Los regantes del Ter ceden parte de su caudal al área metropolitana de Barcelona

Vie, 12/08/2005

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El agua que ahorren los regantes del Baix Ter, doce millones de metros cúblicos, equivaldrá a una veintena de días de consumo en Barcelona y su área metropolitana

Lago de Banyoles

El lago de Banyoles ha visto cómo este año el nivel de agua desciende hasta cotas que no se veían desde hace 39 años. Y es que la sequía empieza a hacer mella incluso en uno de los parajes naturales más característicos de la provincia de Girona. Sólo hace falta echar un vistazo para ver que el nivel del lago se encuentra 13 centímetros por debajo de la cota cero. Éste es el segundo nivel más bajo registrado en Banyoles desde que en 1966 el nivel del agua bajase hasta 25 centímetros por debajo de la cota cero. Desde el pasado abril, los responsables del lago han visto cómo, mes tras mes, el agua se alejaba de esa cota cero. Por su parte, el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Jaume Solà, manifestó que «estamos ante un grave problema de sequía que no se daba desde hace sesenta años». «No podemos basarnos en la experiencia para solucionar este problema porque en esta caso no nos sirve», afirmó.

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BARCELONA. La Comunidad de Regantes del Baix Ter (Girona) reducirá al máximo el riego agrícola hasta el final de campaña, lo que permitirá ahorrar en los embalses 12 millones de metros cúbicos de agua, cantidad equivalente a una veintena de días de consumo en el área metropolitana de Barcelona. El ahorro con estas restricciones al riego, unido a las lluvias de los últimos días y al descenso del consumo en el área metropolitana, evitará que la próxima semana se declare la fase de excepcionalidad 2 del decreto de sequía, como estaba previsto, según explicó ayer en rueda de prensa el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Jaume Solà.

Las Comunidades de Regantes del Baix Ter, con suficientes reservas de agua, han acordado restringir al máximo los riegos para garantizar el consumo en la región metropolitana de Barcelona, puesto que la cuenca del Llobregat está ya «colapsada», según Solà. La reducción, que se irá aplicando paulatinamente, permitirá ahorrar 12 millones de metros cúbicos hasta finales de septiembre y ganar el equivalente a 20 días de consumo.

Jaume Solà elogió el «acto de solidaridad» de los regantes, cuyo representante, Narcís Illa, destacó que los agricultores del Baix Ter han hecho «un esfuerzo muy importante, incluso sacrificando dinero», para garantizar el ahorro de agua. Según Illa, este esfuerzo «servirá para paliar el problema sólo un año o dos», por lo que pidió que se busquen otras fuentes de suministro para el área metropolitana de Barcelona, de manera que el abastecimiento no sólo dependa del río Ter.

Grupo de trabajo

En este sentido, Solà informó de que se ha creado un grupo de trabajo, en el que también se ha integrado el Departamento de Agricultura, para avanzar en la solución de los problemas de concesiones e infraestructuras de regadíos del Baix Ter. Las restricciones aprobadas ahora se suman al ahorro del 20 por ciento del agua que los regantes del Baix Ter aplican desde principios de junio, cuando se aprobó el decreto de sequía.

Jaume Solà anunció que, así, el 15 de septiembre no será necesario declarar la segunda fase de excepcionalidad del decreto de sequía, que prevé restricciones más severas en el uso agrícola e industrial, en ninguna cuenca de Cataluña. Según Solà, se ha podido evitar esa fase gracias a la cesión de agua de los regantes del Baix Ter, a la disminución del consumo industrial y doméstico -que en junio bajó un 6,5 por ciento en el área metropolitana de Barcelona- y a las últimas lluvias.

No obstante, los técnicos de la ACA siguen trabajando en la redacción del decreto de emergencia, que incluye cortes en el suministro doméstico. El decreto será aprobado por el Consell Executiu en su reunión del 31 de agosto o del 6 de septiembre, de cara a la posible entrada en vigor en otoño, y se basará en los planes de emergencia presentados por los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes.

Por otra parte, Jaume Solà anunció que antes del domingo se cerrará completamente el suministro de agua para los regantes del Llobregat, aunque éstos todavía no han solicitado agua procedente de depuradora que la ACA ha puesto a su disposición. Solà insistió en que los agricultores no tienen otro remedio que aceptar el agua depurada, que, a su juicio, «tiene las condiciones sanitarias adecuadas». El Sindicato de Jóvenes Agricultores y Ganaderos reclamó ayer a la ACA compensaciones de hasta 6.000 euros por hectárea para los agricultores que no quieran regar con el agua depurada.