China se enfrenta a un déficit unos 40.000 millones de metros cúbicos de agua cada año, y la situación puede empeorar en el futuro debido a la contaminación de las fuentes de abastecimiento, informó hoy la agencia oficial china.
El ministro de Recursos Hídricos de China, Wang Shucheng, calificó el problema como muy grave y señaló que 400 de las 669 ciudades del país sufren problemas de abastecimiento.
También hay problemas en el riego de 20 millones de hectáreas de tierras de cultivo, lo que supone una pérdida de más de 28 millones de toneladas de producción agrícola, agregó la fuente oficial en una intervención en la Asamblea Nacional Popular (Legislativo).
Wang también reconoció al alto nivel de contaminación de las aguas de China, causado por fenómenos como la lluvia ácida, ya que sólo el 38 por ciento del agua dulce del país es potable y "300 millones de personas beben agua poco segura".
Los residuos emitidos por las industrias chinas en las aguas del país ascendieron a 68.000 millones de toneladas en 2003, el doble que en 1980, según estadísticas que aporta hoy la prensa oficial.
El ministro también reveló la pérdida de un 26 por ciento de las zonas húmedas del país en los últimos años, así como el 15 por ciento de las áreas lacustres.
El pasado 29 de noviembre, el viceministro de Recursos Hídricos, Zhai Hahui, anunció que su Gobierno se ha fijado el objetivo de que todos los ciudadanos del país dispongan de agua potable en 2020.
Para ello, se lanzará un proyecto de saneamiento de agua con el que China espera mejorar la salud de la población rural de casi 800 millones de personas y cumplir los Objetivos del Milenio establecidos para 2015 por las Naciones Unidas.
El proyecto será paralelo a un plan de 543 millones de dólares para eliminar el consumo de agua contaminada de arsénico y fluoruro, problema que afecta a unos 50 millones de campesinos en el país.
China podría contar con la ayuda de España para sacar adelante estos planes, ya que también en noviembre se celebró en Pekín un seminario en el que compañías de depuración de agua españolas ofrecieron apoyo tecnológico a sus homólogas chinas