La escasez de precipitaciones lleva a España a su sequía más grave desde hace cincuenta años, lo que ha obligado al Gobierno a activar un plan de acción que 'copia' las medidas de los noventa. EXPANSION lo analiza en la séptima entrega de los ocho capítulos de la serie del agua.

J. JARDON / A. MARTINEZ. Madrid
El Instituto Nacional de Metereología ha afirmado que el periodo comprendido entre los meses de noviembre y marzo se puede considerar el más seco desde 1947 en España. Durante este invierno no se han producido precipitaciones y los niveles de agua del país han ido reduciéndose. La ausencia de lluvias ha hecho saltar las alarmas de sequía.
Los embalses están en torno al 58 por ciento de su capacidad, niveles que continúan bajando. Los principales ríos españoles han perdido el 41 por ciento de su caudal durante el último año, y los metros cúbicos que pasan cada segundo por las estaciones medidoras de las cuencas es muy inferior a los del pasado año en estas fechas.
La falta de lluvias en los últimos meses ha supuesto unas pérdidas de 1.625 millones de euros en el campo, cifra que podría elevarse si continúa la ausencia de precipitaciones y el aumento de las temperaturas, lo que provocaría una situación 'dramática', según un informe de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) cifra en 2.700 millones de euros estas pérdidas.
Estos primeros indicios han hecho reaccionar al Gobierno, a principios de mayo, que decidió aprobar una partida de 300 millones de euros para paliar la escasez de precipitaciones.
En aplicación del Programa Agua (Programa para la Gestión y Utilización del Agua), presentado en septiembre de 2004, se contemplan varias obras de emergencia, así como la recuperación de infraestructuras pozos de sequía e interconexión entre sistemas , que ya fueron empleadas durante la sequía de 1990 y 1995. En aquellos años, estas medidas se utilizaron para resolver los problemas de suministro; ahora, podrían ser puestas de nuevo en servicio si persiste la escasez de precipitaciones.
Las medidas adoptadas para este verano serán desarrolladas y ampliadas en los programas que las Confederaciones Hidrográficas, con estudios precisos en los que se recojan y analicen los recursos disponibles y las demandas de cada cuenca. 'Hay problemas serios en los Pirineos y en la cuenca del Segura, pero en el resto de España la población debe estar tranquila. España es un país mediterráneo y, por tanto, las sequías son habituales. Hay que concienciar a la gente para que haga un uso racional del agua y así evitaremos las restricciones', afirma Jaime Palop, director general del Programa Agua.
Además de estas medidas, el Gobierno ha querido abrir la puerta a la información y cada quince días presenta a través de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, un informe que analiza la situación frente a la sequía.
El nuevo negocio del Agua (VII)
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