Los filtros en la potabilizadora del Ebro se instalarán 20 años después de lo prometido
Sáb, 06/11/2004
Los filtros en la potabilizadora del Ebro se instalarán 20 años después de lo prometido
MEDIO AMBIENTE
El ingeniero Joan Moll, primer responsable del minitrasvase, y separado del servicio, denunció en 1985 el mercurio de Flix y falta de potabilización
ANTONIO CERRILLO
barcelona. - Los filtros que mejorarán la potabilizadora de l'Ampolla -desde donde se suministra agua del Ebro al área de Tarragona- serán introducidos 20 años después de que la Generalitat hiciera esa promesa. Los filtros de carbono activo servirán para evitar, por ejemplo, que un posible episodio de contaminación por mercurio alcance la red de suministro. Pero el riesgo de que los vertidos de mercurio pudieran afectar a la red en Tarragona ya fue denunciado a mediados de los años ochenta, entre otros, por el ingeniero Joan Moll, quien alertó de esta posibilidad cuando estaba proyectando el minitrasvase, obra de la que Moll fue el primer responsable antes de ser separado del servicio tras haber recurrido la toma de aguas abajo de Ascó y Flix.
En cambio, en todos estos años nadie ha denunciado nunca los residuos mineros radiactivos procedentes de Erkimia ni tampoco se conocía la magnitud de los sedimentos con metales pesados y sustancias organocloradas tóxicas que se han acumulado en el embalse de Flix (entre 200.000 y 360.000 toneladas), asunto central de la revelación efectuada recientemente por el informe del CSIC y la UAB.
La entrada de mercurio en la red de abastecimiento potable se convirtió en una amenaza real y concreta en diciembre del 2001, cuando el suministro de Tarragona tuvo que ser interrumpido al detectarse la presencia de este metal. Desde entonces, los análisis -uno al mes- se han multiplicado; y actualmente se hacen tres al día.
Pero ha sido justamente ahora -tras la alarma generada por el vertedero hallado en mitad del embalse de Flix- cuando la Agència de l'Aigua ha acordado instalar estos filtros en la potabilizadora de la Ampolla para proteger la red de abastecimiento ante la posible entrada del mercurio.
La Agència de l'Aigua promete tener en servicio los filtros en un par dos años, efectuando para ello una inversión de 10 millones de euros. De esta manera, se garantizará plenamente la calidad del agua, sin que sea necesario interrumpir el funcionamiento de la potabilizadora en caso de contaminación por mercurio u otros contaminantes.
Pero el peligro del mercurio ya fue señalado en el informe de Alfredo Bardají, delegado territorial de Tarragona del Departament de Sanitat, quien el 4 de diciembre de 1985 denunciaba que 'desde Flix el agua del Ebro sufre toda clases de deterioros', por lo que aconsejaba a Salut Pública que la captación del Ebro, entonces en proyecto (minitrasvase) se hiciera aguas arriba, en Riba-roja, donde el caudal es más limpio. Entre los 'deterioros' del Ebro aludidos, Bardají citaba 'los importantes vertidos industriales de Flix' o 'la contaminación por arrastres de herbicidas, insecticidas, fertilizantes y demás que se utilizan el el Delta', entre otros.
Bardají fue sustituido poco después del informe y los nuevos responsables de la delegación de Sanitat en Tarragona prometieron (con ánimo tranquilizador) unos filtros de carbón activo que nunca llegaron a ser colococados.
Por su parte, Joan Moll -primer responsable del minitrasvase-, también denunció, entre otros, los peligros del mercurio de Flix en numerosos escritos y denuncias. Moll recurrió (en septiembre de 1985) los estatutos del Consorci d'Aigües de Tarragona al juzgar que no se garantizaba la potabilización del agua y que no estaban todos los análisis.
También dijo que el proyecto carecía del estudio de impacto ambiental, que los técnicos designados no eran expertos hidráulicos y que la conducción estaba sobredimensionada dada la demanda en Tarragona. Las discrepancias condujeron a su separación del servicio (septiembre de 1986), pero Moll incluso denunció al instructor del expediente instruido.
Moll presentó una denuncia por delito ecológico el 3 de noviembre de 1988 en la que señala igualmente que los niveles de contaminación por mercurio en Flix no estaban debidamente contrastados. Incluso llegó a escribir una carta al propio president, Jordi Pujol, en la que, junto con la acusación de que era víctima de una persecución laboral, también denunció que se había autorizado el minitrasvase con aguas 'contaminadas en Flix', entre un largo cúmulo de irregularidades.
