Los municipios que piden ayuda a la ACA para superar la sequía son ya cincuenta y seis

Sáb, 20/08/2005

ABC

Los técnicos de la ACA continúan trabajando en la redacción del decreto de emergencia, que incluye cortes en el suministro de agua doméstico

ELENA MELLADO

BARCELONA. Ya son 56 las poblaciones de Cataluña que están en situación de emergencia por la sequía y que han solicitado la ayuda de la Agencia Catalana del Agua (ACA).

Estos municipios -treinta de los cuales pertenecen a la provincia de Barcelona, 18 a Lleida, siete a Tarragona y uno a Girona- no pueden abastecerse de agua para el consumo doméstico porque no están conectados a las grandes redes, por lo que «están siendo abastecidos con camiones cisterna», según explicó ayer a este diario el director del área de inspección y control de la ACA, Josep Maria Obis.

A principios de julio tan sólo eran 23 las poblaciones que solicitaban la actuación de la Agencia. «Justo un mes después, otras 26 localidades nos pidieron ayuda porque los pozos de los que se abastecían se habían secado, y esta semana la cifra ya asciende a 56», explicó Obis, que aseguró que en total, unos 140 municipios podrían llegar a pedir ayuda «si las cosas siguen como hasta ahora».

Josep Maria Obis señaló que la situación hidrológica «evoluciona hacia escenarios más pesimistas» a causa de la reducción progresiva de las reservas, y precisó que las tormentas registradas en los últimos días «han sido muy localizadas y no han compensado esta sequía», la más grave de los últimos sesenta años.

Ampliación de restricciones

Ante esta situación, en el 98 por ciento de Cataluña rige el nivel uno de excepcionalidad del decreto de sequía, que supone restricciones para los usos de agua en el regadío, de producción hidroeléctrica, y otros más superfluos como el riego de calles o jardines. La cuenca del río Muga, en Girona, se sumó el miércoles al citado nivel de excepcionalidad, que aún no afecta a las cuencas del Garona y Siurana-Riudecanyes.

En su conjunto, los embalses de las cuencas internas se encuentran al 34 por ciento de su capacidad máxima, frente al 78,8 por ciento que marcaban el año pasado por las mismas fechas. No obstante, la situación más preocupante se da en los pantanos del río Llobregat, que están al 25 por ciento de su capacidad. De hecho, los principales embalses, como el de Sau, Susqueda y La Baells, son los que registran los peores niveles de reservas, que se sitúan en el 40,4 por ciento, el 29,3 y el 23,8 por ciento de su capacidad máxima, respectivamente.

Pese a la gravedad de la situación, la Agencia Catalana del Agua asegura que Cataluña entrará previsiblemente en la fase de excepcionalidad 2 a finales de este mes, unos veinte días después de lo previsto. Entonces, sólo se permitirá el riego de los árboles frutales y se restringirá el consumo que no sea de abastecimiento en los hogares o la industria.

Riego con agua depurada

Según el director del área de inspección y control de la ACA, se ha podido aplazar esta fase gracias a la cesión del agua de los regantes del Baix Ter y a la disminución del consumo industrial y doméstico, que ya en junio bajó un 6,5 por ciento en el área metropolitana de Barcelona.

La Comunidad de Regantes del Baix Ter, con suficientes reservas de agua, acordó el pasado 11 de agosto restringir al máximo los riegos para garantizar el consumo en la región metropolitana de Barcelona, lo que permitirá ahorrar 12 millones de metros cúbicos hasta finales de septiembre.

Por su parte, la Comunidad de Regantes del Canal de la Derecha del Llobregat ha empezado hoy a utilizar el agua para el riego procedente de las depuradoras de Sant Feliu de Llobregat y del Baix Llobregat, que la ACA ha puesto a su disposición como alternativa al agua procedente de los embalses. De este modo, se conseguirán ahorrar otros 8 millones de metros cúbicos de agua.

Las restricciones llegan justo en el momento en que faltan pocas semanas para terminar la campaña de regadío, «con lo que parece que las consecuencias serán mínimas», añadió Obis.

Asimismo, los técnicos del ACA siguen trabajando en la redacción del decreto de emergencia que es la última de fase del decreto de sequía e incluye cortes en el suministro doméstico. «Se podrían dar situaciones en que se cortara el agua durante algunas horas en determinadas poblaciones, aunque estas decisiones deberán pactarse con los municipios en función del número de habitantes, etc», precisó Obis.

Medidas alternativas

El decreto será aprobado por el Consell Executiu en su reunión del 31 de agosto o del 6 de septiembre, de cara a la posible entrada en vigor a mediados de septiembre, y se basará en los planes de emergencia presentados por los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes.

Del mismo modo, los técnicos ya están trabajando para adoptar en el futuro medidas que permitan aprovechar otro tipo de recursos «que hasta ahora se han obviado, como por ejemplo los aqüíferos», explicó Obis que recordó que se está ampliando la planta desaladora de Tordera con el objetivo de utilizarla «en caso de que repita una sequía como esta».