Comienza la cuenta atrás para reducir a la mitad el número de personas sin acceso a agua potable
Mar, 22/03/2005
Estimaciones recientes sugieren que el cambio climático será responsable de alrededor del 20 por ciento del incremento de la escasez global de agua
MADRID. Con la celebración hoy del Día Mundial del Agua, instituido por Naciones Unidas en 1993, se abre el Decenio Internacional Agua para la Vida, un plan de acción que pretende conseguir que en 2015 se haya reducido a la mitad el número de personas en todo el planeta que hoy no tienen acceso al agua potable ni al saneamiento. Éste es uno de los llamados Objetivos del Milenio que se firmaron en el año 2000. Y es que son más de 1.100 millones de personas las que se ven forzadas a utilizar agua obtenida de fuentes insalubres para beber y asearse y más de 2.400 millones las que carecen de sistemas de limpieza y alcantarillado.
Por eso, Naciones Unidas llama a los gobiernos, organizaciones, instituciones y particulares a que hagan de las cuestiones relacionadas con el agua un motivo prioritario de esfuerzo, con especial énfasis en la participación de la mujer en el desarrollo y la cooperación. Un esfuerzo que, en la primera iniciativa de este tipo, que tuvo lugar entre 1981 y 1990, consiguió que más de 1.000 millones de personas tuvieran acceso al agua potable y que cerca de 770 pudieran disfrutar de servicios de saneamiento adecuados.
Esta cifra lograda es similar al número de personas que en la actualidad carece de agua potable, pero el aumento del consumo, la mala gestión de los recursos hídricos y los efectos del cambio climático hacen que las perspectivas de la escasez de agua no sean nada halagüeñas. En el informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo se calcula que las cifras en que se traducirá esta creciente crisis del agua serán, en el mejor de los escenarios posibles, de 2.000 millones de personas con escasez de agua en 48 países a mediados de este siglo, y en el peor, serán 7.000 millones de personas en 60 países. Y es que las presiones sobre el sistema hidrológico aumentan al ritmo del crecimiento demográfico y del desarrollo económico, al tiempo que estimaciones recientes sugieren que el cambio climático será responsable de alrededor del 20 por ciento del incremento de la escasez global de agua.
Fuentes contaminadas
Si bien este informe hace hincapié en que ninguna región del mundo podrá escapar a las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de la vida, desde la salud de los niños hasta la capacidad de las naciones para alimentar a los ciudadanos, lo cierto es que los más afectados seguirán siendo los pobres, ya que el 50 por ciento de la población en los países en desarrollo está expuesta al peligro que representan las fuentes de agua contaminadas.
En este sentido, desde Unicef se recordaba ayer que desde 1990 el mundo ha sido testigo de un aumento importante en el consumo de agua potable a nivel global, pero con disparidades notables. Así, un canadiense usa por término medio más de seis veces la cantidad de agua por día que un indio (326 litros frente a 53) y más de 30 veces que un ciudadano rural en Kenia, que sólo consume 10 litros. Una cifra muy por debajo de los 20 litros de agua potable al día (aproximadamente dos cubos) que es la cantidad necesaria para asegurar que los niños puedan beber, lavar sus manos para prevenir enfermedades y cocinar una simple comida. Sin ese mínimo, los niños y niñas se convierten en objetivo seguro de muchas enfermedades que aparecen por el agua contaminada y que pueden amenazar sus vidas. Y es que la falta o escasez de agua potable va de la mano de altos índices de mortalidad infantil.
Mientras tanto, en el mundo desarrollado los problemas de agua tienen más que ver con el mal uso que, en muchos casos, se hace del recurso, pero también con la escasez de precipitaciones como está ocurriendo en nuestro país en los últimos meses. Durante la celebración anticipada del Día Meteorológico Mundial -que se celebra mañana con el lema «Tiempo, clima, agua y desarrollo sostenible»-, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se refirió a la necesidad de hacer «un uso eficiente de los recursos naturales», más aún si cabe ante los desafíos que supone el cambio climático, añadió.
