Madrid, 6 may (EFE).- Las cuencas del Ebro y del Segura son las más afectadas por la ausencia de precipitaciones del otoño y el invierno, y la situación es además "precaria" en la cabecera del Tajo, lo que afectará al trasvase Tajo-Segura, que previsiblemente tendrá que reducirse en los próximos meses.
Así lo puso hoy de manifiesto el director general del Agua, Jaime Palop quien compareció ante la prensa para informar de las medidas adoptadas para paliar los efectos de la sequía y garantizar el suministro urbano, aunque insistió en que técnicamente, la situación de sequía y los problemas más graves comenzarían a partir del próximo otoño si no se registran precipitaciones en esa estación.
Según el Gobierno, la situación se puede calificar de "prealerta" y de preparatoria de las medidas que se adoptarán en función de la evolución de las circunstancias meteorológicas.
Palop aseguró que la situación "no es preocupante en el conjunto del país" y que las afecciones, salvo en el Segura y en la margen izquierda del Ebro, serán "leves", aunque también reconoció que en la agricultura de secano las consecuencias de la ausencia de lluvias tiene consecuencias "trágicas".
El director general del Agua observó que España cuenta con importantes obras de regulación hidráulica (más de 1.300 grandes presas), que la situación "nos ha cogido con agua en los embalses", y que los acuíferos cuentan también con importantes recursos.
Mantuvo además que las actuaciones incluidas en el programa AGUA (basado en la desalinización de agua marina, la modernización de infraestructuras y el ahorro), algunas de las cuales se han declarado de emergencia, garantizarán en el futuro el suministro de agua independientemente de las condiciones meteorológicas.
Palop recordó que la ley del PHN estableció la obligación de las cuencas hidrográficas de elaborar planes de gestión de la sequía antes de julio de 2003 y lamentó que ninguno estuviera realizado cuando el PSOE llegó al Gobierno.
Anunció además una próxima reunión con responsables de la Federación Española de Municipios y Provincias, y advirtió que "al final, son los usuarios los que consiguen que se ahorre agua y se disponga de más recursos".
El Ministerio ha previsto algunas obras de emergencia, así como la recuperación de infraestructuras que se emplearon durante la sequía de 1990-1995, que se utilizaron para solucionar problemas de suministro y que podrían ser puestas en servicio de nuevo si persiste la escasez de precipitaciones.
Aunque el Gobierno ha constatado que las predicciones meteorológicas a largo plazo no son muy fiables, sí ha señalado que hasta el 30 de septiembre de este año no se esperan lluvias que corrijan significativamente el déficit de precipitaciones.
En el diagnóstico por cuencas hecho por el Ministerio se precisa que las cuencas atlánticas -Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir- se encuentran con un estado de reservas que hace que no se esperen problemas en el suministro para el presente año hidrológico.
En el caso de la cuenca del Tajo destaca la "precaria" situación de su cabecera, lo que va a afectar probablemente al trasvase Tajo-Segura, aunque Palop explicó que esa decisión corresponderá al Consejo de Ministros.
El abastecimiento a la Mancomunidad del Sorbe, en una situación precaria de recursos propios en el embalse de Beleña, está garantizado gracias a la incorporación de caudales desde el Canal del Henares, a lo que se añadirá una actuación en emergencia para aportar directamente recursos desde el embalse de Alcorlo.
Existen además "ligeros" problemas en el Tiétar y Arrago que se van a paliar reduciendo los consumos en un 30 por ciento, de acuerdo con los regantes y la administración autonómica.
El Ministerio ha observado que el arco mediterráneo es el que se encuentra en peor estado, y en concreto la cuenca del Ebro tiene problemas en su margen izquierda que obligarán a imponer restricciones importantes a los suministros para riegos.
En cuanto al abastecimiento urbano hay que destacar los problemas en el abastecimiento a Huesca, aunque garantizar ese suministro forma parte de una de las actuaciones urgentes que el Ejecutivo, en colaboración con el Ayuntamiento y el Gobierno regional, va a acometer.
Palop recordó que el Ebro iba a ser "el gran pulmón" del trasvase previsto por el anterior Ejecutivo, y observó que está siendo una de las cuencas "más castigadas" por la sequía y que en la margen izquierda los problemas son "serios".
La cuenca del Júcar tiene dificultades en tres de sus sistemas, en especial en el sistema del alto río Júcar.
El Segura, según los datos del Ministerio, presenta el doble problema de las escasas reservas en sus embalses y las dificultades, a partir del mes de julio, para el suministro de los caudales del trasvase Tajo-Segura por la situación en que se encuentra la cabecera del Tajo.
El director del Agua aseguró que la situación "no es alarmante" , hizo un llamamiento a la calma y a la serenidad de los ciudadanos e insistió en que aunque algunas situaciones han comenzado ya "a dar la cara" se han emprendido las obras de emergencia para paliarlas.