Barreda acepta compartir el Tajo, pero advierte de que el Trasvase «tiene los años contados»
Jue, 17/03/2005
M. BUITRAGO/MURCIA «BIENVENIDO A ESTA TIERRA». Ramón Luis Valcárcel estrecha la mano de José María Barreda en el palacio de San Esteban. / JUAN LEAL
Sin saber si se está vistiendo o desvistiendo el Trasvase Tajo-Segura, sus cinco lustros de historia entraban ayer en una nueva etapa cuyos efectos no se conocerán hasta dentro de unos años. Todas las preguntas iban dirigidas a tratar de conocer cuánto tiempo de vida le queda al acueducto, al menos para los regadíos. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, pronosticó en Murcia que eso ocurrirá de «una forma inexorable y natural. No digo que estén los días contados, pero sí los años. Para beber nunca faltará agua». Su anfitrión, Ramón Luis Valcárcel, lo confía al «devenir del desarrollo de Castilla-La Mancha y sus necesidades reales. Serán cinco o cincuenta años, pero siempre de acuerdo con lo que diga la ley».
Mientras llega ese momento, José María Barreda, que no perderá ni un día en aplicar los acuerdos alcanzados con la ministra Cristina Narbona, se mostró conforme con que ambas comunidades compartan los recursos hídricos de la cabecera del Tajo.
El esperado encuentro entre Valcárcel y Barreda sirvió ayer para firmar la paz entre ambas regiones. Una hora de reunión en el Palacio de San Esteban se saldó con un intercambio de parabienes y con una sintonía total a la hora de expresarse mutuamente la «satisfacción» por el acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Medio Ambiente para que se cumplan las leyes del Trasvase.
«Todos contentos. Es una buena noticia; aunque vende más el enfrentamiento que el acuerdo», declaró Barreda para marcar el tono de una rueda de prensa que discurrió sin estridencias, lejos del tono aguerrido que mostró en julio pasado, cuando recibió a Valcárcel en Toledo. El presidente de Castilla-La Mancha destacó que «se produce una inflexión» en la historia de su comunidad con el agua. «La legislación reconocía la prioridad de la cuenca cedente, pero eso no se había llevado a la práctica hasta ahora, porque era imposible utilizar el agua y las infraestructuras del Trasvase Tajo-Segura». Barreda anunció que «de forma inmediata» se aplicarán los acuerdos, y mencionó el trasvase del Tajo a Ciudad real que dejó aprobado en 1995 el ex ministro José Borrell, cuyas obras se van a adjudicar pronto.
El presidente castellano-manchego señaló que su comunidad está creciendo y que necesita más recursos para atender a un población que aumentará en medio millón de habitantes en los tres próximos años, principalmente en el Corredor de Henares y de La Sagra-Torrijos. Cifró el déficit de su comunidad en 637 hectómetros cúbicos anuales; necesarios para cubrir también la demanda de los nuevos regadíos.
Reivindicar el PHN
Recomendó a la comunidad murciana que «haga una reflexión» de cara al futuro. «La Región de Murcia tiene un gran dinamismo y unas necesidades que hay que satisfacer, pero que debe ser compatibles también con el crecimiento y la demanda de Castilla-La Mancha. Ambos procesos son posibles, pero hay que tener muy clara la urgencia de cada uno. Con el tiempo iremos comprobando, según la evolución de las necesidades, cómo se hacen las distribuciones de agua».
El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, subrayó que era necesario «evitar el enfrentamiento entre ambas regiones. Bastaba con ajustarnos a las leyes del Tajo para contentar a ambos». Tras expresar su «nivel grande de satisfacción», comentó que el «agua es un elemento que emborracha», y aludió a que algunos estaban a gusto fomentando la confrontación, en alusión al PSOE murciano.
Explicó que el acuerdo alcanzado «tiene una solidez tremenda», e indicó que hasta ahora no se habían aplicado las leyes al uso para satisfacer las necesidades de Castilla-La Mancha. «Si esta región experimenta mayores crecimientos, ahí está la ley para reconocerlo».
«En mi primera visita a Toledo ya expresé la voluntad de que se respetaran las leyes del Tajo, y la exigencia de que no se alteraran las normas de explotación del Trasvase; lo mismo que le he venido expresando a la ministra en reiteradas ocasiones. Hemos cubierto el objetivo» El dirigente murciano aprovechó el encuentro para reivindicar las opciones que ofrecía el Plan Hidrológico Nacional, como era el trasvase del Ebro.
