La sequía provoca que el Tajo sólo almacene agua para un trasvase
Mié, 04/05/2005
Los embalses de Entrepeñas y Buendía no llegan a los 650 hm 3, lo que complica la situación ante la llegada de los meses secos
F. J. B.
El prolongado régimen de sequía que sacude los pantanos de la cabecera de la cuenca del Tajo -claves para la provincia de Alicante- ha provocado que el complejo Entrepeñas/Buendía se encuentre bajo mínimos con un caudal embalsado que no alcanza los 650 hectómetros cúbicos -635 hm3 el pasado 26 de abril en su último registro oficial- tras el invierno y comienzo de primavera más secos de los últimos sesenta años y un futuro complicado debido a que han pasado los meses en los que estos embalses suelen llenarse. En estos momentos, el agua almacenada sólo permitiría autorizar un trasvase para Alicante y Murcia desde aquí a final de año, lo que no sólo complicaría el abastecimiento urbano de buena parte de Alicante, sino que representaría una ruina para la agricultura.
La ley del trasvase estableció una reserva estratégica de 240 hm 3 que aunque se mantiene esta legislatura, variará en la próxima en virtud de la enmienda aprobada en la modificación del PHN que señala que en el futuro el caudal a trasvasar se decidirá en función de las necesidades de la cuenca cedente -Castilla-La Mancha- y el nivel de ejecución del Programa Agua alternativo a la transferencia del Ebro.
Los dos pantanos de donde arranca el trasvase Tajo-Segura están en estos momentos un 33% por debajo de la cantidad de agua que embalsaban en mayo de 2004 y un 35% menos que la media calculada por el Ministerio de Medio Ambiente según el balance de los últimos cinco años -976 hm 3 -. La situación es delicada después de que en los últimos siete meses -los más lluviosos en la cuenca- los pluviómetros hayan recogido un 25% de precipitación que en 2004, cuando el momento ya era complicado. «Lo peor», según analiza el climatólogo, «es que a partir de ahora las esperanzas de que llegue agua a este complejo de pantanos es casi nula de no llover en abundancia. Algo que no es probable y a lo que hay que añadir la evaporación que se produce cuando llega el calor». Según la memoria del Ministerio de Medio Ambiente los 635 hm 3 actuales suponen un tercio menos del agua que había, por ejemplo, a principios de julio del año pasado -941 hm 3 - en Entrepeñas y Buendía.
El Ministerio admite la gravedad del momento -el propio Instituto Nacional de Meteorología ha terminado por decretar la situación de sequía extrema- pero reitera que no habrá problemas de suministro urbano. Para ello los técnicos confían en la puesta en marcha de la desaladora murciana de San Pedro del Pinatar que enviará directamente el agua a la Mancomunidad del Taibilla.
En la provincia, el abastecimiento sí está asegurado en las dos marinas y l´Alcoiá pero la falta de lluvias agrava al constarse la falta de humedad que padecen los suelos en el sur meridional
F. J. B.
El prolongado régimen de sequía que sacude los pantanos de la cabecera de la cuenca del Tajo -claves para la provincia de Alicante- ha provocado que el complejo Entrepeñas/Buendía se encuentre bajo mínimos con un caudal embalsado que no alcanza los 650 hectómetros cúbicos -635 hm3 el pasado 26 de abril en su último registro oficial- tras el invierno y comienzo de primavera más secos de los últimos sesenta años y un futuro complicado debido a que han pasado los meses en los que estos embalses suelen llenarse. En estos momentos, el agua almacenada sólo permitiría autorizar un trasvase para Alicante y Murcia desde aquí a final de año, lo que no sólo complicaría el abastecimiento urbano de buena parte de Alicante, sino que representaría una ruina para la agricultura.
La ley del trasvase estableció una reserva estratégica de 240 hm 3 que aunque se mantiene esta legislatura, variará en la próxima en virtud de la enmienda aprobada en la modificación del PHN que señala que en el futuro el caudal a trasvasar se decidirá en función de las necesidades de la cuenca cedente -Castilla-La Mancha- y el nivel de ejecución del Programa Agua alternativo a la transferencia del Ebro.
Los dos pantanos de donde arranca el trasvase Tajo-Segura están en estos momentos un 33% por debajo de la cantidad de agua que embalsaban en mayo de 2004 y un 35% menos que la media calculada por el Ministerio de Medio Ambiente según el balance de los últimos cinco años -976 hm 3 -. La situación es delicada después de que en los últimos siete meses -los más lluviosos en la cuenca- los pluviómetros hayan recogido un 25% de precipitación que en 2004, cuando el momento ya era complicado. «Lo peor», según analiza el climatólogo, «es que a partir de ahora las esperanzas de que llegue agua a este complejo de pantanos es casi nula de no llover en abundancia. Algo que no es probable y a lo que hay que añadir la evaporación que se produce cuando llega el calor». Según la memoria del Ministerio de Medio Ambiente los 635 hm 3 actuales suponen un tercio menos del agua que había, por ejemplo, a principios de julio del año pasado -941 hm 3 - en Entrepeñas y Buendía.
El Ministerio admite la gravedad del momento -el propio Instituto Nacional de Meteorología ha terminado por decretar la situación de sequía extrema- pero reitera que no habrá problemas de suministro urbano. Para ello los técnicos confían en la puesta en marcha de la desaladora murciana de San Pedro del Pinatar que enviará directamente el agua a la Mancomunidad del Taibilla.
En la provincia, el abastecimiento sí está asegurado en las dos marinas y l´Alcoiá pero la falta de lluvias agrava al constarse la falta de humedad que padecen los suelos en el sur meridional