El CSIC vigilará la calidad del agua del Ebre en Flix, Tortosa y el Delta durante cinco años

Mié, 22/12/2004

Diario de Tarragona

Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) vigilará, a través del proyecto europeo Aquaterra, la calidad de las aguas del Ebro, y evaluará cuál es el impacto de la contaminación industrial, agrícola y urbana durante los próximos cinco años. Además del Ebre, el proyecto evaluará la calidad de las aguas del Brevilles, el Meuse, el Elba y el Danubio, según el CSIC.Los científicos españoles, del Instituto de Investigaciones Químicas y Ambientales de Barcelona, recogerán muestras del Ebre en 19 puntos que corresponden a las estaciones que tiene la Confederación Hidrográfica del Ebro: Miranda de Ebro (Burgos); Audinaka y Villodas (Alava); Haro, Najera y Logroño (La Rioja); Estella, Alsasua-Urdiaín y Puente la Reina (Navarra); Grisen, Zaragoza-Fuente de la Junquera, Caldearenas, San Mateo de Gállego, Presa de Pina y Alcolea de Cinca (Aragón); Torres de Segre (Lleida), Flix, Tortosa-Campredó y Amposta (Terres de l'Ebre). Además se tomarán muestras de aguas subterráneas y de suelo en 15 pozos de Navarra, Zaragoza, La Rioja y Lleida. Las tres localizaciones de mayor riesgo , Monzón, Flix y el Delta, se estudiarán con medidas más precisas de todos los parámetros analíticos, especialmente, la contaminación industrial en Flix y Monzón y la contaminación agrícola en el Delta.En el proyecto Aquaterra participan 45 instituciones de 13 países de la UE más Suiza y Serbia. El presupuesto global del proyecto es de 13 millones de euros, de los cuales unos 650.000 están destinados al trabajo español que desarrollarán los científcos del CSIC en el río Ebro.Sustancias de análisisLos trabajos incluirán el análisis de metales como el mercurio y metilmercurio, cadmio, plomo, cromo, níquel, arsénico, selenio, cobre y zinc. Del mismo modo se analizarán contaminantes emergentes que todavía no están regulados por la ley, pero que suponen un problema sanitario y ambiental que aún no está suficientemente investigado . Entre ellos hay analgésicos (ibuprofeno, 2-hydroxy-ibuprofeno, diclofenaco, indometacina, ketoprofeno, naproxeno, fenazona), antiepilépticos (carbamazepina), antidepresivos (diazepam), betabloqueantes (atenolol, bisoprolol, metoprolol, propranolol, sotalol), reguladores del colesterol (bezafibrato, ácido clofíbrico, gemfibrozilo), antisépticos (triclosán) y aditivos de gasolina (MTBE y compuestos similares). Ya se ha comprobado que el antiepiléptico carbamazepina, que se extrae muy mal del agua en las plantas depuradoras, supone un riesgo para los crustáceos. También hay indicios de que el propanolol, un betabloqueante, produce efectos negativos en el crecimiento del pez medaka, una variedad asiática de agua dulce. El objetivo principal de Aquaterra es establecer las bases para una gestión correcta del agua, el suelo y las zonas de captación