover durante un mes seguido en las cabeceras de los ríos para poder hablar de recuperación de los pantanos. El conseller
de Medi Ambient, Salvador Milà, subrayó que la sequía "continúa y continuará", sobre todo si sigue lloviendo en la franja litoral, en vez de hacerlo en la cabecera de las cuencas hídricas.
Desde el pasado domingo hasta ayer, viernes, los embalses de la cuenca del Ter (Sau-Susqueda) remontaron del 31,42% al 32,68%. Los del Llobregat (La Baells, La Llosa del Cavall y Sant Ponç) perdieron muy poco, del 23,63% al 23,55%. Cuando se supere el límite del 20%, las restricciones --que hasta ahora sólo afectan a los usos del agua para agricultura, hidroeléctricas, riego urbano y actividades recreativas-- alcanzarán a los grifos de los hogares.
UNANIMIDAD Ayer, el consejo de administración de la ACA, del que forman parte varias conselleries , ayuntamientos y diversos agentes sociales, aprobó por unanimidad un nuevo decreto de emergencia que regula el reparto de los últimos recursos hídricos que quedan y que pretende prolongar al máximo las reservas.
Este decreto, ahora, pasará al consejo técnico del Govern y se prevé que el Consell Executiu pueda aprobarlo el próximo 20 de septiembre. Su contenido, no obstante, no entrará en vigor hasta que se rebase ese fatídico 20% de reservas hídricas. Para entonces, el sistema regulado sólo podrá suministrar 230 litros por habitante y día (ahora la dotación es de 280). Ese volumen deberá repartirse entre hogares, industrias, agricultura y servicios municipales.
Si el nivel de los embalses llegase a bajar hasta el 15%, el suministro sería entonces de 210 litros; de reducirse hasta el 10%, 180 litros, y si se llega a sólo un 5% de reservas hídricas, la dotación bajará hasta 160 litros por habitante y día.
El área metropolitana de Barcelona que se abastece del Llobregat será la primera en sufrir recortes en el suministro doméstico, probablemente a comienzos de octubre. Los ciudadanos los notarán porque bajará la presión del agua o habrá cortes horarios de suministro, según las zonas.
Fuentes de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) aseguran que tendría que llover durante un mes seguido en las cabeceras de los ríos para poder hablar de recuperación de los pantanos. El conseller
de Medi Ambient, Salvador Milà, subrayó que la sequía "continúa y continuará", sobre todo si sigue lloviendo en la franja litoral, en vez de hacerlo en la cabecera de las cuencas hídricas.
Desde el pasado domingo hasta ayer, viernes, los embalses de la cuenca del Ter (Sau-Susqueda) remontaron del 31,42% al 32,68%. Los del Llobregat (La Baells, La Llosa del Cavall y Sant Ponç) perdieron muy poco, del 23,63% al 23,55%. Cuando se supere el límite del 20%, las restricciones --que hasta ahora sólo afectan a los usos del agua para agricultura, hidroeléctricas, riego urbano y actividades recreativas-- alcanzarán a los grifos de los hogares.
UNANIMIDAD Ayer, el consejo de administración de la ACA, del que forman parte varias conselleries , ayuntamientos y diversos agentes sociales, aprobó por unanimidad un nuevo decreto de emergencia que regula el reparto de los últimos recursos hídricos que quedan y que pretende prolongar al máximo las reservas.
Este decreto, ahora, pasará al consejo técnico del Govern y se prevé que el Consell Executiu pueda aprobarlo el próximo 20 de septiembre. Su contenido, no obstante, no entrará en vigor hasta que se rebase ese fatídico 20% de reservas hídricas. Para entonces, el sistema regulado sólo podrá suministrar 230 litros por habitante y día (ahora la dotación es de 280). Ese volumen deberá repartirse entre hogares, industrias, agricultura y servicios municipales.
Si el nivel de los embalses llegase a bajar hasta el 15%, el suministro sería entonces de 210 litros; de reducirse hasta el 10%, 180 litros, y si se llega a sólo un 5% de reservas hídricas, la dotación bajará hasta 160 litros por habitante y día.
El área metropolitana de Barcelona que se abastece del Llobregat será la primera en sufrir recortes en el suministro doméstico, probablemente a comienzos de octubre. Los ciudadanos los notarán porque bajará la presión del agua o habrá cortes horarios de suministro, según las zonas.