ENTREVISTA a Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente

Dom, 17/07/2005

La Vanguardia

Madrid
Cristina Narbona afronta uno de los momentos más difíciles para un Ministerio de Medio Ambiente: garantizar un agua que el cielo niega. La sequía que asola más de media España, con el año hidrológico más seco con diferencia de los últimos 60 años, ha situado a esta madrileña de 53 años en el centro de todas las críticas, tanto de un lado como del otro. Basta ver los apoyos a las manifestaciones celebradas en Castilla-La Mancha o en Murcia. La causa, que todos defienden el derecho a tener un agua que las lluvias no traen. Narbona debe administrar los cada vez más limitados hectómetros cúbicos de este preciado líquido que hay en los embalses, y como cada vez que se hace un reparto, nadie está contento. Mientras realiza esas tareas, intenta sentar las bases de una nueva política del agua.
-Mal año para dirigir Medio Ambiente.
-La sequía lo complica todo. Estamos en un momento que no tiene comparación si miramos hacia atrás en el tiempo. Eso exige la máxima responsabilidad de todos, tanto de las administraciones como de los ciudadanos. La sequía ha revelado las grandes carencias que en materia de agua tiene el país y que este Gobierno quiere empezar a resolver.
-¿Por ejemplo?
-Me he encontrado con una administración del agua que no conoce quiénes son los usuarios reales del agua, cuánto gastan, los derechos históricos que tienen... Y esos déficit en pleno siglo XXI son una auténtica lacra. Todos los organismos de cuenca que dependen de este ministerio están embarcados en una transformación profunda de sus formas de trabajar y sus prioridades. Pero tengo que reconocer que eso llevará un tiempo y que solamente tendremos éxito si en la sociedad hay una percepción de cuán importante es hacer un uso responsable del agua, llueva o no llueva. Ése es el gran desafío.
-Pero en este momento, el gran desafío es la sequía y saber si se prolongará.
-Las previsiones indican que el año próximo será también seco, aunque no tanto como éste. Y por eso hemos tomado decisiones,siempre conflictivas, como la relativa a cuánta agua podía trasvasarse del Tajo al Segura.
-Desde Levante la acusan de haber decidido enviar menos agua de la reclamada por cuestiones partidistas.
-Quienes piensan así se equivocan rotundamente. El Gobierno tomó una decisión desde el marco legal, con un criterio de prudencia y siendo consciente de que hay problemas en la cuenca del Segura, sin ninguna duda..., pero es que la cuenca del Segura ha vivido expectante y por delante de la realidad siempre.
-¿Qué ha fallado para que España se encuentre en una situación tan dramática en el tema del agua?
-Creo que se ha tenido una visión unidimensional de la política del agua.
-¿Habla de los gobiernos del PP?
-No. Es evidente que este gobierno no está abordando la política del agua como lo hicieron los anteriores gobiernos socialistas.
-Volviendo al trasvase Tajo-Segura...
-Insisto, el Gobierno tomó una decisión prudente. No se podía satisfacer a dos extremos tan opuestos: cero hectómetros cúbicos para regadíos, como defendía Castilla-La Mancha, frente a los 120 que pedía la cuenca del Segura. Cero era imposible, porque esa decisión se hubiera salido de la legalidad vigente, y ésta permite trasvasar hasta que los embalses de cabecera estén en 240 hectómetros cúbicos. ¿Esa norma la hemos inventado nosotros? No, es una norma que aprobaron los gobiernos de Murcia y Castilla-La Mancha con el del PP.
-¿Y los 120 que pedía Murcia?
-Si hubiéramos accedido a sus peticiones, en octubre ya no se podría pasar más agua a la cuenca del Segura, ni siquiera para abastecimiento. Cuando se lo explicas a los regantes murcianos te dicen: 'Bueno, por lo menos hubiéramos salvado la producción de este verano'. Y les recalcas que si enviábamos más agua no habría agua para beber. La respuesta es que su problema es salvar la agricultura.
-El presidente de Castilla-La Mancha ha reiterado que el trasvase al Segura tiene fecha de caducidad a corto plazo.
-El uso del trasvase se tendrá que ir adecuando a las necesidades que cubre ese trasvase en ambas cuencas. No se puede poner una fecha, porque sería una irresponsabilidad, pero estamos hablando de medio o largo plazo. En esta legislatura estamos trabajando en el Segura, en las obras que sustituyen al trasvase del Ebro, y estamos preparando nuevas inversiones en el futuro para hacer menos dependiente a esta cuenca de la del Tajo.
-Desde el PP se insiste en que nada de esto hubiera pasado con el trasvase del Ebro.
-Es muy deshonesto cuando el PP saca a colación el trasvase del Ebro como si ellos hubieran planteado este trasvase para sustituir el del Tajo-Segura. Eso es completamente mentira. A los murcianos y a los alicantinos se les había vendido una moto como una catedral. El trasvase del Ebro no estaba previsto para deshipotecar el Tajo-Segura. En absoluto, y ahí están los documentos.
-Las cuencas internas de Catalunya también tienen serios problemas. ¿El Gobierno central va a aportar dinero para afrontarlos?
-Vamos a dar dinero de manera excepcional, pero no al margen de lo que es un reparto competencial. Con carácter excepcional, hemos alcanzado un acuerdo con la conselleria para que los fondos de cohesión del tramo estatal vayan a obras que antes eran de interés general del Estado y que la Generalitat ha querido recuperar. Son las que sustituyen en las cuencas internas al antiguo trasvase previsto desde el Ebro. El Gobierno renuncia a tener fondos de cohesión para obras de su competencia y cede esos fondos a la Generalitat.
-¿Y para las obras de emergencia previstas para paliar la sequía?
-Estamos estudiando la lista que nos ha enviado la Generalitat y, con carácter puntual, lo analizaremos, como hemos hecho con las obras que nos ha pedido Andalucía.
-Esta sequía ha puesto de manifiesto que el modelo urbanístico y de ocio de la España semiárida es claramente insostenible. ¿Cómo poner freno a este modelo?
-Esos cambios ya los hemos recogido en la modificación de la ley del PHN. Ahora es obligatorio que la confederación hidrográfica de turno remita un informe preceptivo previo a un cambio de uso cuando ese cambio requiera más agua. Este año la Comunidad Valenciana ha pedido ese informe para unas 50 urbanizaciones, y en 47 casos nuestro informe es negativo. ¿Qué quiere decir eso? Que si construyen esa urbanización no pueden extraer agua de la confederación.
-¿Y con la extensión de los regadíos?
-El cambio de la política agraria comunitaria es que ya no se va a subvencionar por el volumen de producción, sino por su calidad. Eso tardará en entenderse, pero llegará. Ya hay quienes han visto que más vale cultivar una tercera parte de un terreno con fresa ecológica, porque ganas mucho más que con el triple de la superficie con fresa normal.


