MACARONESIA-AGUA Islas Macaronesia investigan microturbinas para reducir fuga agua
Dom, 24/07/2005
Científicos de Azores, Madeira y Canarias han unido sus esfuerzos para proteger los recursos hídricos de estas islas, en las que llega a haber pérdidas de hasta el 60 por ciento en los canales de agua, con el estudio de nuevas tecnologías de microturbinas, métodos de "telecontrol" para evitar fugas y el cambio de tarifas de suministro.
Gonzalo Piernavieja, director de la División de Energía, Agua y Bio-Ingeniería del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), que lidera el proyecto "Aquamac", explica, en una entrevista a Efe, que los problemas de la gestión hídrica son diferentes en esas islas, pues el archipiélago canario tiene más experiencia en tecnología del agua.
Por el contrario, en Madeira y Azores apenas se reciclan los recursos hídricos, tienen gran abundancia de lagunas y lagos interiores pero, añade Piernavieja, con problemas de contaminación en su acuífero.
Otra deficiencia de las islas portuguesas es la precariedad y antigüedad de los sistemas de tratamiento y distribución lo que, junto a la deficiente protección de las aguas en origen supone "un riesgo real de contaminación" que preocupa a los investigadores.
Por ello, y dentro de este proyecto, se han establecido en las islas de San Miguel y Santa María (Azores) y en los municipios del norte de Tenerife programas de monitorización sistemática de la calidad de las aguas.
En el caso de Madeira se trabaja en la redefinición de su modelo hidrogeológico, para lo que se analiza la circulación de las aguas subterráneas, su origen y la contribución del bosque de laurisilva en el aumento de la recarga del acuífero, pues estas zonas boscosas captan el agua en el proceso de la "precipitación horizontal".
Con los programas de monitorización de la calidad de las aguas se han definido además las zonas afectadas por la sobreexplotación de los recursos hídricos o que están expuestas a un mayor riesgo de contaminación por actividades humanas, y en las que se han establecido perímetros de protección para galerías y pozos.
También en las zonas donde es mayor la escasez de agua se ha evaluado la presencia de contaminantes en las aguas residuales depuradas con el objetivo de establecer un código de "buenas prácticas" y elaborar normas de prevención y protección de los recursos.
Según los participantes en el proyecto, la mejora en el sistema de abastecimiento de agua potable es "perentoria" en el caso de Madeira, donde la degradación de los canales de distribución produce pérdidas de hasta el 65 por ciento de los recursos y cortes frecuentes en el suministro urbano.
Para ello es "muy importante" la experiencia de Canarias, principalmente de Teror (Gran Canaria) y Arrecife de Lanzarote, que aplican técnicas de sondas especiales para detectar desde la superficie las fugas de aguas subterráneas, y que han instalado sistemas de "telecontrol" por medio de radio o móvil conectados a un mando central.
Además, se han instalado dispositivos de ahorro de agua en centros públicos, colegios, pabellones deportivos y residencias para que los usuarios "se tomen en serio el problema", indica Piernavieja, quien subraya "el impacto importantísimo" que ha tenido el proyecto en sus dos años de duración.
Con cargo al proyecto "Aquamac", que financia la iniciativa europea Interreg IIIB, se han realizado asimismo auditorías sobre la eficiencia energética de la desaladora de agua de mar -con el resultado de que está suficientemente optimizada- y la estación depuradora de aguas residuales del sureste de Gran Canaria, en la que se recomiendan mejoras.
Gonzalo Piernavieja, director de la División de Energía, Agua y Bio-Ingeniería del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), que lidera el proyecto "Aquamac", explica, en una entrevista a Efe, que los problemas de la gestión hídrica son diferentes en esas islas, pues el archipiélago canario tiene más experiencia en tecnología del agua.
Por el contrario, en Madeira y Azores apenas se reciclan los recursos hídricos, tienen gran abundancia de lagunas y lagos interiores pero, añade Piernavieja, con problemas de contaminación en su acuífero.
Otra deficiencia de las islas portuguesas es la precariedad y antigüedad de los sistemas de tratamiento y distribución lo que, junto a la deficiente protección de las aguas en origen supone "un riesgo real de contaminación" que preocupa a los investigadores.
Por ello, y dentro de este proyecto, se han establecido en las islas de San Miguel y Santa María (Azores) y en los municipios del norte de Tenerife programas de monitorización sistemática de la calidad de las aguas.
En el caso de Madeira se trabaja en la redefinición de su modelo hidrogeológico, para lo que se analiza la circulación de las aguas subterráneas, su origen y la contribución del bosque de laurisilva en el aumento de la recarga del acuífero, pues estas zonas boscosas captan el agua en el proceso de la "precipitación horizontal".
Con los programas de monitorización de la calidad de las aguas se han definido además las zonas afectadas por la sobreexplotación de los recursos hídricos o que están expuestas a un mayor riesgo de contaminación por actividades humanas, y en las que se han establecido perímetros de protección para galerías y pozos.
También en las zonas donde es mayor la escasez de agua se ha evaluado la presencia de contaminantes en las aguas residuales depuradas con el objetivo de establecer un código de "buenas prácticas" y elaborar normas de prevención y protección de los recursos.
Según los participantes en el proyecto, la mejora en el sistema de abastecimiento de agua potable es "perentoria" en el caso de Madeira, donde la degradación de los canales de distribución produce pérdidas de hasta el 65 por ciento de los recursos y cortes frecuentes en el suministro urbano.
Para ello es "muy importante" la experiencia de Canarias, principalmente de Teror (Gran Canaria) y Arrecife de Lanzarote, que aplican técnicas de sondas especiales para detectar desde la superficie las fugas de aguas subterráneas, y que han instalado sistemas de "telecontrol" por medio de radio o móvil conectados a un mando central.
Además, se han instalado dispositivos de ahorro de agua en centros públicos, colegios, pabellones deportivos y residencias para que los usuarios "se tomen en serio el problema", indica Piernavieja, quien subraya "el impacto importantísimo" que ha tenido el proyecto en sus dos años de duración.
Con cargo al proyecto "Aquamac", que financia la iniciativa europea Interreg IIIB, se han realizado asimismo auditorías sobre la eficiencia energética de la desaladora de agua de mar -con el resultado de que está suficientemente optimizada- y la estación depuradora de aguas residuales del sureste de Gran Canaria, en la que se recomiendan mejoras.