El cambio climático en España hará que los recursos hídricos disminuyan, especialmente en cuencas como la del Segura

Mié, 16/02/2005

Europa Press

Según un informe elaborado por 400 científicos y coordinado por el catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha José Manuel Moreno, presentado hoy en el ministerio de Medio Ambiente, los recursos hídricos descenderán como consecuencia del cambio climático, especialmente en las cuencas del Guadiana, Canarias, Segura, Júcar, Guadalquivir, Sur y Baleares.
El cambio climático ya está generando efectos, sobre todo negativos, en España y a finales de este siglo se espera que las temperaturas aumenten hasta siete grados centígrados en verano y cuatro en invierno, mientras que las lluvias y los recursos hídricos se reducirán.
Las previsiones científicas indican que las temperaturas aumentarán una media de 0,4 grados cada década en invierno y 0,7 grados cada 10 años en verano. En Baleares y Canarias, las temperaturas subirán, pero de forma más suave, entre dos y tres grados. El calentamiento será más acusado en el interior, y habrá más olas de calor, con mayor intensidad y duración.
En cuanto a las precipitaciones, el informe indica que disminuirán en primavera y especialmente en verano, mientras que en el otoño aumentarán ligeramente en el noroeste y disminuirán en el suroeste.
En invierno, las lluvias podrían aumentar en el oeste peninsular.

Así, el estudio refleja que en 2030, con un aumento de temperatura de un grado y disminuciones de precipitación del cinco por ciento, las aportaciones hídricas medias bajarán entre un 5 y un 14 por ciento. En 2060, con aumento de temperaturas de 2,6 grados y bajada de lluvias de un 8 por ciento, los recursos hídricos disminuirán un 17 por ciento, o hasta un 22 por ciento a finales de siglo.
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, reclamó innovación tecnológica ante el reto del cambio climático y cambios de hábitos a los ciudadanos con un consumo más responsable de la energía o el coche. Estos datos negativos del cambio climático en nuestro país no pueden llevar al fatalismo, según la ministra, sino a la acción. "Estamos a tiempo para reconducir el modelo energético y prevenir los riesgos", añadió.
Con aumento de temperaturas y disminución de lluvias todos los sectores y ecosistemas se verán afectados. Así, se alterarán los ecosistemas terrestres, y se favorecerá la expansión de plagas y especies invasoras y extinciones locales.
"Parte de los ecosistemas acuáticos continentales españoles pasarán de ser permanentes a estaciones, y algunos desaparecerán", apunta el informe. Los efectos del cambio climático también se constatarán en los ecosistemas marinos, con una reducción de la productividad de las aguas españolas en pesca, y cambios de las redes tróficas marinas.
Las costas españolas cambiarán ante un posible ascenso del nivel del mar de entre 10 y 68 centímetros a finales de siglo. Los riesgos de crecidas fluviales y la irregularidad de los caudales aumentará, y los aludes y deslizamientos de laderas serán más frecuentes en Pirineos, la Cordillera Cantábrica y cordilleras Béticas.
INCENDIOS Y ENERGÍA
Los índices de peligro de incendios forestales aumentarán ante el incremento de temperaturas y falta de aguas, así como una prolongación de la duración media de la temporada de peligro.
En cuanto a la energía, el informe advierte de que la hidráulica "se reducirá" y aumentará la demanda de petróleo y de gas natural.
"Sólo la energía solar se vería beneficiada del plausible incremento de las horas de insolación", indica el estudio.
Respecto a la biodiversidad vegetal, el cambio climático producirá una "mediterraneización del norte peninsular y la aridización del sur". De esta forma, la vegetación cambiará y los bosques húmedos del norte como robledales y hayedos disminuirán, apuntó Moreno. "Existe un riesgo elevado de que muchos de nuestros ecosistemas forestales se conviertan en emisiones netos de carbono durante la segunda mitad del presente siglo", añade el informe.
La biodiversidad animal también se verá afectada con adelantos o retrasos en las migraciones y nacimientos, desplazamientos de especies hacia el norte, mayor virulencia de parásitos y aumento de poblaciones invasoras. Las zonas más vulnerables al cambio climático son las costeras, humedales, cursos de agua permanentes que pasarán a estacionales y zonas de alta montaña y pastizales húmedos.
Los suelos también se verán afectados con un aumento de la desertificación, como consecuencia de los incendios forestales y la pérdida de fertilidad por salinización y erosión. Por cada aumento de temperatura media de un grado, la pérdida de carbono orgánico en el suelo puede ser del seis al siete por ciento.
El sector agrario tendrá que adaptarse con cambios de cultivos, así como el ganadero; el turístico tendrá que hacer frente a la elevación del nivel del mar; y los seguros tendrán importancia en tormentas e inundaciones.