El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, aseguró hoy que el trasvase del Ebro hacia la Comunidad Valenciana que incluía el Plan Hidrológico Nacional del Partido Popular "no es viable por motivos técnicos, energéticos, medioambientales y, sobre todo, porque desde el punto de vista del uso agrario, no tiene garantías".
Alonso se mostró, así mismo, partidario del aprovechamiento del agua del Ebro por parte de la provincia de Castellón a través del canal Xerta-Calig, "mientras se realice dentro de los límites de la cuenca", ya que manifestó que "si se plantease fuera de la cuenca, estaríamos hablando del minitrasvase, el cual no está encima de la mesa".
El presidente de la CHE realizó estas declaraciones en Castellón durante su participación en unas jornadas que ha organizado la Universitat Jaume I para analizar el déficit hídrico y la necesidad de transferencias a tierras valencianas.
Al respecto, Alonso descartó la posibilidad de realizar un minitrasvase hacia la provincia de Castellón porque aseguró que "no hay que buscar soluciones milagrosas que lleguen de afuera", sino solucionar los problemas de agua de cada zona mediante las medidas que prevé el Programa Agua que, según dijo, "además de obras hidráulicas, contempla nuevas formas de gestionar el agua".
José Luis Alonso se mostró partidario de "actuar localmente" para combatir el déficit hídrico y, en este sentido, apuntó que el Programa AGUA diseñado por el Gobierno "intenta mejorar la cantidad y calidad de agua de determinadas zonas a través de la reutilización y la aplicación de nuevas tecnologías".
Respecto a la desalación, Alonso indicó que es "totalmente factible" en situaciones concretas, ya que destacó que España es "puntera en el desarrollo de esta tecnología, tal y como se ha comprobado en las islas, donde se lleva aplicando desde hace mucho tiempo".
Por otro lado, el director del Instituto de Hidrotecnia de la Universidad de Alicante, Antonio Gil Olcina, apuntó que el PHN del PP se guiaba por criterios de "equilibrio y sostenibilidad".
Así mismo, indicó que el trasvase del Ebro era un proyecto "moderado y asumible", y sostuvo que es la petición de recursos del Ebro "más moderada que ha habido". Así, recordó que en el anteproyecto de 1993 se solicitaban 1.885 hectómetros cúbicos y en el aprobado esta cantidad se reducía a 1.050 hectómetros cúbicos.
En su opinión, "cada fuente de recursos hídricos debe ser utilizada en la medida de lo posible", y al respecto, afirmó que la desalación "es muy costosa en términos medioambientales, ya que es todo menos inocua". Finalmente, Gil consideró "razonable" el uso del agua reutilizada para regar los campos de golf, ya que, dijo, "con éstos se consigue contar con un turismo con elevada capacidad adquisitiva".