Las obras de desdoblamiento que se realizan en la carretera CL-601, para su conversión en autovía entre Segovia y Valladolid, han dejado al descubierto restos de un antiguo conducto de distribución de agua del siglo XIX que abastecía en su época a varios pueblos a través de un manantial.
El hallazgo se ha registrado en el término municipal de Valseca, en la zona conocida como "El Abanico", en la que se une la CL-601 con la CL-603, donde la Consejería de Fomento realiza estas obras, que fueron adjudicadas el pasado marzo por un importe total de 11.973.081 euros y un plazo máximo de ejecución de 24 meses.
Aunque se conocía la existencia de esta infraestructura antes de elaborar la declaración de impacto ambiental, las dimensiones y estado de conservación de las arquetas sorprendieron a los operarios de las empresas constructoras.
Desde el Servicio Territorial de Fomento y de la unidad de Arqueología se ha puesto en marcha una inspección gráfica y fotográfica, según comunicó el responsable del servicio de Fomento, José Antonio Arranz Aguirre, quien además apuntó que se ha actuado "con arreglo a la Ley de Patrimonio".
"Se está analizando y antes de continuar con las obras se sacará toda la información gráfica y fotográfica a través de una exhaustiva inspección", añadió. Una vez obtenida toda esta documentación, la zona será protegida para evitar que las obras afecten a la zona.
RECUERDO DE LOS MÁS MAYORES.
Por su parte, el alcalde de Valseca, Miguel Angel Palacios (PSOE), aseguró hoy que los vecinos más mayores recuerdan la existencia de esta red de abastecimiento que servía para transportar el agua desde un antiguo manantial, conocido como "Fuente de Rubiales", en el término de Bernuy de Porreros, hasta la localidad de Zamarramala.
Asimismo, Palacios indicó que en las proximidades de la obra se mantienen una serie de muros de fábrica que podrían formar parte de un antiguo acueducto formado por 18 arcos, por lo que se le conocía como "los 18 ojos" y que contiene aún una tubería de cerámica.