Sin saber si se está vistiendo o desvistiendo el Trasvase Tajo-Segura, sus cinco lustros de historia entraban ayer en una nueva etapa cuyos efectos no se conocerán hasta dentro de unos años. Todas las preguntas iban dirigidas a tratar de conocer cuánto tiempo de vida le queda al acueducto, al menos para los regadíos. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, pronosticó en Murcia que eso ocurrirá de «una forma inexorable y natural. No digo que estén los días contados, pero sí los años. Para beber nunca faltará agua». Su anfitrión, Ramón Luis Valcárcel, lo confía al «devenir del desarrollo de Castilla-La Mancha y sus necesidades reales. Serán cinco o cincuenta años, pero siempre de acuerdo con lo que diga la ley».
Mientras llega ese momento, José María Barreda, que no perderá ni un día en aplicar los acuerdos alcanzados con la ministra Cristina Narbona, se mostró conforme con que ambas comunidades compartan los recursos hídricos de la cabecera del Tajo.
El esperado encuentro entre Valcárcel y Barreda sirvió ayer para firmar la paz entre ambas regiones. Una hora de reunión en el Palacio de San Esteban se saldó con un intercambio de parabienes y con una sintonía total a la hora de expresarse mutuamente la «satisfacción» por el acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ministerio de Medio Ambiente para que se cumplan las leyes del Trasvase.
«Todos contentos. Es una buena noticia; aunque vende más el enfrentamiento que el acuerdo», declaró Barreda para marcar el tono de una rueda de prensa que discurrió sin estridencias, lejos del tono aguerrido que mostró en julio pasado, cuando recibió a Valcárcel en Toledo. El presidente de Castilla-La Mancha destacó que «se produce una inflexión» en la historia de su comunidad con el agua. «La legislación reconocía la prioridad de la cuenca cedente, pero eso no se había llevado a la práctica hasta ahora, porque era imposible utilizar el agua y las infraestructuras del Trasvase Tajo-Segura». Barreda anunció que «de forma inmediata» se aplicarán los acuerdos, y mencionó el trasvase del Tajo a Ciudad real que dejó aprobado en 1995 el ex ministro José Borrell, cuyas obras se van a adjudicar pronto.
El presidente castellano-manchego señaló que su comunidad está creciendo y que necesita más recursos para atender a un población que aumentará en medio millón de habitantes en los tres próximos años, principalmente en el Corredor de Henares y de La Sagra-Torrijos. Cifró el déficit de su comunidad en 637 hectómetros cúbicos anuales; necesarios para cubrir también la demanda de los nuevos regadíos.
Reivindicar el PHN
Recomendó a la comunidad murciana que «haga una reflexión» de cara al futuro. «La Región de Murcia tiene un gran dinamismo y unas necesidades que hay que satisfacer, pero que debe ser compatibles también con el crecimiento y la demanda de Castilla-La Mancha. Ambos procesos son posibles, pero hay que tener muy clara la urgencia de cada uno. Con el tiempo iremos comprobando, según la evolución de las necesidades, cómo se hacen las distribuciones de agua».
El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, subrayó que era necesario «evitar el enfrentamiento entre ambas regiones. Bastaba con ajustarnos a las leyes del Tajo para contentar a ambos». Tras expresar su «nivel grande de satisfacción», comentó que el «agua es un elemento que emborracha», y aludió a que algunos estaban a gusto fomentando la confrontación, en alusión al PSOE murciano.
Explicó que el acuerdo alcanzado «tiene una solidez tremenda», e indicó que hasta ahora no se habían aplicado las leyes al uso para satisfacer las necesidades de Castilla-La Mancha. «Si esta región experimenta mayores crecimientos, ahí está la ley para reconocerlo».
«En mi primera visita a Toledo ya expresé la voluntad de que se respetaran las leyes del Tajo, y la exigencia de que no se alteraran las normas de explotación del Trasvase; lo mismo que le he venido expresando a la ministra en reiteradas ocasiones. Hemos cubierto el objetivo» El dirigente murciano aprovechó el encuentro para reivindicar las opciones que ofrecía el Plan Hidrológico Nacional, como era el trasvase del Ebro.