Los regantes alicantinos plantean el órdago de renunciar al trasvase y dejar de pagarlo
Sáb, 06/08/2005
La usuarios, que aportan un tercio de la financiación de las obras, mantienen un crédito de 75 millones de euros con la CAM y otras ocho entidades bancarias
I. BLASCO/P. A. ORTIZ
ALICANTE/VALENCIA. La idea de dejar de abonar el dinero previsto para la ejecución de las obras del trasvase Júcar-Vinalopó si se materializan los planes del Gobierno de modificar su trazado fue ayer recuperada por los regantes a través del activo gabinete de crisis que la Junta de usuarios alicantina mantiene a pleno rendimiento durante este mes de agosto.
La medida, tan drástica como para lograr la potencial inviabilidad de la conducción, ya fue planteada por el organismo el pasado mes de febrero, cuando el Ministerio de Medio Ambiente decidió excluir de la transferencia interprovincial el caudal de agua destinado al abastecimiento.
Ahora, con una situación inmediata mucho más incierta, los usuarios del Vinalopó han vuelto a poner sobre el tapete la temeridad que supone seguir pagando una obra cuyo futuro permanece, más que nunca, en el aire.
El órdago de los regantes alicantinos consiste ahora en una renuncia expresa al agua procedente del Júcar si es que ésta es tomada desde el Azud de la Marquesa. La consecuencia natural sería no continuar contribuyendo más a las obras de construcción de la infrastructura con los 75 millones de euros obtenidos por los regantes de varias entidades financieras lideradas por la CAM mediante la concesión de un crédito sindicado.
En el fragor de la ofensiva iniciada por los agricultores de Alicante para paralizar la planificación de Narbona, el gabinete de crisis de la Junta de Usuarios confirmó ayer que los regantes renunciarán al agua con toma por Cullera y, en consecuencia, dejarán de contribuir económicamente al proyecto, al que inicialmente contribuyen fianciando un tercio de su coste.
Pagos previstos
La estrategia de ejercer este elemento de presión añade un nuevo de elemento de inquietud en la provincia, que se extiende ahora a sus entidades finacieras. Como ya acontenció el pasado febrero, la CAM y las otros ocho bancos que suscribieron con la Junta el crédito sindicado difícilmente disimulan su natural preocupación ante las dudas que envuelven el proyecto por mucho que los regantes aseguren, como ya hicieron hace seis meses, que «el pago del crédito debe seguir siendo asumido» con independencia del destino final de la conducción.
La estimación de endeudamiento de acuerdo con la planificación original del proyecto se sitúa en 750 euros por regante. El año pasado, la Junta abonó a los bancos 750.000 euros en concepto de la comisión de apertura derivada de la concesión del préstamo. Durante este ejercicio, la previsión fijaba en 20 millones de euros el monto del pago correspondiente a las certificaciones de obra que Aguas del Júcar tenía planificado ejecutar durante este ejercicio antes de que la incertidumbre se instalara una vez más sobre la infraestructura.
Reunión en Valencia
Por otra parte, ayer se generó mucha expectación por la reunión que aglutinó a las principales organizaciones agrarias de la Comunidad Valenciana. La asistencia del presidente de Jóvenes Agricultores de Alicante, Eladio Aniorte, sorprendió ante la posibilidad de que se firmara una «mesa del agua». Un acuerdo que pretendería arrinconar al PP a causa del contratrazado del trasvase al Vinalopó, con el PSPV y el Ministerio moviendo los hilos. No fue así. Las posturas enfrentadas propiciaron que la reunión se quedara únicamente en una declaración de intenciones.
Al final, en el acto se llegó a unas conclusiones muy vagas y generales. Todos coincidieron en que era necesario eliminar la «instrumentación política» del agua (según insinuó La Unió es obra del PP y según Asaja-Alicante del PSOE y ERC) y conseguir el «pacto del agua», dejando de lado las matizaciones internas de cada una de las organizaciones agrarias. En definitiva, según dijo el presidente de La Unió, Joan Brusca, «incidir en lo que coincidimos, que la Comunidad Valenciana tiene déficit hídrico en algunas zonas». Empresa tan difícil, poner de acuerdo a los agricultores, se complica aún más con el siguiente objetivo: que el acuerdo sea tan amplio como para sumar también a todos los partidos.
Aniorte, discordante
Al acto, al que acudieron representantes de La Unió, AVA, la Federación Provincial de Agricultores de Castellón (Fepac), Jóvenes Agricultores de Alicante y la UPA, estuvo marcado por la voz discordante de Aniorte. El dirigente agrario señaló que la reunión fue «positiva», aunque matizó que «aún estamos muy distantes» y que «nuestra posición en Alicante no ha cambiado en lo sustancial».
Detrás de las llamadas generales al consenso y al diálogo no hubo ningún avance más. La modificación del trazado del trasvase dominó una reunión que en principio se centraba en las actuaciones hídricas de toda la Comunidad. El representante de Fepac, Néstor Pascual, lo reconoció al calificar «tensa» la reunión. «Nosotros hemos defendido siempre los mismo trasvases», aseguró Aniorte. «Los que han cambiado son otros», afirmó el presidente de Jóvenes Agricultores, aludiendo claramente a sus compañeros de mesa de AVA (Aguado) y Unió (Brusca). Además, Aniorte indicó que tiene miedo de firmar un «pacto-trampa», ya que, según dijo, en Alicante «intuimos que la modificación se ha realizado para no hacer el trasvase Júcar-Vinalopó al final».
Brusca, en alusión al PP, se indignó por la «situación de confrontación histórica» a la que se ha llegado en la Comunidad por «una excesiva instrumentación política». Así, señaló la voluntad general de «propiciar reuniones en aquellos lugares donde hay crispación». Por su parte, el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, indicó que se va ha intentar resolver el problema del agua en la Comunidad con la «máxima urgencia».
