Un nuevo plan de inspección vigilará los vertidos y la captación de agua en el Ega

El departamento de Medio Ambiente comenzó a aplicar ayer un nuevo plan de inspección en el río Ega con el fin de controlar los vertidos procedentes de fosas sépticas, explotaciones ganaderas y fábricas, además de las actividades con las que se puede alterar el caudal ecológico, como captación de aguas y mini-centrales eléctricas. El departamento ha adoptado también un paquete de medidas complementarias al que se destinará 115.000 euros y que incluye el acondicionamiento de la presa de Acedo, renaturalización de escolleras y un acuerdo con los pescadores para extremar la vigilancia. Con todo ello, se intenta proteger la fauna piscícola en un río que pasa por horas bajas.
El consejero de Medio Ambiente, José Andrés Burguete, se desplazó ayer a Estella para mantener una reunión con la asociación de pescadores de la zona, en la que participó su nuevo presidente, Jesús Vicente y una representación de la junta, además del director de Conservación de la Biodiversidad, Enrique Eraso.
De esa manera, se pretendía responder a la alarma de los pescadores ante la crítica situación que vive el río Ega, motivo por el que la asociación había emplazado al departamento adoptar de inmediato medidas de vigilancia y control respecto a las agresiones que sufre el río.
Al término de la reunión, Burguete explicó que desde ayer mismo se había activado un nuevo plan de inspección en el que se ha implicado a tres cuerpos: la patrulla ecológica de la Policía Foral, el Seprona y