De cómo el agua llegó a Compostela
Lun, 17/01/2005
Los comienzos del suministro de agua en la capital gallega se remontan siglos atrás. Pero si hay que centrarse en la revolución de las tecnologías en este campo, ya hay que pasar a una época relativamente cercana; esto es, alrededor de los años setenta.
Durante esta década, en la que el Ensanche compostelano comenzaba a expandirse de modo considerable, el abastecimiento de agua en la capital gallega corría a cargo del propio Ayuntamiento. Con anterioridad, en los años sesenta, la ciudad creció de tal modo que prácticamente llegó a duplicar su superficie urbana.
Ante tal aumento de viviendas en Compostela, las depuradoras, depósitos y demás aparatos de saneamiento y distribución de agua empezaron a resultar insuficientes. Las canalizaciones que atravesaban la ciudad, que se habían instalado en los años treinta, se quedaron completamente obsoletas. De ahí que la situación fuese a peor. Las roturas eran constantes, al igual que las insuficiencias en la presión, e incluso se llegaron a dar casos de inundaciones en bajos comerciales.
Con este tipo de situación fue con la que se encontraron los trabajadores de la empresa Aquagest, actual concesionaria del servicio de aguas en Santiago. La compañía empezó a encargarse del servicio de abastecimiento y saneamiento a partir del año 1971, aunque en principio el Ayuntamiento se reservó la parte correspondiente al cobro de recibos. Desde entonces la actividad de Aquagest no ha cesado.
Al poco de confirmar la noticia de la concesión, la dirección de la empresa envió a Joaquín Tomás Cardús, un hombre de confianza de la empresa, a la capital gallega para hacerse cargo del servicio. Poco después, confeccionó un informe en el que contemplaba el estado de la red de distribución de agua en Compostela. En él se destacaban un número considerable de deficiencias en las infraestructuras, así como una carencia importante de medios.
Con esta distribución y con los planos sobre la mesa, los empleados de Aquagest se pusieron manos a la obra. Lo primero fue dividir la única red que abastecía Compostela en sectores, de modo que, en caso de avería o rotura de alguna cañería, la ciudad entera no se tuviese que quedar sin agua, como sucedía con anterioridad.
En esta primera etapa de la empresa, entre los años 1971 y 1975, ejerciendo Antonio Castro como alcalde de la ciudad, se realizó la construcción de un nuevo depósito regulador en Salgueiriños, que supuso un incremento en la cantidad de agua suministrada en torno a los diez mil metros cúbicos. A partir de 1974 fue cuando empezó a garantizarse el suministro domiciliario, evitando los constantes cortes sufridos anteriormente.
Segunda y tercera etapas
En 1975 el cambio de gerente de la empresa —en esta época, José Antonio García— marcó también una modificación. Esta etapa —hasta 1984— estuvo marcada por la reparación urgente de averías y por una lluvia incesante de quejas de los clientes. En 1982, la Confederación Hidrográfica del Norte de España redactó un proyecto de ampliación del abastecimiento en Santiago con el fin de optimizar la provisión de agua en la ciudad.
En la última etapa de Aquagest, de 1984 a 1998, con el nuevo equipo directivo, se dio un giro radical en la gestión y la notable mejora de las infraestructuras de distribución de agua hasta el presente.
LOS DATOS
PresupuestoEl coste total por la contratación de la empresa Aquagest en la capital gallega ascendía, en el año 1971, a 8.129.060 de las antiguas pesetas. Entre las varias ofertas que recibió el Ayuntamiento compostelano, se consideró la de esta compañía como la más adecuada de todas, no sólo por el presupuesto, sino también por las condiciones de contratación. La empresa comenzó su andadura con apenas 12.000 abonados.
InformesLos primeros informes de las averías que tuvieron lugar en la capital gallega tras la llegada de Aquagest se escribían todos a mano y se conservan en los archivos de esta empresa
Durante esta década, en la que el Ensanche compostelano comenzaba a expandirse de modo considerable, el abastecimiento de agua en la capital gallega corría a cargo del propio Ayuntamiento. Con anterioridad, en los años sesenta, la ciudad creció de tal modo que prácticamente llegó a duplicar su superficie urbana.
Ante tal aumento de viviendas en Compostela, las depuradoras, depósitos y demás aparatos de saneamiento y distribución de agua empezaron a resultar insuficientes. Las canalizaciones que atravesaban la ciudad, que se habían instalado en los años treinta, se quedaron completamente obsoletas. De ahí que la situación fuese a peor. Las roturas eran constantes, al igual que las insuficiencias en la presión, e incluso se llegaron a dar casos de inundaciones en bajos comerciales.
Con este tipo de situación fue con la que se encontraron los trabajadores de la empresa Aquagest, actual concesionaria del servicio de aguas en Santiago. La compañía empezó a encargarse del servicio de abastecimiento y saneamiento a partir del año 1971, aunque en principio el Ayuntamiento se reservó la parte correspondiente al cobro de recibos. Desde entonces la actividad de Aquagest no ha cesado.
Al poco de confirmar la noticia de la concesión, la dirección de la empresa envió a Joaquín Tomás Cardús, un hombre de confianza de la empresa, a la capital gallega para hacerse cargo del servicio. Poco después, confeccionó un informe en el que contemplaba el estado de la red de distribución de agua en Compostela. En él se destacaban un número considerable de deficiencias en las infraestructuras, así como una carencia importante de medios.
Con esta distribución y con los planos sobre la mesa, los empleados de Aquagest se pusieron manos a la obra. Lo primero fue dividir la única red que abastecía Compostela en sectores, de modo que, en caso de avería o rotura de alguna cañería, la ciudad entera no se tuviese que quedar sin agua, como sucedía con anterioridad.
En esta primera etapa de la empresa, entre los años 1971 y 1975, ejerciendo Antonio Castro como alcalde de la ciudad, se realizó la construcción de un nuevo depósito regulador en Salgueiriños, que supuso un incremento en la cantidad de agua suministrada en torno a los diez mil metros cúbicos. A partir de 1974 fue cuando empezó a garantizarse el suministro domiciliario, evitando los constantes cortes sufridos anteriormente.
Segunda y tercera etapas
En 1975 el cambio de gerente de la empresa —en esta época, José Antonio García— marcó también una modificación. Esta etapa —hasta 1984— estuvo marcada por la reparación urgente de averías y por una lluvia incesante de quejas de los clientes. En 1982, la Confederación Hidrográfica del Norte de España redactó un proyecto de ampliación del abastecimiento en Santiago con el fin de optimizar la provisión de agua en la ciudad.
En la última etapa de Aquagest, de 1984 a 1998, con el nuevo equipo directivo, se dio un giro radical en la gestión y la notable mejora de las infraestructuras de distribución de agua hasta el presente.
LOS DATOS
PresupuestoEl coste total por la contratación de la empresa Aquagest en la capital gallega ascendía, en el año 1971, a 8.129.060 de las antiguas pesetas. Entre las varias ofertas que recibió el Ayuntamiento compostelano, se consideró la de esta compañía como la más adecuada de todas, no sólo por el presupuesto, sino también por las condiciones de contratación. La empresa comenzó su andadura con apenas 12.000 abonados.
InformesLos primeros informes de las averías que tuvieron lugar en la capital gallega tras la llegada de Aquagest se escribían todos a mano y se conservan en los archivos de esta empresa