Canarias quedó a dos litros de agua por metro cuadrado del umbral de emergencias
Sáb, 20/08/2005
Todos los puntos de las islas recuperaron ayer la normalidad completa. El PSC insiste en la falta de previsión en las infraestructuras hidráulicas
P. ALCALÁ/ E.CALVO
LAS PALMAS. El Gobierno de Canarias reconoció ayer la falta de previsión acerca de los efectos negativos que la lluvia causó sobre ambas islas capitalinas. No obstante, apuntaron las fuentes gubernamentales, dicha imprevisión fue causada por la propia falta de alarma del Instituto Nacional de Meteorología, que tan sólo predijo «chubascos débiles».
La tormenta tropical que anegó ayer diferentes puntos de Gran Canaria y Tenerife, no aparecía el jueves en ninguna de las previsiones hechas por el INM. De hecho, ayer era el propio Instituto el que restaba importancia a la cantidad de agua recogida en las Islas.
En cualquier caso, aunque las autoridades de una y otra isla respondieron con cierta celeridad ante la evidencia de la gravedad, las infraestructuras hidráulicas tanto del sur de Tenerife, como de la capital grancanaria volvieron a mostrar deficiencias para responder a unas lluvias que superaron muy escasamente el umbral de la anormalidad.
Lluvias débiles
Según el director general de Seguridad y Emergencias, José Andrés de las Casas, las previsiones del Instituto Nacional de Meteorología anunciaban para el jueves lluvias débiles, sin sobrepasar los umbrales establecidos en la capital grancanaria para declarar la situación de alerta, fijados en 30 litros por metro cuadrado, y de hecho se alcanzaron los 28 litros.
«La situación real fue imprevista para todos, nos vimos sorprendidos por que la borrasca se estableció y pasó de forma muy lenta por Las Palmas de Gran Canaria», de manera que la lluvia se acercó al umbral de los treinta litros, agregó.
La Dirección General de Seguridad y Emergencias había establecido la prealerta por viento, de acuerdo con las predicciones meteorológicas, pero no hubo tiempo a la alerta por lluvias por lo imprevisto del fenómeno.
Cuando se conoció el alcance real de la tormenta se alertó a Tenerife, «y ese es el motivo de que una isla fuera alertada y la otra no», según indicó el director general.
Por su parte, el INM tampoco activó alarma alguna, aunque sí notificó la presencia del fenómeno meteorológico.
Las críticas, sin embargo, no se han hecho esperar. El socialista tinerfeño Antonio Martinón declaraba ayer a ABC que «esta situación es realmente impropia en una sociedad moderna». Martinón apuntó a la «falta de infraestructuras preparadas para estos casos en la isla, especialmente en el sur».
El socialista, que calificó «esta falta de previsión» de «asombrosa», insistió en que, «además de la población del Archipiélago», son «los turistas quienes sufren estos efectos, que generan una imagen dañina para el sector turístico en general».
Niebla en las últimas horas de alerta
Mientras tanto, la isla de Tenerife trataba ayer de volver a la normalidad, después de la situación de caos en la que quedaron las principales vías de comunicación entre el norte y el sur de la isla, y de que otros fenómenos ligados al mal tiempo, como la niebla, dificultasen y agravasen las últimas horas de la alerta.
También en el aeropuerto de Tenerife Norte se recuperó ayer la normalidad. El aeródromo, profundamente afectado durante la jornada del jueves por las malas condiciones meteorológicas, operaba ayer sin cancelaciones ni desvíos de vuelos a otros aeródromos, aunque sí se registraron algunos retrasos, según informaron a Efe fuentes de Aena.
Idéntica normalidad se vivió en las carreteras afectadas el jueves, que presentaban ayer un firme seco y libre de las grandes bolsas de agua registradas el día anterior, tras contabilizarse precipitaciones de hasta 80 litros de agua por metro cuadrado, a la altura del municipio de Adeje.
P. ALCALÁ/ E.CALVO
LAS PALMAS. El Gobierno de Canarias reconoció ayer la falta de previsión acerca de los efectos negativos que la lluvia causó sobre ambas islas capitalinas. No obstante, apuntaron las fuentes gubernamentales, dicha imprevisión fue causada por la propia falta de alarma del Instituto Nacional de Meteorología, que tan sólo predijo «chubascos débiles».
La tormenta tropical que anegó ayer diferentes puntos de Gran Canaria y Tenerife, no aparecía el jueves en ninguna de las previsiones hechas por el INM. De hecho, ayer era el propio Instituto el que restaba importancia a la cantidad de agua recogida en las Islas.
En cualquier caso, aunque las autoridades de una y otra isla respondieron con cierta celeridad ante la evidencia de la gravedad, las infraestructuras hidráulicas tanto del sur de Tenerife, como de la capital grancanaria volvieron a mostrar deficiencias para responder a unas lluvias que superaron muy escasamente el umbral de la anormalidad.
Lluvias débiles
Según el director general de Seguridad y Emergencias, José Andrés de las Casas, las previsiones del Instituto Nacional de Meteorología anunciaban para el jueves lluvias débiles, sin sobrepasar los umbrales establecidos en la capital grancanaria para declarar la situación de alerta, fijados en 30 litros por metro cuadrado, y de hecho se alcanzaron los 28 litros.
«La situación real fue imprevista para todos, nos vimos sorprendidos por que la borrasca se estableció y pasó de forma muy lenta por Las Palmas de Gran Canaria», de manera que la lluvia se acercó al umbral de los treinta litros, agregó.
La Dirección General de Seguridad y Emergencias había establecido la prealerta por viento, de acuerdo con las predicciones meteorológicas, pero no hubo tiempo a la alerta por lluvias por lo imprevisto del fenómeno.
Cuando se conoció el alcance real de la tormenta se alertó a Tenerife, «y ese es el motivo de que una isla fuera alertada y la otra no», según indicó el director general.
Por su parte, el INM tampoco activó alarma alguna, aunque sí notificó la presencia del fenómeno meteorológico.
Las críticas, sin embargo, no se han hecho esperar. El socialista tinerfeño Antonio Martinón declaraba ayer a ABC que «esta situación es realmente impropia en una sociedad moderna». Martinón apuntó a la «falta de infraestructuras preparadas para estos casos en la isla, especialmente en el sur».
El socialista, que calificó «esta falta de previsión» de «asombrosa», insistió en que, «además de la población del Archipiélago», son «los turistas quienes sufren estos efectos, que generan una imagen dañina para el sector turístico en general».
Niebla en las últimas horas de alerta
Mientras tanto, la isla de Tenerife trataba ayer de volver a la normalidad, después de la situación de caos en la que quedaron las principales vías de comunicación entre el norte y el sur de la isla, y de que otros fenómenos ligados al mal tiempo, como la niebla, dificultasen y agravasen las últimas horas de la alerta.
También en el aeropuerto de Tenerife Norte se recuperó ayer la normalidad. El aeródromo, profundamente afectado durante la jornada del jueves por las malas condiciones meteorológicas, operaba ayer sin cancelaciones ni desvíos de vuelos a otros aeródromos, aunque sí se registraron algunos retrasos, según informaron a Efe fuentes de Aena.
Idéntica normalidad se vivió en las carreteras afectadas el jueves, que presentaban ayer un firme seco y libre de las grandes bolsas de agua registradas el día anterior, tras contabilizarse precipitaciones de hasta 80 litros de agua por metro cuadrado, a la altura del municipio de Adeje.