La planta de Aguas Zambra reanuda su producción, tras estar siete meses paralizada

Mié, 09/03/2005

ABC

Clausuró su producción y comercialización después de que Salud detectase la presencia de agentes patógenos. Los análisis parecen descartar la contaminación

La planta de Aguas Minerales Zambra volverá a reanudar su actividad en breve, según adelantó su director, Juan José Crespo, que informó también de que la empresa está a punto de concluir las obras de la nueva fábrica de envasado, que está «prácticamente lista».

La noticia de esta próxima inauguración viene a restañar las secuelas que dejó la crisis desatada en agosto del pasado año, cuando se detectaron problemas en el agua del manantial que obligaron a decretar el cierre.

Las malas noticias llegaron justo en el momento en que Pascual se encontraba en fase expansiva con un gasto previsto de 19 millones de euros para la nueva embotelladora, que también se vio paralizada.

Además de a la clausura, la firma se vio obligada a retirar del mercado tres millones de litros de agua. Todo ello después de que la Delegación de Salud le aconsejase esta salida, tras detectar la presencia de gérmenes que afectaban a su calidad. Pese a que desde la empresa se aseguró que no existía riesgo alguno para la salud, Pascual hizo efectivo el repliegue de todas las unidades existentes en el mercado para mayor seguridad, perdiendo una cuantía de unos 420.000 euros. No cabía otra opción puesto que la legislación vigente impide cualquier tipo de tratamiento de agua mineral natural.

El jefe de servicios de Salud, Francisco Antón, informó de que se avisó a la empresa de los lotes que estaban afectados y se aconsejó el cierre de la planta. La firma sustituyó en ese momento el agua cordobesa por otras marcas del grupo, como Bezoya o Cardó.

En los casos del suministro de Rute y Lucena, indicó que no existían motivos para preocuparse, ya que una planta de depuración aseguraba el buen estado del agua para consumo. La decisión de retirar el agua embotellada obedeció a que no se alcanzaban los niveles de calidad exigidos por Pascual.

Entre otras medidas adoptadas, se llevó a cabo una segunda captación para obtener resultados que corroboraran si la bajada de calidad se trataba de un problema que afectaba a todo el manantial o sólo fue la medida de una muestra.

Análisis continuos

Han sido en total siete meses de analíticas continuas para certificar que el agua mantenía los niveles de calidad adecuados y para al mismo tiempo poner a punto la nueva planta de envasado, que está a punto de dar sus frutos.

Crespo adelantó en una entrevista a la emisora municipal de Rute que, una vez superados los últimos flecos administrativos, la fábrica volverá a ponerse en marcha a lo largo de este mes.

Durante ese periodo, en el que la situación se contemplaba con incertidumbre, los responsables de la empresa han mantenido la calma y han estado estudiando el entorno natural del nacimiento del Zambra, muy rico en agua, con objeto de captar nuevos acuíferos alternativos, teniendo clara la intención de relanzar el producto y mantener los puestos de trabajo.

Los 70 empleados de la planta de explotación también respiraron tranquilos después de que la empresa asegurase que en ningún momento se pensó en reducir los puestos de trabajos.

Así, el personal fijo ha permanecido parte de este tiempo en casa, en situación de vacaciones, pero cobrando puntualmente sus sueldos correspondientes.

Crespo destacó la apuesta de la empresa por mantener al personal fijo, apurando incluso los contratos eventuales existentes a la fecha. Mientras, el personal fijo y los eventuales con contrato en vigor han trabajado ocasionalmente, cuando se les ha requerido para tareas de limpieza y mantenimiento.

Engrasando la maquinaria

Con respecto a la finalización de la nueva planta de envasado, que ya está prácticamente lista, Juan José Crespo señaló, que para su puesta a punto final, se han estado desmontando dos líneas producción de la maquinaria de la planta antigua. Según su director, sólo queda «que nos dejen ponernos en marcha, con los permisos adecuados que debe facilitar la Junta de Andalucía, toda vez que ya se puede extraer agua con total seguridad». Como prueba, la empresa puede aportar las analíticas, «casi horarias», que se han realizado durante estos siete meses.

De ahí que, a la espera de estos trámites burocráticos, Crespo aseguró que para mediados de marzo se habrá reanudado la producción.

En cuanto a las pérdidas sufridas, el responsable de la planta de Rute se remitió a las estimaciones que haya podido realizar el grupo empresarial, pero a nivel personal calculó que, entre materia prima y producto retirado del mercado, se pueden elevar a varios miles de euros, que en parte se han podido contener con la puesta en el mercado de otras marcas de agua.