El Ebro pierde en 7 días el agua que Zaragoza se bebe en un año El Ebro roza el caudal de seguridad y el Gállego deja de suministrar al campo

Mar, 30/08/2005

El Periódico de Aragón

La extrema sequía está comenzando a mermar de forma acelerada las reservas de los pantanos de la cuenca del Ebro, que en la última semana se redujeron en 144 hectómetros cúbicos. Esta cantidad duplica, de paso, el consumo de agua que se registra en la ciudad de Zaragoza en un año, que se sitúa en torno a los 70 hectómetros. En términos de uso urbano, la reducción del caudal almacenado lleva un ritmo de 20.000 millones de litros diarios.
De hecho, sólo el balance de cuatro de los 58 pantanos de más de cinco hectómetros cúbicos de capacidad de la cuenca es positivo esta semana, según recoge el parte semanal de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Son los de Ribarroja, en el Ebro; Santa Ana, en el Noguera Ribagorzana; Albina, en el río alavés del mismo nombre, y Mediano, en el Cinca. Los dos primeros son de explotación hidroeléctrica, por lo que los incrementos responden más a maniobras del sistema hidráulico que a aportaciones del río. Con todo, el aumento experimentado por los cuatro es mínimo: siete hectómetros en una semana.
Los pantanos de la cuenca del Ebro suman unas reservas teóricas de 2.929 hectómetros cúbicos, lo que supone que tienen llena un 45% de su capacidad. Sin embargo, a ese volumen hay que restarle los millones de toneladas de barro que acumulan sus vasos.
Los pantanos de la margen derecha se encuentran al 36,6% de su capacidad. Almacenan 172 de los 470 hectómetros que les caben. Ese porcentaje es ligeramente inferior al de la margen izquierda, cuyos 1.417 hectómetros suponen el 38% del volumen teórico. En el eje del Ebro, por el contrario, los pantanos están, con 1.340 hectómetros, al 59% de su capacidad. El embalse de cabecera, encargado de garantizar los caudales ambientales del eje hasta Mequinenza junto con la aportación de los afluentes, ha perdido 31 hectómetros en las últimas dos semanas, en las que la aportación media del río no ha llegado a los dos metros cúbicos por segundo en su cabecera.
De hecho, el Ebro volvió a rozar ayer el caudal ambiental a su paso por Zaragoza. Por la mañana llevaba 30,35 metros por segundo cuando el chorro de seguridad es de 30, si bien por la tarde había subido a 34,7.
La situación de sequía es más grave en el Gállego, cuyos cuatro principales embalses --Lanuza, Búbal, La Peña y Ardisa-- sumaban 13,5 hectómetros cúbicos de reservas. Ante esta situación, la CHE optó ayer por cerrar el grifo y cortar el suministro para riego en las Huertas Viejas del Bajo Gállego. No obstante, los agricultores todavía dispondrán de dos días para aprovechar los caudales que bajen. De los pantanos únicamente saldrá el aua necesaria para garantizar el abastecimiento urbano y el caudal ambiental.
El Gállego bajaba ayer en Zaragoza al límite del caudal de seguridad y no lo alcanzaba en Búbal.