La CHE descarta la alternativa a Yesa de la Nueva Cultura del Agua
Mar, 22/03/2005
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) entiende que la alternativa al recrecimiento a cota intermedia del embalse de Yesa que plantea la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) no resuelve los problemas de abastecimiento de los regadíos de Bardenas en Aragón y Navarra. Por lo tanto, el organismo de cuenca, tras estudiar la propuesta y comparar su funcionamiento con el planteamiento de aumentar el pantano, como se reclamaba desde la Fundación y como había prometido la ministra de Medio Ambiente, ha decidido descartarla.
El presidente de la CHE, José Luis Alonso, agradeció el estudio de la FNCA, al entender que "enriquece el conjunto de elementos para valorar un mejor aprovechamiento de los recursos en Aragón", e incluso se mostró "de acuerdo" con las necesidades que plantea, así como con la metodología empleada, "muy similar" a la del organismo de cuenca. Sin embargo, rechazó su viabilidad por "cuestiones técnicas" que, con los datos manejados por la CHE, "no son asumibles".
De una forma resumida, la Confederación entiende que en el informe de la FNCA se minusvaloran las necesidades de suministro que dependen del embalse de Yesa y, por el contrario, se sobredimensionan los caudales disponibles o de los que se podría disponer con una política de modernización y ahorro. Es decir, que la CHE asegura que sobre Yesa hay más demanda y menos oferta de agua de lo que se apunta en ese estudio de alternativas.
Por ejemplo, la Fundación cree que con la mejora y modernización de los sistemas de riegos sería posible recuperar hasta 192 hectómetros cúbicos al año que ahora se pierden por falta de eficiencia. Alonso, que cifró esas pérdidas de agua entre el 50 y el 20% según zonas, admitió que es posible recuperar una parte, pero, "como mucho, unos 40 ó 50 hectómetros cúbicos".
Las discrepacias son similares en la valoración de las necesidades de agua. Mientras la FNCA estima entre 951 y 1.058 hectómetros la demanda total dependiente de Yesa, la Confederación eleva esa cifra hasta 1.194 hectómetros. La diferencia estriba sobre todo en la dotación precisa para regar en Bardenas, para unos entre 608 y 715 hectómetros y para otros de 817.
Por otra parte, la Fundación deduce que la aportación media del actual embalse de Yesa es de 1.411 hectómetros cúbicos, mientras que la CHE recorta esa cantidad a 1.288. Mientras el primer cálculo se ha realizado con una proyección matemática basada en los datos de 1992, el segundo es una media histórica de los últimos 55 años.
El documento de la Fundación ha tenido dos versiones, siempre con la tesis de que no es preciso el recrecimiento de Yesa. En la primera, se reclamaba construir siete embalses laterales, mientras que la segunda y definitiva asegura que las demandas actuales y futuras se pueden garantizar con sólo dos: La Orés y Marracos, con una capacidad respectiva de 60 y 62 hectómetros cúbicos. Además, plantea modernizar 29.000 hectáreas de Bardenas que ahora se riegan por gravedad. En ambos casos, el análisis comparativo de la CHE concluye que recrecer Yesa a cota media es la mejor opción, básicamente, en palabras de Alonso, porque "soluciona los problemas medioambientales de un recrecimiento máximo, evita la inundación de Sigüés y garantiza el suministro a los regadíos de Aragón y Navarra".
José Luis Alonso reconoció que, aparte del recrecimiento, es necesario construir un tercer embalse lateral, además de Laverné y Malvecino, cerca de la acequia de Sora. Su objetivo es solucionar el problema de capacidad de transporte que padece el canal
El presidente de la CHE, José Luis Alonso, agradeció el estudio de la FNCA, al entender que "enriquece el conjunto de elementos para valorar un mejor aprovechamiento de los recursos en Aragón", e incluso se mostró "de acuerdo" con las necesidades que plantea, así como con la metodología empleada, "muy similar" a la del organismo de cuenca. Sin embargo, rechazó su viabilidad por "cuestiones técnicas" que, con los datos manejados por la CHE, "no son asumibles".
De una forma resumida, la Confederación entiende que en el informe de la FNCA se minusvaloran las necesidades de suministro que dependen del embalse de Yesa y, por el contrario, se sobredimensionan los caudales disponibles o de los que se podría disponer con una política de modernización y ahorro. Es decir, que la CHE asegura que sobre Yesa hay más demanda y menos oferta de agua de lo que se apunta en ese estudio de alternativas.
Por ejemplo, la Fundación cree que con la mejora y modernización de los sistemas de riegos sería posible recuperar hasta 192 hectómetros cúbicos al año que ahora se pierden por falta de eficiencia. Alonso, que cifró esas pérdidas de agua entre el 50 y el 20% según zonas, admitió que es posible recuperar una parte, pero, "como mucho, unos 40 ó 50 hectómetros cúbicos".
Las discrepacias son similares en la valoración de las necesidades de agua. Mientras la FNCA estima entre 951 y 1.058 hectómetros la demanda total dependiente de Yesa, la Confederación eleva esa cifra hasta 1.194 hectómetros. La diferencia estriba sobre todo en la dotación precisa para regar en Bardenas, para unos entre 608 y 715 hectómetros y para otros de 817.
Por otra parte, la Fundación deduce que la aportación media del actual embalse de Yesa es de 1.411 hectómetros cúbicos, mientras que la CHE recorta esa cantidad a 1.288. Mientras el primer cálculo se ha realizado con una proyección matemática basada en los datos de 1992, el segundo es una media histórica de los últimos 55 años.
El documento de la Fundación ha tenido dos versiones, siempre con la tesis de que no es preciso el recrecimiento de Yesa. En la primera, se reclamaba construir siete embalses laterales, mientras que la segunda y definitiva asegura que las demandas actuales y futuras se pueden garantizar con sólo dos: La Orés y Marracos, con una capacidad respectiva de 60 y 62 hectómetros cúbicos. Además, plantea modernizar 29.000 hectáreas de Bardenas que ahora se riegan por gravedad. En ambos casos, el análisis comparativo de la CHE concluye que recrecer Yesa a cota media es la mejor opción, básicamente, en palabras de Alonso, porque "soluciona los problemas medioambientales de un recrecimiento máximo, evita la inundación de Sigüés y garantiza el suministro a los regadíos de Aragón y Navarra".
José Luis Alonso reconoció que, aparte del recrecimiento, es necesario construir un tercer embalse lateral, además de Laverné y Malvecino, cerca de la acequia de Sora. Su objetivo es solucionar el problema de capacidad de transporte que padece el canal