Los cultivos de la cuenca de la Muga también sufrirán restricciones de agua La ACA advierte de que la situación de sequía «evoluciona hacia escenarios más pesimistas»
Mié, 17/08/2005
BARCELONA.- La cuenca de la Muga también sufrirá restricciones.La Agencia Catalana del Agua (ACA) amplió con este anuncio una fase de excepcionalidad 1 del decreto de sequía, que ya abarca casi todo el territorio catalán, salvo los sistemas hídricos del Garona y Siurana-Riudecanyes.
Es más, la ACA volvió a advertir de que la situación hidrológica «evoluciona hacia escenarios más pesimistas» por la reducción progresiva de las reservas.
Aun así, dio una buena noticia en un panorama del agua desolador: no se plantea a corto plazo la posibilidad de entrar en la fase de excepcionalidad 2 del decreto de sequía, que prevé drásticas restricciones en el uso industrial y agrícola del agua.
En principio, ayer debían entrar en esa segunda fase las cuencas con menos reservas hídricas, pero las lluvias de las últimas semanas, el descenso del consumo y la cesión de agua de los regantes del Ter han permitido aplazar esta decisión a la espera de una situación más límite.
Por el momento, las cuencas de los ríos Llobregat y Cardener son las más perjudicadas por la sequía. Sus reservas hídricas se encuentran tan sólo a un cuarto de su capacidad.
Donde todo está ligado y asegurado hasta al menos dentro de veinte días es en el área metropolitana de Barcelona. Esto será posible gracias a las restricciones que aplicarán los regantes del río Ter, que permitirán ahorrar hasta el final del ejercicio 12 millones de metros cúbicos de agua.
La ACA cortó el pasado fin de semana el suministro a la Comunidad de Regantes del Canal de la Derecha del Llobregat. En compensación, puso a su disposición agua de riego que procedía de las depuradoras de Sant Feliu de Llobregat y del Baix Llobregat.
La Agencia Catalana del Agua ha tenido que intervenir también en los pozos o acuíferos municipales de unas 40 poblaciones de Cataluña. Para garantizar el suministro doméstico, ha transportado el agua mediante camiones cisterna.
Por el momento, la puesta o no en marcha de este segundo nivel de la fase de excepcionalidad del decreto de sequía -el que sólo autoriza el riego para garantizar la subsistencia de los árboles- queda a expensas de una nueva revisión de los embalses que la ACA realizará dentro de 15 días.
Además, los regantes catalanes invertirán, según informa la agencia Europa Press, más de 74,8 millones de euros en la modernización de regadíos con el objetivo de mejorar los sistemas de riego, favorecer un uso más eficiente del agua y afrontar así los efectos de la sequía.
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) estima que las obras de modernización afectarán a un total de 12.300 regantes catalanes y permitirán actuar sobre 36.300 hectáreas de regadío de la misma comunidad.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, «estas obras permitirán un uso más eficiente del agua y un ahorro muy importante en todas las redes de riego que dependen de los regantes catalanes».También destacó que este esfuerzo puede caer en saco roto si no tienen el agua garantizada para su actividad.
Es más, la ACA volvió a advertir de que la situación hidrológica «evoluciona hacia escenarios más pesimistas» por la reducción progresiva de las reservas.
Aun así, dio una buena noticia en un panorama del agua desolador: no se plantea a corto plazo la posibilidad de entrar en la fase de excepcionalidad 2 del decreto de sequía, que prevé drásticas restricciones en el uso industrial y agrícola del agua.
En principio, ayer debían entrar en esa segunda fase las cuencas con menos reservas hídricas, pero las lluvias de las últimas semanas, el descenso del consumo y la cesión de agua de los regantes del Ter han permitido aplazar esta decisión a la espera de una situación más límite.
Por el momento, las cuencas de los ríos Llobregat y Cardener son las más perjudicadas por la sequía. Sus reservas hídricas se encuentran tan sólo a un cuarto de su capacidad.
Donde todo está ligado y asegurado hasta al menos dentro de veinte días es en el área metropolitana de Barcelona. Esto será posible gracias a las restricciones que aplicarán los regantes del río Ter, que permitirán ahorrar hasta el final del ejercicio 12 millones de metros cúbicos de agua.
La ACA cortó el pasado fin de semana el suministro a la Comunidad de Regantes del Canal de la Derecha del Llobregat. En compensación, puso a su disposición agua de riego que procedía de las depuradoras de Sant Feliu de Llobregat y del Baix Llobregat.
La Agencia Catalana del Agua ha tenido que intervenir también en los pozos o acuíferos municipales de unas 40 poblaciones de Cataluña. Para garantizar el suministro doméstico, ha transportado el agua mediante camiones cisterna.
Por el momento, la puesta o no en marcha de este segundo nivel de la fase de excepcionalidad del decreto de sequía -el que sólo autoriza el riego para garantizar la subsistencia de los árboles- queda a expensas de una nueva revisión de los embalses que la ACA realizará dentro de 15 días.
Además, los regantes catalanes invertirán, según informa la agencia Europa Press, más de 74,8 millones de euros en la modernización de regadíos con el objetivo de mejorar los sistemas de riego, favorecer un uso más eficiente del agua y afrontar así los efectos de la sequía.
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) estima que las obras de modernización afectarán a un total de 12.300 regantes catalanes y permitirán actuar sobre 36.300 hectáreas de regadío de la misma comunidad.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, «estas obras permitirán un uso más eficiente del agua y un ahorro muy importante en todas las redes de riego que dependen de los regantes catalanes».También destacó que este esfuerzo puede caer en saco roto si no tienen el agua garantizada para su actividad.