Los regantes acusan a Castilla-La Mancha de querer paralizar la cuenca del Segura

Jue, 31/03/2005

La Verdad

Los informes técnicos avalan que hoy se puede autorizar un desembalse máximo de 114 hm3 desde la cabecera del Tajo M. BUITRAGO/MURCIA CABECERA. El pantano de Entrepeñas, en una foto tomada en1999, con mayores reservas. / LA VERDAD

Los regantes murcianos han acusado al Gobierno de Castilla-La Mancha de pretender paralizar la actividad económica de la Región de Murcia, a raíz de la negativa del Ejecutivo de José María Barreda al nuevo trasvase de 80 hectómetros cúbicos solicitado para los riegos de la cuenca del Segura durante los tres próximo meses.

La decisión se tomará hoy a mediodía en el Ministerio de Medio Ambiente, donde los miembros de la Comisión de Explotación deberán evaluar también las necesidades para abastecimientos de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, y probablemente también para redotar las Tablas de Daimiel. Los regantes temen que si hay que derivar recursos a las Tablas, serán ellos quienes paguen las consecuencias.

Los informes técnicos dados a conocer ayer subrayan que se puede trasvasar a la cuenca del Segura un máximo de 114 hectómetros cúbicos, en estricta aplicación de las reglas de explotación que el Gobierno de Castilla-La Mancha se ha comprometido a respetar.

De esta cantidad, 32 hectómetros cúbicos se destinarán a a la población. El pasado martes había 676 hectómetros cúbicos almacenados en los pantanos de Entrepeñas y Buendía. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, José Salvador Fuentes Zorita, señaló ayer que el informe técnico que han realizado es favorable a la petición de los regantes de 80 hm3.

El presidente del Sindicato Central, Francisco del Amor, manifestó ayer que están «acostumbrados» al rechazo sistemático de Castilla-La Mancha a los desembalses. En respuesta a las declaraciones del consejero portavoz de Barreda, quien calificó el día anterior de disparate y locura el nuevo trasvase, Francisco del Amor declaró que «quienes están locos son ellos, porque quieren paralizar la economía de la cuenca del Segura». Explicó que los regantes se están apretando el cinturón, dejando en barbecho numerosas explotaciones. Añadió que otras tantas no disponen de agua. Sobre el desembalse solicitado, Del Amor comentó que irá destinado principalmente a los cultivos de arbolado, que son los que más se resienten con la sequía y cuya pérdida supondría no poder recuperar las plantaciones antes de cinco años.

Oposición del PP

El gobierno socialista de Barreda no es el único que se opone al nuevo desembalse. El presidente del PP en Guadalajara, Antonio Román, cree que la Comisión de Explotación debería pensarse hoy dos veces aprobar una nueva derivación, dada la grave situación de los embalses de Entrepeñas y Buendía.

En rueda de prensa y acompañado de la secretaria regional del PP, María Angeles García, Román piensa que el nuevo trasvase que se solicita desde Murcia pondría en una grave situación los pantanos y el abastecimiento y demás necesidades de los municipios ribereños. Según Román, algunas localidades ribereñas de la zona de Pareja (Guadalajara) ya han comenzado a registrar problemas de abastecimiento.

Volvió a critica a la Junta de Comunidades por no haber invertido esos 81 millones de euros que ha percibido por los trasvases y le exigió la mayor celeridad posible en la ejecución de las obras contempladas en el Plan Hidrológico Nacional en Guadalajara.

Asimismo, el senador y presidente del PP en Guadalajara acusó al máximo mandatario en Castilla-La Mancha, José María Barreda, de engañar a la región y a Guadalajara en materia de agua y de protagonizar una «bajada de pantalones» ante la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, con la firma de un acuerdo que no pone fecha de caducidad al trasvase.

En este sentido, Román instó a Barreda a visitar la comarca de los ribereños tras asegurar que así lo desean los propios alcaldes de la zona pero cree que tal vez el hecho de que todavía no se haya trasladado hasta esta comarca se deba a que «no sabe dar la cara y a que es políticamente cobarde»