TRASVASE TAJO-SEGURA
'El río Tajo seguirá aportando agua a la cuenca del Segura
a medio o largo plazo'


EL DESAFÍO DE LA SEQUÍA
'La sequía ha revelado
las grandes carencias en materia de agua que tiene este país'


POLÍTICA DEL AGUA
'Es evidente que no abordamos
la política del agua como los anteriores gobiernos socialistas'

Bancos públicos de agua
-¿Se van a revisar las concesiones del uso del agua?
-Uno de los grandes desafíos del año que viene será la revisión de las concesiones del uso del agua, como las de las hidroeléctricas. Tenemos que abordar cómo revisar el régimen concesional para tener bancos públicos de agua, es decir, centros de intercambio de derechos del agua. En este tema, ya hemos avanzado mucho. De hecho, está a punto de firmarse un acuerdo entre regantes de una cuenca y regantes de otra que va a poner de manifiesto que ésta es una vía factible en el futuro.
-¿En qué consisten?
-En que regantes que tienen un determinado cultivo pueden renunciar a una parte de sus derechos en un momento concreto del año a favor de los otros regantes que tienen cultivos más rentables y que están dispuestos a que se fije un precio controlado por la Administración para recompensar a los que renuncian a su derecho. ¡Ojo! Hablamos de bancos públicos, muy distintos al mercado negro que sabemos que existe y que estamos intentando reconducir.
-Propone muchos cambios que pueden fracasar si no hay un cambio de mentalidad general respecto del uso del agua, ¿no?
-Se están tomando medidas y creo que el cambio de mentalidad llegará. Podemos tardar más o menos en función de que todas las administraciones, sobre todo las autonómicas y locales, tengan las mismas ganas que el Gobierno de explicar a la gente cómo hay que hacer las cosas... Recuerdo que cuando volvieron los soldados rusos a sus casas al fin de la Segunda Guerra Mundial, algunos llevaban en sus mochilas grifos porque creían que bastaba que los pusieras en la pared para que manara agua... Esa idea de que el agua viene, sin importar cómo y de dónde, sigue estando presente en la sociedad.