Medio centenar de muertos a causa de las inundaciones en Centroeuropa
Sáb, 27/08/2005
Berlín
El número de víctimas mortales producidas por las inundaciones
que asuelan Europa central asciende a una cincuentena después
de que en Rumanía se hayan encontrado 13 nuevos cadáveres, aunque
tanto en Alemania como en Austria y en Suiza las alertas han
disminuido sensiblemente.
En el distrito transilvano de Harghita, en el norte de Rumanía,
fueron recuperados ayer los cuerpos sin vida de las 13 personas
arrastradas por las aguas tras las lluvias del martes, con lo
que los fallecidos en este país son ya 41, indicaron fuentes
del Ministerio del Interior.
Tres personas continúan desaparecidas, entre ellas una niña de
cuatro años.
Tan sólo en la ciudad de Odorheiu Secuiesc, en Harghita, unas
800 casas fueron afectadas por el agua, mientras que otras 2.800
casas en 22 localidades de Transilvania fueron inundadas.
Muchas carreteras provinciales están bloqueadas, en parte debido
a las inundaciones, en parte por desprendimientos de tierra.
Más de un millar de personas han sido rescatadas de sus viviendas
anegadas y destruidas por las masas de agua, que además han inundado
miles de hectáreas de campo y numerosas carreteras.
En Alemania, el peligro de inundaciones por riadas en el sur
del país decreció sensiblemente en las últimas horas, aunque
la situación en algunas comarcas sigue siendo crítica.
Ese es el caso en la región de Kelheim, donde las autoridades
activaron ayer las alarmas, tras registrarse un aumento de casi
dos metros en el caudal del Danubio, que ahora alcanza los 7,40
metros, por lo que más de mil bomberos, soldados y voluntarios
levantaron barreras con sacos de arena e intentaban bombear el
agua que se filtra.
La situación es igualmente delicada en Ingolstadt, donde el aumento
del caudal del Danubio alcanzó ayer algunas de sus calles, si
bien las autoridades de protección civil no esperan inundaciones
de gran magnitud.
La situación en Karlsruhe, Ulm y Neu-Ulm mejoró por el contrario
de forma notoria y el nivel del Danubio, que la noche del martes
alcanzó los 7,09 metros, se sitúa ahora en los 3,18 metros, según
los bomberos.
En las localidades ribereñas de los ríos Inn e Isar, la amenaza
de inundaciones se ha ido disipando también, aunque los ciudadanos
sigue levantando diques con sacos de arena y vaciando sótanos
en prevención de nuevas crecidas.
En Austria, las autoridades han bajado la alerta de posible desbordamiento
del Danubio y otros ríos, tras cesar las fuertes lluvias e inundaciones
que afectaron a gran parte del territorio de esta república y
se cobraron cuatro vidas.
Mientras, los daños sufridos en el pequeño Estado federado de
Vorarlberg, fronterizo con Suiza, ascienden "al menos" a 100
millones de euros, según su gobernador, Herbert Sausgruber.
Las labores de reconstrucción y limpieza han comenzado también
en el estado federado de Tirol, donde el ejército y los bomberos
trabajan a destajo desde hace cuatro días, pero aún quedan lugares
aislados en esta región de alta montaña.
Así, en el valle de Paznaun (Paznauntal) están atrapados unos
6.000 turistas que sólo pueden abandonar su lugar de vacaciones
en helicóptero.
El número de víctimas mortales producidas por las inundaciones
que asuelan Europa central asciende a una cincuentena después
de que en Rumanía se hayan encontrado 13 nuevos cadáveres, aunque
tanto en Alemania como en Austria y en Suiza las alertas han
disminuido sensiblemente.
En el distrito transilvano de Harghita, en el norte de Rumanía,
fueron recuperados ayer los cuerpos sin vida de las 13 personas
arrastradas por las aguas tras las lluvias del martes, con lo
que los fallecidos en este país son ya 41, indicaron fuentes
del Ministerio del Interior.
Tres personas continúan desaparecidas, entre ellas una niña de
cuatro años.
Tan sólo en la ciudad de Odorheiu Secuiesc, en Harghita, unas
800 casas fueron afectadas por el agua, mientras que otras 2.800
casas en 22 localidades de Transilvania fueron inundadas.
Muchas carreteras provinciales están bloqueadas, en parte debido
a las inundaciones, en parte por desprendimientos de tierra.
Más de un millar de personas han sido rescatadas de sus viviendas
anegadas y destruidas por las masas de agua, que además han inundado
miles de hectáreas de campo y numerosas carreteras.
En Alemania, el peligro de inundaciones por riadas en el sur
del país decreció sensiblemente en las últimas horas, aunque
la situación en algunas comarcas sigue siendo crítica.
Ese es el caso en la región de Kelheim, donde las autoridades
activaron ayer las alarmas, tras registrarse un aumento de casi
dos metros en el caudal del Danubio, que ahora alcanza los 7,40
metros, por lo que más de mil bomberos, soldados y voluntarios
levantaron barreras con sacos de arena e intentaban bombear el
agua que se filtra.
La situación es igualmente delicada en Ingolstadt, donde el aumento
del caudal del Danubio alcanzó ayer algunas de sus calles, si
bien las autoridades de protección civil no esperan inundaciones
de gran magnitud.
La situación en Karlsruhe, Ulm y Neu-Ulm mejoró por el contrario
de forma notoria y el nivel del Danubio, que la noche del martes
alcanzó los 7,09 metros, se sitúa ahora en los 3,18 metros, según
los bomberos.
En las localidades ribereñas de los ríos Inn e Isar, la amenaza
de inundaciones se ha ido disipando también, aunque los ciudadanos
sigue levantando diques con sacos de arena y vaciando sótanos
en prevención de nuevas crecidas.
En Austria, las autoridades han bajado la alerta de posible desbordamiento
del Danubio y otros ríos, tras cesar las fuertes lluvias e inundaciones
que afectaron a gran parte del territorio de esta república y
se cobraron cuatro vidas.
Mientras, los daños sufridos en el pequeño Estado federado de
Vorarlberg, fronterizo con Suiza, ascienden "al menos" a 100
millones de euros, según su gobernador, Herbert Sausgruber.
Las labores de reconstrucción y limpieza han comenzado también
en el estado federado de Tirol, donde el ejército y los bomberos
trabajan a destajo desde hace cuatro días, pero aún quedan lugares
aislados en esta región de alta montaña.
Así, en el valle de Paznaun (Paznauntal) están atrapados unos
6.000 turistas que sólo pueden abandonar su lugar de vacaciones
en helicóptero.