La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) inicia la recuperación del terreno público robado a los cauces de los ríos
Sáb, 30/10/2004
La administración hidráulica deslinda los tramos más conflictivos del Palancia y el Turia
J. Sierra, Valencia
La Confederación Hidrográfica del Júcar ha iniciado los trámites para deslindar y escriturar en su caso varios tramos de los cauces de los ríos Palancia y Turia y sus afluentes que se encuentran amenazados por la presión urbanizadora o la extracción minera, entre otras actividades.
El inicio de los expedientes administrativos para recuperar el dominio público hidráulico en estos tramos es el comienzo de la recuperación «efectiva» de los cauces y se produce después de una larga fase de investigación en la que se han utilizado documentos antiguos, cartografía de precisión e incluso vuelos a escala financiados por el programa Linde.
Según fuentes de la CHJ, el programa cuenta con una dotación de 695.000 euros para el período comprendido entre el período 2004-2006.
Un detective para los ríos
En sus fases previas, el programa, iniciado hace una década, se encargó en primer lugar de identificar todas las áreas sometidas a presión o donde existía una amenaza para el cauce independientemente de su origen. Fuentes de la CHJ explicaron que en esta primera fase, ya concluida, «se establecieron las zonas de inestabilidad de márgenes del cauce, las propiedades colindantes con el mismo, la intrusión de urbanizaciones, edificios e industrias, y la explotación incontrolada de graveras».
El peinado minucioso de los cauces se aprovechó también para delimitar urbanizaciones, granjas o industrias que vierten efluentes al cauce; explotaciones mineras que provocan escombreras, acopios o vertederos y talas de bosque de ribera, además de identificar zonas de acampada y camping, vertidos autorizados pero que superan los límites autorizados y captaciones abusivas.
En definitiva, el programa Linde ha permitido recopilar una «valiosísima información» con múltiples aplicaciones
En una fase posterior se analizaron las series históricas disponibles de datos pluviométricos y foronómicos (caudales), así como los desagües diarios de cada embalse con objeto de obtener una radiografía lo más exacta posible de hasta dónde llegó o puede llegar un cauceFinalmente, una vez recogida toda esta información llega el momento, iniciado este año, de deslindar, según fuentes de la CHJ.
Posteriormente a esta fase eminentemente administrativa, el programa Linde prevé el establecimiento de programas de explotación «racional» del dominio público.
J. Sierra, Valencia
La Confederación Hidrográfica del Júcar ha iniciado los trámites para deslindar y escriturar en su caso varios tramos de los cauces de los ríos Palancia y Turia y sus afluentes que se encuentran amenazados por la presión urbanizadora o la extracción minera, entre otras actividades.
El inicio de los expedientes administrativos para recuperar el dominio público hidráulico en estos tramos es el comienzo de la recuperación «efectiva» de los cauces y se produce después de una larga fase de investigación en la que se han utilizado documentos antiguos, cartografía de precisión e incluso vuelos a escala financiados por el programa Linde.
Según fuentes de la CHJ, el programa cuenta con una dotación de 695.000 euros para el período comprendido entre el período 2004-2006.
Un detective para los ríos
En sus fases previas, el programa, iniciado hace una década, se encargó en primer lugar de identificar todas las áreas sometidas a presión o donde existía una amenaza para el cauce independientemente de su origen. Fuentes de la CHJ explicaron que en esta primera fase, ya concluida, «se establecieron las zonas de inestabilidad de márgenes del cauce, las propiedades colindantes con el mismo, la intrusión de urbanizaciones, edificios e industrias, y la explotación incontrolada de graveras».
El peinado minucioso de los cauces se aprovechó también para delimitar urbanizaciones, granjas o industrias que vierten efluentes al cauce; explotaciones mineras que provocan escombreras, acopios o vertederos y talas de bosque de ribera, además de identificar zonas de acampada y camping, vertidos autorizados pero que superan los límites autorizados y captaciones abusivas.
En definitiva, el programa Linde ha permitido recopilar una «valiosísima información» con múltiples aplicaciones
En una fase posterior se analizaron las series históricas disponibles de datos pluviométricos y foronómicos (caudales), así como los desagües diarios de cada embalse con objeto de obtener una radiografía lo más exacta posible de hasta dónde llegó o puede llegar un cauceFinalmente, una vez recogida toda esta información llega el momento, iniciado este año, de deslindar, según fuentes de la CHJ.
Posteriormente a esta fase eminentemente administrativa, el programa Linde prevé el establecimiento de programas de explotación «racional» del dominio público.