PLAN HIDROLOGICO Arrojo defiende ventajas de desalinizar, pero ve más alternativas
Vie, 25/02/2005
El presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Pedro Arrojo, defendió hoy las ventajas económicas y medioambientales de la desalinización frente a los grandes trasvases.
Arrojo lamentó sin embargo la disyuntiva que se ha creado entre el trasvase del Ebro y la desalinización como alternativa, y que el debate en materia de aguas esté polarizado en torno a esas dos opciones, y aseguró que hay otras alternativas.
El presidente de la citada Fundación compareció hoy ante la Comisión de Medio Ambiente del Congreso para fijar su posición respecto al real decreto de ley de modificación del Plan Hidrológico Nacional (PHN), que el Gobierno aprobó el pasado mes de junio y que se tramita en el Parlamento como proyecto de Ley.
Aseguró que el propio Plan Hidrológico Nacional cuestionaba la disponibilidad de caudales para trasvasar agua desde el bajo Ebro y que el veinte por ciento de los años no habría agua suficiente para transferir.
Según Arrojo, el agua que iba a ser trasvasada tenía además un alto nivel de salinidad que la convertía en "agua no pre-potable"por lo que no era ni siquiera susceptible de ser tratada para su utilización.
Arrojo, doctor en Ciencias Físicas y profesor de Análisis Económico en la Universidad de Zaragoza, aseguró que el balance coste-beneficio del trasvase era negativo y que los estudios en los que se basó el PHN incluía errores de cálculo.
Defendió la desalinización frente a los trasvase por la calidad de los recursos que se obtendrían, por la garantía de la producción, y por la flexibilidad que ofrece esa alternativa, aunque insistió en adaptar el tamaño de las plantas a las necesidades reales de cada zona.
El presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua consideró que el decreto del actual Gobierno que modifica el PHN y deroga el trasvase adolece de algunos errores, y lamentó en este sentido que no introduzca estrategias de gestión de la demanda.
Valoró sin embargo la gestión de Cristina Narbona al frente del Ministerio de Medio Ambiente, y dijo que ha propiciado una inflexión "que no tiene macha atrás".
Arrojo lamentó sin embargo la disyuntiva que se ha creado entre el trasvase del Ebro y la desalinización como alternativa, y que el debate en materia de aguas esté polarizado en torno a esas dos opciones, y aseguró que hay otras alternativas.
El presidente de la citada Fundación compareció hoy ante la Comisión de Medio Ambiente del Congreso para fijar su posición respecto al real decreto de ley de modificación del Plan Hidrológico Nacional (PHN), que el Gobierno aprobó el pasado mes de junio y que se tramita en el Parlamento como proyecto de Ley.
Aseguró que el propio Plan Hidrológico Nacional cuestionaba la disponibilidad de caudales para trasvasar agua desde el bajo Ebro y que el veinte por ciento de los años no habría agua suficiente para transferir.
Según Arrojo, el agua que iba a ser trasvasada tenía además un alto nivel de salinidad que la convertía en "agua no pre-potable"por lo que no era ni siquiera susceptible de ser tratada para su utilización.
Arrojo, doctor en Ciencias Físicas y profesor de Análisis Económico en la Universidad de Zaragoza, aseguró que el balance coste-beneficio del trasvase era negativo y que los estudios en los que se basó el PHN incluía errores de cálculo.
Defendió la desalinización frente a los trasvase por la calidad de los recursos que se obtendrían, por la garantía de la producción, y por la flexibilidad que ofrece esa alternativa, aunque insistió en adaptar el tamaño de las plantas a las necesidades reales de cada zona.
El presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua consideró que el decreto del actual Gobierno que modifica el PHN y deroga el trasvase adolece de algunos errores, y lamentó en este sentido que no introduzca estrategias de gestión de la demanda.
Valoró sin embargo la gestión de Cristina Narbona al frente del Ministerio de Medio Ambiente, y dijo que ha propiciado una inflexión "que no tiene macha atrás".