MADRID. Con la celebración hoy del Día Mundial del Agua, instituido por Naciones Unidas en 1993, se abre el Decenio Internacional Agua para la Vida, un plan de acción que pretende conseguir que en 2015 se haya reducido a la mitad el número de personas en todo el planeta que hoy no tienen acceso al agua potable ni al saneamiento. Éste es uno de los llamados Objetivos del Milenio que se firmaron en el año 2000. Y es que son más de 1.100 millones de personas las que se ven forzadas a utilizar agua obtenida de fuentes insalubres para beber y asearse y más de 2.400 millones las que carecen de sistemas de limpieza y alcantarillado.
Por eso, Naciones Unidas llama a los gobiernos, organizaciones, instituciones y particulares a que hagan de las cuestiones relacionadas con el agua un motivo prioritario de esfuerzo, con especial énfasis en la participación de la mujer en el desarrollo y la cooperación. Un esfuerzo que, en la primera iniciativa de este tipo, que tuvo lugar entre 1981 y 1990, consiguió que más de 1.000 millones de personas tuvieran acceso al agua potable y que cerca de 770 pudieran disfrutar de servicios de saneamiento adecuados.
Esta cifra lograda es similar al número de personas que en la actualidad carece de agua potable, pero el aumento del consumo, la mala gestión de los recursos hídricos y los efectos del cambio climático hacen que las perspectivas de la escasez de agua no sean nada halagüeñas. En el informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo se calcula que las cifras en que se traducirá esta creciente crisis del agua serán, en el mejor de los escenarios posibles, de 2.000 millones de personas con escasez de agua en 48 países a mediados de este siglo, y en el peor, serán 7.000 millones de personas en 60 países. Y es que las presiones sobre el sistema hidrológico aumentan al ritmo del crecimiento demográfico y del desarrollo económico, al tiempo que estimaciones recientes sugieren que el cambio climático será responsable de alrededor del 20 por ciento del incremento de la escasez global de agua.
Fuentes contaminadas
Si bien este informe hace hincapié en que ninguna región del mundo podrá escapar a las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de la vida, desde la salud de los niños hasta la capacidad de las naciones para alimentar a los ciudadanos, lo cierto es que los más afectados seguirán siendo los pobres, ya que el 50 por ciento de la población en los países en desarrollo está expuesta al peligro que representan las fuentes de agua contaminadas.
En este sentido, desde Unicef se recordaba ayer que desde 1990 el mundo ha sido testigo de un aumento importante en el consumo de agua potable a nivel global, pero con disparidades notables. Así, un canadiense usa por término medio más de seis veces la cantidad de agua por día que un indio (326 litros frente a 53) y más de 30 veces que un ciudadano rural en Kenia, que sólo consume 10 litros. Una cifra muy por debajo de los 20 litros de agua potable al día (aproximadamente dos cubos) que es la cantidad necesaria para asegurar que los niños puedan beber, lavar sus manos para prevenir enfermedades y cocinar una simple comida. Sin ese mínimo, los niños y niñas se convierten en objetivo seguro de muchas enfermedades que aparecen por el agua contaminada y que pueden amenazar sus vidas. Y es que la falta o escasez de agua potable va de la mano de altos índices de mortalidad infantil.
Mientras tanto, en el mundo desarrollado los problemas de agua tienen más que ver con el mal uso que, en muchos casos, se hace del recurso, pero también con la escasez de precipitaciones como está ocurriendo en nuestro país en los últimos meses. Durante la celebración anticipada del Día Meteorológico Mundial -que se celebra mañana con el lema «Tiempo, clima, agua y desarrollo sostenible»-, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, se refirió a la necesidad de hacer «un uso eficiente de los recursos naturales», más aún si cabe ante los desafíos que supone el cambio climático, añadió.