Los expertos temen conflictos entre usuarios y regantes durante la sequía

Sáb, 04/06/2005

Levante

Aragonés aboga por el diálogo y Breva
defiende la profesionalidad de los técnicos
Roger Lorgeoux, Castelló
Los expertos que ayer participaron en la jornada sobre gestión y planificación de aguas mostraron su preocupación por el peligro de conflictos entre usuarios y regantes en época de sequía. Tanto Antonio Mira, letrado y experto en derecho Agrícola; como José Pascual, concejal de Desarrollo Sostenible y Agricultura; Juan Manuel Aragonés, ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ): y Manuel Breva, de FACSA; entre otros, abogaron por el diálogo como único camino para evitar disputas que, según advirtieron, tradicionalmente se dan en situaciones extremas.
Sin embargo, consideraron igualmente importante valorar los estudios de los técnicos, «porque son los que realmente tienen los conocimientos», subrayó Breva, quien defendió la necesidad de «empezar a gestionar la demanda, ya que la gente no puede disponer de toda el agua que quiera y cuando quiera. Es necesario cambiar este concepto».
No obstante, Mira reconoció la dificultad de coartar la libertad de los ciudadanos, toda vez que «sus derechos con el agua son históricos. Ya en 1880 se consideraba de dominio público, de ahí que sea una cuestión compleja», comentó en su ponencia.
Tradición de acuerdos
Aragonés insistió en el diálogo como solución a posibles pugnas, «porque en la zona de La Plana hay una tradición grande de resolver los conflictos mediante acuerdos, hablando y negociando, por lo que confío en que eso siga siendo así».
El ex presidente de la CHJ aseguró que «en La Plana no ha habido especial conflicto entre las aguas para abastecimiento y para riego, ya que tenían diferente procedencia». Asimismo, apuntó que con la evolución de la población y del uso del agua en la industria azulejera «tampoco se ha producido conflicto, puesto que las empresas han utilizado los derechos de agua que tenían de los pozos».
Sin embargo, afirmó que el Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar se planteaba que, con el tiempo, «era bueno que todos los habitantes pudiesen acceder al agua del río Mijares por su excelente calidad para abastecimiento y porque daba mayor garantía, puesto que tenía el respaldo de los embalses de regulación».