Los principales ríos españoles pierden un 41 por ciento de caudal en un año por la sequía

Mié, 08/06/2005

SUR

La reserva de agua embalsada se reduce un punto en una semana y es un 17% inferior a la del año pasado La ministra Narbona advierte de que es necesario optimizar recursos antes de pensar en trasvases A. P. / AGENCIAS/MADRID SEQUEDAD EXTREMA. Desolador aspecto que ofrece un pantano de Sant Antoni, en Cataluña. / LAURENT AIS. EFE SITUACIÓN POR CUENCAS El Consejo de Ministros del pasado viernes dio un repaso exhaustivo al panorama hidrológico que existe en el país. La situación, precaria en conjunto, varía mucho de norte a sur y de este a oeste. La falta de lluvias desde el pasado otoño no ha afectado a todas por igual y, un año más, hay cuencas y cuencas.

Las cuencas atlánticas: (Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir). No deberían pasar apuros para garantizar el suministro hasta octubre, momento en que arranca el nuevo año hidrológico. Los eventuales problemas de regadío en puntos muy concretos podrían requerir restricciones, según el análisis que hace el Gobierno.

El Tajo: El trasvase Tajo-Segura podría resentirse de la sequía. Si se mantiene la situación actual y continúa la merma de agua en la cabecera del río a principios de julio, sería el Consejo de Ministros el que decida el volumen de agua cedida a la cuenca receptora para el último trimestre del año hidrológico.

Madrid: Podría entrar en alerta de sequía (fase leve) «con una cierta probabilidad» en agosto, si las cosas siguen como hasta ahora, señala Medio Ambiente en el último informe sobre gestión de la sequía.

En las tres cuencas del Norte: Las últimas lluvias parecen haber alejado cualquier riesgo de problemas en el suministro urbano.

El arco mediterráneo: Es el que sale peor parado. La cuenca del Ebro, con problemas en su margen izquierda, obliga a restricciones importantes en los regadíos. También hay dificultades en el abastecimiento urbano a Huesca.

Júcar: En esta cuenca hay «problemas puntuales» en ciertos suministros urbanos, y se ha declarado de emergencia una actuación en la acequia Real del Júcar para regadío.

Segura: Tiene doble problemática; escasas reservas en sus embalses, y la incertidumbre sobre el agua del trasvase Tajo-Segura. Es la zona con más actuaciones de emergencia del Programa Agua. La ausencia de lluvias en casi toda España y las altas temperaturas pre veraniegas se aliaron esta pasada semana para mermar aún más las reservas de agua embalsada. En los últimos siete días cayeron casi un punto, hasta el 58,3% de su capacidad total, y 17 puntos por debajo del nivel de los pantanos en 2004 por estas mismas fechas (75,4%). Los principales ríos españoles también acusan la actual sequía hidrológica; su caudal es casi un 41% inferior al de hace doce meses, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Medio Ambiente.

El informe semanal del departamento que dirige Cristina Narbona se ha convertido en un 'barómetro' sobre la inquietante evolución de la reserva hidrológica en puertas de los meses de más calor. La última semana, sin apenas lluvias -las precipitaciones máximas cayeron en Navacerrada (Madrid-Segovia) con 31 litros por metro cuadrado- y fuerte calor en buena parte del país, ha hecho descender la reserva hidráulica en 468 hectómetros cúbicos, el 0,9%, respecto a los niveles registrados siete día atrás. A fecha de hoy quedan almacenados en pantanos y embalses 31.016 hectómetros cúbicos de agua.

A medida que avanza el año hidrológico y se mantiene la sequía empeora la situación de las cuencas con déficit estructural. Es el caso de la cuenca del Segura, al 17% de su capacidad. También preocupa la cuenca del Júcar, con un 30,7% de reserva, y están asimismo por debajo de la media estatal las cuencas internas de Cataluña (42,7%), Sur (44,8%) y Tajo (45,5%).

Ríos secos

El panorama sólo es bueno en la cornisa cantábrica, con índices superiores al 80% de su capacidad en las cuencas del Norte I y II (Asturias y Cantabria, al 84,8%; y País Vasco excepto cuencas internas, al 85,9%). Las cuencas internas del País Vasco rebasan el 90,5% de su capacidad total. La cuenca del Ebro marca un 72,8%, y la del Duero, en el 62,1%.

Junto a la menguante reserva de agua embalsada, los ríos peninsulares también acusan los rigores de un año meteorológico tan seco como el actual. La comparación de caudales trazada por el Ministerio de Medio Ambiente a fecha del 6 de junio muestra una pérdida superior al 41% en los principales ríos respecto a las mismas fechas del año pasado.

Hay casos particularmente llamativos. El Tajo pasa casi seco por las estaciones medidoras de Cedillo y de Torrejón-Tajo, que hace un año presentaba un curso con 164 metros cúbicos por segundo. Otro tanto le ocurre al Tiétar en el mismo punto de cruce, a su paso por la estación de Torrejón-Tiétar; los 45 metros cúbicos/segundo en 2004 se han evaporado este año. También es llamativa la pérdida de caudal del Tajo a la altura de Valdecañas, de 116 m/s a sólo 11 en apenas un año.

En el Duero el descenso más severo se da al paso por la estación de Saucelle, menos de un tercio, de 162,57 metro cúbicos de agua por segundo, a los 55,26 de la actualidad. El Segre, tributario del Ebro, ha perdido a la altura de Serós (Lleida) la mitad de su caudal; los 183,5 m/s se han convertido este año en sólo 89,3. El Ter y el Llobregat, en las cuencas internas catalanas, han visto evaporarse, en ambos casos más del 60% de sus respectivos cauces.

Las expectativas, de cara al verano, no son buenas, admite el Ministerio de Medio Ambiente. Aunque las predicciones meteorológicas a semanas vista carecen de fiabilidad, entre este mes y el final del año hidrológico, el 30 de septiembre, «no cabe esperar lluvias que corrijan significativamente el déficit de precipitación que ha tenido lugar» , según el diagnóstico de situación presentado por el Gobierno el viernes pasado. Algunas cuencas empiezan a registrar restricciones en determinados regadíos, aunque, el suministro a la población «está garantizado» hasta septiembre, según afirmó ayer la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.

Posible minitrasvase

A este respecto, la ministra defendió ayer la necesidad de optimizar los recursos hídricos disponibles antes de pensar en trasvasar agua, aunque no descartó la posibilidad de un minitrasvase u otra interconexión en Castellón si no dieran resultado las medidas previstas.

Narbona precisó en una rueda de prensa que trasvasar agua de otra cuenca «es siempre fuente de enfrentamientos. En la Comunidad Valenciana el trasvase Júcar-Vinalopó, planteado en la otra legislatura, está dando lugar a un enfrentamiento».