España, amenazada por el fantasma de la sequía La verdadera dimensión del cambio climático Un otoño seco, un invierno estéril

Sáb, 30/04/2005

Expansión

La escasez de precipitaciones en los últimos siete meses ha provocado una situación de 'extrema sequía', según el Instituto Nacional de Meteorología. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró ayer que el abastecimiento de agua está garantizado.
ana martínez.
Madrid
El Instituto Nacional de Meteorología advirtió ayer de la escasez de precipitaciones durante los últimos siete meses y calificó la situación de 'extrema sequía'. Según este organismo, el periodo de cinco meses comprendido entre noviembre de 2004 y marzo de este año es el más seco al menos desde 1947, año en que se comenzaron a cuantificar los datos de la red pluviométrica del Instituto.

La falta de lluvias que sufre España desde el inicio del año hidrológico que comienza el 1 de septiembre se ha agudizado a lo largo del invierno. A fecha de 31 de marzo, el volumen total de agua acumulado por las precipitaciones registradas en las cuencas peninsulares en los últimos siete meses supone un 37% menos que el valor medio habitual en esas fechas.
Según el Instituto, es 'muy llamativo' que desde noviembre todos los meses hayan sido secos o muy secos. Destaca el mes de enero, durante el que sólo llovió el 16% del valor medio, mientras que en diciembre ese porcentaje fue del 62% y se considera el mes 'menos seco' de este periodo. En noviembre, el porcentaje que representaron las precipitaciones medias registradas sobre los valores normales fueron del 44%, mientras que en febrero y marzo este porcentaje se sitúa entre el 55% y el 60%. Si se considera el período estrictamente invernal (invierno astronómico), la precipitación media en España es de poco más de 70 milímetros de agua, frente a los 200 milímetros de valor normal.
Además, sobre una amplia franja central que cubre la mitad sur de Castilla y León, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha y el norte de Andalucía y Aragón las precipitaciones invernales no llegaron a acumular ni siquiera la cuarta parte del valor normal.
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, señaló ayer que el abastecimiento de agua está garantizado, aunque reconoció que la situación es muy grave y que la disponibilidad de recursos es muy diferente en las distintas cuencas. Narbona aseguró que el Ministerio lleva varios meses planteándose medidas específicas para paliar situaciones de sequía e impulsando la ejecución de obras de emergencia.
Problema medioambiental
Técnicamente, se habla de sequía cuando ha transcurrido un plazo de tiempo superior a dos años en los que ha llovido un 40% por debajo de la media. El agua es uno de los principales problemas medioambientales de España, con un clima que se caracteriza por la irregularidad espacial y temporal de las precipitaciones.
De los últimos 80 años, 32 han sido secos o muy secos. Juan Pablo Pérez, miembro del Colegio Oficial de Geólogos, explica que 'las sequías son cíclicas. Pero estamos en una época en la que hay mucho afán por interpretar cualquier fenómeno natural como consecuencia del cambio climático'.
La masiva construcción de pantanos en los años cincuenta y sesenta palió, en cierta medida, los enormes daños que sufrían la agricultura, la producción de energía, la industria y el abastecimiento de las ciudades ante la falta de precipitaciones. Según Pérez, 'el problema que tiene España es que, aunque dispone de buenas infraestructuras, no se realiza un correcto uso y gestión del agua. Hay mucho despilfarro.
Sobre todo en el regadío. Además, aquí se paga hasta 20 ó 30 veces menos de lo que cuesta el agua, no hay una conciencia clara sobre su precio real, especialmente entre los agricultores, que consumen el 80% del total'.
Las sequías son cíclicas, por lo que de los últimos 80 años,
32 han sido secos
o muy secos
La verdadera dimensión del cambio climático
La escasez de precipitaciones se achaca, a menudo, al cambio climático.
Sin embargo, según los expertos, no hay evidencias de que sea así. Según José Antonio López, jefe de la Unidad de Técnicas Climatológicas del Instituto Nacional de Meteorología, 'en España, el cambio climático sólo se está notando en que las precipitaciones son ahora mucho más variables. Se produce un efecto de 'engaño estadístico', porque la media de precipitaciones es la misma que la de hace unos años, pero ahora es mucho menos previsible.
Hay años en los que llueve mucho y otros en los que apenas llueve.
Para los agricultores es especialmente perjudicial'.
López explica que el cambio climático se ha notado en el aumento de la temperatura. 'Desde la década de 1960, la temperatura media peninsular ha aumentado un grado. Esta subida también ha podido afectar a la humedad del suelo'.

La fauna también sufre las consecuencias de la falta de lluvias y del aumento de temperaturas. Jaime Martín-Lage, miembro del Colegio Oficial de Biólogos de Navarra, señala que 'estamos en un proceso de calentamiento del planeta. Hay muchas especies, como las cigüeñas, que antes emigraban a Africa y ya no lo hacen porque los inviernos no son tan duros. Se trata de una adaptación del comportamiento, más que de una adaptación evolutiva'.
Un otoño seco, un invierno estéril
El volumen total de agua acumulado por las precipitaciones registradas en las cuencas peninsulares en los últimos siete meses supone un 37% menos que el valor medio habitual en esas fechas.
Si se considera el periodo estrictamente invernal, la precipitación media en España es de poco más de 70 milímetros de agua, frente a los 200 milímetros de valor normal.
Sobre una amplia franja central de la península que cubre la mitad sur de Castilla y León, Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha y el norte de Andalucía y Aragón las precipitaciones invernales no llegaron a acumular ni siquiera la cuarta parte del valor normal.
La construcción masiva de pantanos en los años cincuenta y sesenta palió, en cierta medida, los enormes daños que sufrían la agricultura, la producción de energía, la industria y el abastecimiento de las ciudades ante la falta de lluvias.
Cuando han pasado más de dos años en los que ha llovido un 40% por debajo de la media, hay sequía técnica