Los suelos de Aragón entran en una situación de sequedad total. Los grandes pantanos de la margen izquierda han perdido 165 hectómetros en dos meses
Dom, 08/05/2005
Aragón está seco. Las reservas de agua de los suelos han quedado reducidas a cero con la excepción de algunas áreas de la zona central de Huesca, donde las ligeras lluvias registradas en los últimos días han permitido el mantenimiento de unas escuálidas reservas. El único observatorio aragonés del Instituto Nacional de Meteorología (INM) que marcaba el 30 de abril la existencia de humedad en el suelo era el de Monflorite. Y se trataba de unas reservas cuatro veces inferiores a las que admite la tierra. En el resto de estaciones aragonesas los sensores de reserva hídrica
marcaban cero.
Esta situación tiene dos causas principales: la reducción de las precipitaciones y la elevada evapotranspiración --la transmisión de agua de la tierra a la atmósfera--, que presentan este año las plantas y cultivos.
De hecho, los registros de las cinco estaciones aragonesas que miden la reserva hídrica del suelo --Zaragoza, Monflorite, Daroca, Calamocha y Teruel-- oscilan entre los 45,3 litros por metro cuadrado en los diez últimos días de la primera y los 40,7 de la última. Es decir, que las plantas están emitiendo diariamente a la atmósfera en Aragón más de cuatro litros de agua de cada metro cuadrado de la tierra en la que se asientan.
El apartado de precipitaciones es también crítico. Sólo una de las cinco estaciones ha registrado lluvias superiores a los 140 litros por metro cuadrado. Es la de Monflorite, donde han caído en lo que llevamos de año hidrológico --desde el 1 de septiembre-- 289,2 litros por metro cuadrado. Con todo, este volumen supone únicamente el 71,2% de lo que llueve en un año normal. En Zaragoza y Daroca, con 113,6 y 140,6 litros respectivamente, la precipitación acumulada está ligeramente por encima del 50%. Teruel ofrece un porcentaje similar con 121 litros recogidos en ocho meses.
ESCASEZ ACENTUADA Fuentes del INM, que destacaron que "la sequedad se ha acentuado en los últimos cuatro meses" en Aragón, calificaron estas cifras como "extremadamentes altas" para estas fechas.
La situación de los pantanos aragoneses en los últimos dos meses, desde el inicio de la campaña de riego, se divide en tres grandes grupos: la margen izquierda, donde los principales embalses están prácticamente llenos y continúan recibiendo caudales; la derecha, en la que las reservas llevan semanas cayendo en picado aunque el aumento de las aportaciones de los ríos con el inicio del deshielo les han dado un respiro, y el eje del Ebro, que continúa acumulando agua. Mequinenza se encuentra por encima del 90% de su capacidad y almacena casi cien hectómetros más que a primeros de marzo. El pantano de cabecera del Ebro ha ganado 155 en ese mismo periodo.
En la margen derecha, el embalse de Calanda, en el Guadalope, apenas ha perdido dos hectómetros en dos meses, mientras los de Mansilla y La Tranquera rozan el lleno.
Por el contrario, los principales pantanos de la margen izquierda, que abastecen a los principales sistemas de regadío --Riegos del Alto Aragón, Aragón y Cataluña y Bardenas--, han perdido en sólo dos meses 165 hectómetros, el equivalente de la tercera parte del consumo urbano en toda la cuenca del Ebro
marcaban cero.
Esta situación tiene dos causas principales: la reducción de las precipitaciones y la elevada evapotranspiración --la transmisión de agua de la tierra a la atmósfera--, que presentan este año las plantas y cultivos.
De hecho, los registros de las cinco estaciones aragonesas que miden la reserva hídrica del suelo --Zaragoza, Monflorite, Daroca, Calamocha y Teruel-- oscilan entre los 45,3 litros por metro cuadrado en los diez últimos días de la primera y los 40,7 de la última. Es decir, que las plantas están emitiendo diariamente a la atmósfera en Aragón más de cuatro litros de agua de cada metro cuadrado de la tierra en la que se asientan.
El apartado de precipitaciones es también crítico. Sólo una de las cinco estaciones ha registrado lluvias superiores a los 140 litros por metro cuadrado. Es la de Monflorite, donde han caído en lo que llevamos de año hidrológico --desde el 1 de septiembre-- 289,2 litros por metro cuadrado. Con todo, este volumen supone únicamente el 71,2% de lo que llueve en un año normal. En Zaragoza y Daroca, con 113,6 y 140,6 litros respectivamente, la precipitación acumulada está ligeramente por encima del 50%. Teruel ofrece un porcentaje similar con 121 litros recogidos en ocho meses.
ESCASEZ ACENTUADA Fuentes del INM, que destacaron que "la sequedad se ha acentuado en los últimos cuatro meses" en Aragón, calificaron estas cifras como "extremadamentes altas" para estas fechas.
La situación de los pantanos aragoneses en los últimos dos meses, desde el inicio de la campaña de riego, se divide en tres grandes grupos: la margen izquierda, donde los principales embalses están prácticamente llenos y continúan recibiendo caudales; la derecha, en la que las reservas llevan semanas cayendo en picado aunque el aumento de las aportaciones de los ríos con el inicio del deshielo les han dado un respiro, y el eje del Ebro, que continúa acumulando agua. Mequinenza se encuentra por encima del 90% de su capacidad y almacena casi cien hectómetros más que a primeros de marzo. El pantano de cabecera del Ebro ha ganado 155 en ese mismo periodo.
En la margen derecha, el embalse de Calanda, en el Guadalope, apenas ha perdido dos hectómetros en dos meses, mientras los de Mansilla y La Tranquera rozan el lleno.
Por el contrario, los principales pantanos de la margen izquierda, que abastecen a los principales sistemas de regadío --Riegos del Alto Aragón, Aragón y Cataluña y Bardenas--, han perdido en sólo dos meses 165 hectómetros, el equivalente de la tercera parte del consumo urbano en toda la cuenca del Ebro