Los filtros prometidos evitarán que se interrumpa el suministro si hay un episodio de contaminación de mercurio
MEDIO AMBIENTE
El ingeniero Joan Moll, primer responsable del minitrasvase, y separado del servicio, denunció en 1985 el mercurio de Flix y falta de potabilización
ANTONIO CERRILLO
barcelona. - Los filtros que mejorarán la potabilizadora de l'Ampolla -desde donde se suministra agua del Ebro al área de Tarragona- serán introducidos 20 años después de que la Generalitat hiciera esa promesa. Los filtros de carbono activo servirán para evitar, por ejemplo, que un posible episodio de contaminación por mercurio alcance la red de suministro. Pero el riesgo de que los vertidos de mercurio pudieran afectar a la red en Tarragona ya fue denunciado a mediados de los años ochenta, entre otros, por el ingeniero Joan Moll, quien alertó de esta posibilidad cuando estaba proyectando el minitrasvase, obra de la que Moll fue el primer responsable antes de ser separado del servicio tras haber recurrido la toma de aguas abajo de Ascó y Flix.
En cambio, en todos estos años nadie ha denunciado nunca los residuos mineros radiactivos procedentes de Erkimia ni tampoco se conocía la magnitud de los sedimentos con metales pesados y sustancias organocloradas tóxicas que se han acumulado en el embalse de Flix (entre 200.000 y 360.000 toneladas), asunto central de la revelación efectuada recientemente por el informe del CSIC y la UAB.
La entrada de mercurio en la red de abastecimiento potable se convirtió en una amenaza real y concreta en diciembre del 2001, cuando el suministro de Tarragona tuvo que ser interrumpido al detectarse la presencia de este metal. Desde entonces, los análisis -uno al mes- se han multiplicado; y actualmente se hacen tres al día.
Pero ha sido justamente ahora -tras la alarma generada por el vertedero hallado en mitad del embalse de Flix- cuando la Agència de l'Aigua ha acordado instalar estos filtros en la potabilizadora de la Ampolla para proteger la red de abastecimiento ante la posible entrada del mercurio.
La Agència de l'Aigua promete tener en servicio los filtros en un par dos años, efectuando para ello una inversión de 10 millones de euros. De esta manera, se garantizará plenamente la calidad del agua, sin que sea necesario interrumpir el funcionamiento de la potabilizadora en caso de contaminación por mercurio u otros contaminantes.
Pero el peligro del mercurio ya fue señalado en el informe de Alfredo Bardají, delegado territorial de Tarragona del Departament de Sanitat, quien el 4 de diciembre de 1985 denunciaba que 'desde Flix el agua del Ebro sufre toda clases de deterioros', por lo que aconsejaba a Salut Pública que la captación del Ebro, entonces en proyecto (minitrasvase) se hiciera aguas arriba, en Riba-roja, donde el caudal es más limpio. Entre los 'deterioros' del Ebro aludidos, Bardají citaba 'los importantes vertidos industriales de Flix' o 'la contaminación por arrastres de herbicidas, insecticidas, fertilizantes y demás que se utilizan el el Delta', entre otros.
Bardají fue sustituido poco después del informe y los nuevos responsables de la delegación de Sanitat en Tarragona prometieron (con ánimo tranquilizador) unos filtros de carbón activo que nunca llegaron a ser colococados.
Por su parte, Joan Moll -primer responsable del minitrasvase-, también denunció, entre otros, los peligros del mercurio de Flix en numerosos escritos y denuncias. Moll recurrió (en septiembre de 1985) los estatutos del Consorci d'Aigües de Tarragona al juzgar que no se garantizaba la potabilización del agua y que no estaban todos los análisis.
También dijo que el proyecto carecía del estudio de impacto ambiental, que los técnicos designados no eran expertos hidráulicos y que la conducción estaba sobredimensionada dada la demanda en Tarragona. Las discrepancias condujeron a su separación del servicio (septiembre de 1986), pero Moll incluso denunció al instructor del expediente instruido.
Moll presentó una denuncia por delito ecológico el 3 de noviembre de 1988 en la que señala igualmente que los niveles de contaminación por mercurio en Flix no estaban debidamente contrastados. Incluso llegó a escribir una carta al propio president, Jordi Pujol, en la que, junto con la acusación de que era víctima de una persecución laboral, también denunció que se había autorizado el minitrasvase con aguas 'contaminadas en Flix', entre un largo cúmulo de irregularidades.
Los filtros prometidos evitarán que se interrumpa el suministro si hay un episodio de contaminación de mercurio