I. BLASCO/P. A. ORTIZ
ALICANTE/VALENCIA. La idea de dejar de abonar el dinero previsto para la ejecución de las obras del trasvase Júcar-Vinalopó si se materializan los planes del Gobierno de modificar su trazado fue ayer recuperada por los regantes a través del activo gabinete de crisis que la Junta de usuarios alicantina mantiene a pleno rendimiento durante este mes de agosto.
La medida, tan drástica como para lograr la potencial inviabilidad de la conducción, ya fue planteada por el organismo el pasado mes de febrero, cuando el Ministerio de Medio Ambiente decidió excluir de la transferencia interprovincial el caudal de agua destinado al abastecimiento.
Ahora, con una situación inmediata mucho más incierta, los usuarios del Vinalopó han vuelto a poner sobre el tapete la temeridad que supone seguir pagando una obra cuyo futuro permanece, más que nunca, en el aire.
El órdago de los regantes alicantinos consiste ahora en una renuncia expresa al agua procedente del Júcar si es que ésta es tomada desde el Azud de la Marquesa. La consecuencia natural sería no continuar contribuyendo más a las obras de construcción de la infrastructura con los 75 millones de euros obtenidos por los regantes de varias entidades financieras lideradas por la CAM mediante la concesión de un crédito sindicado.
En el fragor de la ofensiva iniciada por los agricultores de Alicante para paralizar la planificación de Narbona, el gabinete de crisis de la Junta de Usuarios confirmó ayer que los regantes renunciarán al agua con toma por Cullera y, en consecuencia, dejarán de contribuir económicamente al proyecto, al que inicialmente contribuyen fianciando un tercio de su coste.
Pagos previstos
La estrategia de ejercer este elemento de presión añade un nuevo de elemento de inquietud en la provincia, que se extiende ahora a sus entidades finacieras. Como ya acontenció el pasado febrero, la CAM y las otros ocho bancos que suscribieron con la Junta el crédito sindicado difícilmente disimulan su natural preocupación ante las dudas que envuelven el proyecto por mucho que los regantes aseguren, como ya hicieron hace seis meses, que «el pago del crédito debe seguir siendo asumido» con independencia del destino final de la conducción.
La estimación de endeudamiento de acuerdo con la planificación original del proyecto se sitúa en 750 euros por regante. El año pasado, la Junta abonó a los bancos 750.000 euros en concepto de la comisión de apertura derivada de la concesión del préstamo. Durante este ejercicio, la previsión fijaba en 20 millones de euros el monto del pago correspondiente a las certificaciones de obra que Aguas del Júcar tenía planificado ejecutar durante este ejercicio antes de que la incertidumbre se instalara una vez más sobre la infraestructura.
Reunión en Valencia
Por otra parte, ayer se generó mucha expectación por la reunión que aglutinó a las principales organizaciones agrarias de la Comunidad Valenciana. La asistencia del presidente de Jóvenes Agricultores de Alicante, Eladio Aniorte, sorprendió ante la posibilidad de que se firmara una «mesa del agua». Un acuerdo que pretendería arrinconar al PP a causa del contratrazado del trasvase al Vinalopó, con el PSPV y el Ministerio moviendo los hilos. No fue así. Las posturas enfrentadas propiciaron que la reunión se quedara únicamente en una declaración de intenciones.
Al final, en el acto se llegó a unas conclusiones muy vagas y generales. Todos coincidieron en que era necesario eliminar la «instrumentación política» del agua (según insinuó La Unió es obra del PP y según Asaja-Alicante del PSOE y ERC) y conseguir el «pacto del agua», dejando de lado las matizaciones internas de cada una de las organizaciones agrarias. En definitiva, según dijo el presidente de La Unió, Joan Brusca, «incidir en lo que coincidimos, que la Comunidad Valenciana tiene déficit hídrico en algunas zonas». Empresa tan difícil, poner de acuerdo a los agricultores, se complica aún más con el siguiente objetivo: que el acuerdo sea tan amplio como para sumar también a todos los partidos.
Aniorte, discordante
Al acto, al que acudieron representantes de La Unió, AVA, la Federación Provincial de Agricultores de Castellón (Fepac), Jóvenes Agricultores de Alicante y la UPA, estuvo marcado por la voz discordante de Aniorte. El dirigente agrario señaló que la reunión fue «positiva», aunque matizó que «aún estamos muy distantes» y que «nuestra posición en Alicante no ha cambiado en lo sustancial».
Detrás de las llamadas generales al consenso y al diálogo no hubo ningún avance más. La modificación del trazado del trasvase dominó una reunión que en principio se centraba en las actuaciones hídricas de toda la Comunidad. El representante de Fepac, Néstor Pascual, lo reconoció al calificar «tensa» la reunión. «Nosotros hemos defendido siempre los mismo trasvases», aseguró Aniorte. «Los que han cambiado son otros», afirmó el presidente de Jóvenes Agricultores, aludiendo claramente a sus compañeros de mesa de AVA (Aguado) y Unió (Brusca). Además, Aniorte indicó que tiene miedo de firmar un «pacto-trampa», ya que, según dijo, en Alicante «intuimos que la modificación se ha realizado para no hacer el trasvase Júcar-Vinalopó al final».
Brusca, en alusión al PP, se indignó por la «situación de confrontación histórica» a la que se ha llegado en la Comunidad por «una excesiva instrumentación política». Así, señaló la voluntad general de «propiciar reuniones en aquellos lugares donde hay crispación». Por su parte, el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, indicó que se va ha intentar resolver el problema del agua en la Comunidad con la «máxima urgencia».